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Dopaje en la RDA: la historia de una derrota

José Ospina-Valencia / vr (lb)15 de enero de 2009

Anabólicos y estimulantes: la historia del deporte de elite en la República Democrática Alemana es la historia del dopaje forzoso. Hoy, la ex atleta Ines Geipel lucha por los derechos de las víctimas del doping.

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El doping oculto: muchos deportistas en la RDA creían que se les administraban vitaminas.Imagen: picture-alliance/ dpa

Esterilidad e impotencia, cirrosis, insuficiencia cardíaca y cáncer. Chicas a las cuales se les inyectó tanta testosterona que se convirtieron en mujeres con cuerpo de hombre. Mujeres que no podían tener hijos porque el desarrollo de su abdomen correspondía al de una niña de 11 años. La historia de la competición deportiva en la antigua República Democrática Alemana (RDA) es una historia plagada de dopajes forzosos.

El historiador Giselher Spitzer ha recopilado los casos. Sus investigaciones se basan en el “Concepto de Aplicación” desarrollado por el SED, el partido oficialista de la RDA, un documento en el que se registraron minuciosamente los nombres de deportistas, entrenadores y médicos, así como las dosis a administrar.

Otros expedientes, entre ellos los provenientes de la llamada “Oficina Birthler”, el centro que custodia las actas del antiguo Servicio para la Seguridad del Estado, demuestran que, al menos desde 1974, en la RDA se puso en marcha un programa estatal de dopaje obligatorio en el que participaron entrenadores y funcionarios. A su vez, más de 3.000 “colaboradores no oficiales”, conocidos dentro de la estructura del sistema por la abreviatura “IM”, espiaban por encargo del Ministerio para la Seguridad del Estado (Stasi) al mundo del deporte de elite.

“Complemento medicinal”

Más de 15.000 atletas fueron víctimas del programa de dopaje forzoso. Bajo el seudónimo de UM, “Unterstützende Mittel” o Medios de Apoyo, en castellano, entrenadores y médicos administraban anabólicos y estimulantes a los jóvenes deportistas, muchas veces asegurándoles que se trababa de simples vitaminas.

Deutschland Sport Doping Blutprobe
La huella de las sustancias aplicadas para mejorar el rendimiento se extiende hasta hoy.Imagen: AP

"Yo era joven, ingenua y quería lograr un buen rendimiento. El doping se camuflaba como 'complemento medicinal' para los deportistas de elite. ¿Cómo íbamos a saber nosotros lo que era en realidad?", se pregunta durante una entrevista con DW-WORLD Ines Geipel, ex atleta y plusmarquista de Dresde que hoy lucha por los intereses de los deportistas y las víctimas de la fiebre de medallas de la RDA.

Los funcionarios del Partido sabían muy bien cómo atraer a la juventud. "Éramos chicos y chicas que queríamos lograr cosas con nuestro propio esfuerzo, en lugar de adherirnos al Stasi como hacían otros. Mi gran motivación era que quería ver mundo, disfrutar de los privilegios reservados a ciertas personas dentro de la RDA. Sólo teníamos una vida. Por eso las promesas que nos hacían los funcionarios, como la de poder viajar, eran un cebo muy apetitoso", recuerda la antigua velocista, que en 1984 fue una de las mujeres más rápidas del mundo.

Pero en el momento en el que los deportistas con ambiciones aceptaban jugar al juego del Estado, se volvían parte del sistema: del sistema de dopaje. "Y esa es la verdad a la que nos tenemos que enfrentar hoy todos los que se nos dejamos seducir, independientemente de cuánto sabíamos sobre ella", opina Geipel.

Un dopaje sistemático sin par

Luego del derrumbe de la "Dictadura del proletariado" salió a la luz que la gloria deportiva de la RDA se basaba en una mentira. "Nuestro deporte estaba totalmente enfermo", concluye Ines Geipel, "no hay nada que se pueda defender. ¡Sobre todo si se tiene en cuenta cuántas víctimas hay, cuántos enfermos, cuántos muertos… todavía hoy!".

Para la ex velocista del club deportivo Motor Jena, el plan de dopaje de la RDA es de una escalofriante unicidad: "Después de revisar la documentación del SED se comprende que el régimen actuó en contra de sus propios atletas de un modo tan perfectamente estilizado y pérfido que probablemente sea algo único en la historia", dice Geipel, hoy en día profesora.

