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Davos: ¿cómo se logra eso del multilateralismo?

Michael Knigge/mb30 de enero de 2009

La crisis en los países en desarrollo es un gran tema en el Foro de Davos. Que su destino esté unido al de los desarrollados plantea problemas cuya solución multilateral aún no se vislumbra.

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El Foro de Davos, una oportunidad para concertar posturas.Imagen: AP

El mundo se enfrenta a una crisis tras otra, y la mayoría de los países occidental han reaccionado con grandes paquetes de medidas que mezclan estímulos gigantescos con la nacionalización de importantes instituciones financieras. Pero, ¿cómo les va a los países en desarrollo con este descalabro económico? Éste es uno de los muchos aspectos discutidos en el Foro Económico Mundial.

No se salvan ni los pequeños

Cuando comenzó la crisis y el resquebrajamiento económico que se fue expandiendo de país en país, existía aún la esperanza en ciertos ámbitos de que quizá las naciones en vías de desarrollo no fueran a sentir mayormente el impacto de la crisis. En los últimos años, muchos países en vías de desarrollo habían experimentado un crecimiento económico modesto pero estable. Dado que la mayoría de ellos no desempeñan un papel principal en el parquet financiero global y que por ello no están expuestos al resquebrajamiento del mercado como las naciones desarrolladas, se creía que escaparían de la crisis.

No fue así, "porque el mundo ahora se encuentra en una situación única", explica Stephen Roach, presidente de Morgan Stanley Asia, un gigante financiero y bancario: “Éste es probablemente el primer año desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en el que el producto interno bruto ha disminuido a nivel global. El descenso sincronizado en el mundo desarrollado como en los países exportadores en desarrollo hizo añicos la esperanza de que los pequeños pudieran desacoplarse del resto. Toda economía en desarrollo se encuentra en este momento entrando a ella o ya en plena recesión”.

Un futuro oscuro

Trevor Manuel, ministro de Finanzas de Sudáfrica, concuerda con Roach y lo asume: “Creo que las expectativas financieras para África son sumamente difíciles y tenemos que responder”. Cuán duro golpea el desplome económico a las naciones más pobres lo destaca una nueva proyección del Institute of International Finance; esta asociación de comercio de las empresas financieras más grandes estima que el flujo privado de capital hacia los países en desarrollo se reducirá en dos tercios, es decir de 466 mil millones de dólares del año pasado a 165 mil millones de dólares este año, una predicción que el ministro Manuel estima correcta y que ejemplifica: “en la República Democrática del Congo hay 48 proyectos de minas en diversos estado de abandono”.

Recetas prohibidas a los países en desarrollo

En un escenario así, muchos países occidentales reaccionarían estatizando las empresas importantes para la economía general. Pero como señala Mario Ramos, presidente de Transnet, una empresa pública que opera y controla la infraestructura de transporte de Sudáfrica, esa opción no se plantea para los países en desarrollo, pues simplemente “los países en desarrollo más pequeños -e incluso los más grandes- no pueden permitírselo”.

Y lo peor, señala Ramos, es el doble estándar que existe para las naciones desarrolladas y para las en desarrollo: “Algunas de las medidas que han sido tomadas por los países desarrollados en este momento y algunas de las políticas que se están implementando son exactamente las que no se les permitió implementar a los países en desarrollo como parte de las prescripciones del Fondo Monetario Internacional o por el Banco Mundial”.

La palabra mágica: multilateralismo

Mientras que la mayoría de los expertos concuerdan en este análisis de la situación y vaticinan oscuras perspectivas, especialmente para los países en desarrollo escasean las recetas. Una palabra surge entonces cuando se trata de lecciones a aprender de esta crisis. Multilateralismo. Un poco más de este ingrediente, ayudará a prevenir futuras crisis.

“Creo que una de las grandes fallas del pasado ha sido la falta de multilateralismo. Hemos tendido a tratar a los países como deudores y acreedores en vez de corresponsables… y eso tiene que cambiar”, dice Trevor Manuel.

Un can sin dientes

Y mientras, verbalmente, el término multilateralismo es una palabra en la que todos concuerdan, en la práctica, en realidad no significa mucho, explica Stephen Roach: “El Fondo Monetario Internacional lanzó hace tres años, con gran fanfarria, el mecanismo de vigilancia multilateral y de consultación. Y acaba de desaparecer. Nada pasó. En mi opinión, el problema del multilateralismo es que no cuenta con un mecanismo de refuerzo, no existe una penalización por mal comportamiento, ni una recompensa para los que se portan bien. Nadie quiere renunciar a la soberanía nacional a favor de que autoridades multilaterales actúen multilateralmente. Así que mientras sigamos con la idea de tener un perro guardián multilateral que habla y ladra pero no muerde, nada pasará”.

¿Habrá alguna vez habrá efectivamente ese perro guardián que pueda morder? ¿Qué aspecto podría tener? A estas preguntas, el Foro Económico Mundial de este año probablemente no va a poder responder.