Enfermedades, malformaciones, fallecimientos: el doping en la RDA es un capítulo aún no procesado. ¡Siga leyendo!

Enfermedades, malformaciones, fallecimientos

El doping en la RDA es un capítulo de la historia alemana aún no depurado, por no hablar de unas víctimas que siguen sin ser reconocidas como tales ni indemnizadas como corresponde. Los afectados se enteraron tarde de la verdad: cuando las enfermedades inexplicables, las malformaciones y los fallecimientos ya no pudieron ser ocultados. "Muchos luchan todavía por que se les indemnice, por recibir una perspectiva de vida. Algunos están internados en hospitales psiquiátricos, otros son discapacitados", relata Geipel.

Bundesbehörde für Stasi-Unterlagen
Las víctimas del sistema de dopaje en la RDA exigen acceso a sus expedientes secretos.Imagen: dpa - Bildfunk

Las víctimas consideran que el Comité Olímpico Alemán no se ocupa lo suficiente de ellas. Hace mucho tiempo ya que Ines Geipel y otros afectados propusieron la creación de una fundación a la que los antiguos deportistas puedan acudir con sus traumas y lesiones físicas. Deportistas como una remadora de 30 años de edad que permanece atada a una cama y carece de medios para financiar el tratamiento que necesita: "el doping le destruyó la médula espinal", explica Geipel.

Pero, ¿cómo se podría ayudar ahora a las víctimas del dopaje forzoso? "Permitiéndoles acceder a sus expedientes y saber con certeza qué sustancias químicas les fueron inyectadas o qué fue lo que se les hizo tragar", dice Ines Geipel, y añade: "luchamos para que Jenapharm, la empresa fabricante de los productos de dopaje, comunique a las víctimas a qué experimentos fueron sometidas. Brindarnos esta información sería lo mínimo que los responsables podrían hacer y eso permitiría a los afectados adaptarse a la situación y actuar en consecuencia".

Según Viktor Geisler, gerente de Jenapharm, la compañía no fue "la fuerza impulsora del sistema de dopaje de la RDA". Consultado por DW-WORLD, Geisler responde por escrito que "nuestra firma no ostenta responsabilidad legal alguna ante los daños y las consecuencias del sistema estatal de dopaje de la RDA. La sustancia utilizada en la RDA para el dopaje fue principalmente el preparado Oral-Turinabol, admitido como fármaco. Éste fue empleado de modo abusivo en el deporte por las instituciones estatales".

Jenapharm, con sede en la ciudad de Jena, pertenece hoy al consorcio Schering, cuyo eslogan publicitario es "no importa en qué fase se encuentre una mujer, nosotros estamos allí para ayudarla. Porque amor, vida y salud no dependen de la edad, sino de la actitud".

Víctimas burladas

Olympia 2008 Leichtathletik Regen in Peking
Llegar el primero: el fin de todo deportista. Algunos medios se pagan caros.Imagen: AP

En el libro Juegos Perdidos, Ines Geipel protocola el juicio sobre doping en la RDA y sus consecuencias para los deportistas, llevado a cabo en el año 2000 en Berlín. Por aquel entonces, se acusaba al antiguo ministro de Deporte, Manfred Ewald, y al ex jefe médico deportivo de la RDA, Manfred Hopfner, de agresión física con premeditación. A ojos de las víctimas, el proceso no fue más que un burdo espectáculo: cada uno de los acusados fue condenado a 22 meses… de libertad condicional.

Entretanto, la ex atleta Ines Geipel ha decidido enfrentarse con sus propios medios al sistema de dopaje. Su mayor éxito, logrado gracias al doping, fue el récord mundial en la carrera de relevos de 4x100 metros. Geipel hizo borrar su nombre del registro, pese a la oposición de la Asociación Alemana de Atletismo y de sus tres colegas, que aparecen ahora como plusmarquistas de una disciplina que no existe: la carrera de relevos femenina de 3x100 metros.

Ines Geipel nació en 1960 en Dresde y practicó deporte de elite en la RDA. Tras licenciarse filología alemana en Jena, huyó en 1989 a Alemania occidental, donde estudió filosofía y sociología. Hoy es profesora en la Escuela Superior de Arte Dramático Ernst Busch en Berlín y colaboradora del Instituto Hannah Arendt.