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Cumbre del clima: meta inalcanzable en Copenhague

15 de noviembre de 2009

Sin esperanza de alcanzar acuerdos en los 22 días que faltan para la cumbre de la ONU sobre cambio climático, se rebajan las expectativas. En Copenhague no se llegará a la meta. ¿Quizá el año entrante en México?

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La Cumbre de Copenhague será un paso intermedio.Imagen: picture alliance / dpa /COP 15

Lo que los ambientalistas temían ya es un hecho: la cumbre de Copenhague sobre cambio climático no dará a luz un acuerdo vinculante que tome el relevo del Protocolo de Kyoto. Claro ha sido el fracaso de los esfuerzos por acordar porcentajes concretos de reducción de emisiones de CO2 y determinar quiénes habrán de aportar, y en qué montos, la ayuda necesaria para financiar tales medidas en los países en vías de desarrollo. Y así ha tenido que admitirlo el anfitrión del encuentro a celebrarse del 7 al 18 de diciembre, el primer ministro de Dinamarca, Lars Lokke Rasmussen.

Reunión de último minuto

En un intento de salvar lo que se pudiera, el gobernante danés se presentó a un desayuno organizado en el último minuto en la cumbre de la APEC, en Singapur, para proponer una salida: aprobar en Copenhague un acuerdo político, que luego sea vertido en un acuerdo jurídicamente vinculante. Y eso es lo que por lo visto sucederá en el encuentro de la capital danesa, que de facto quedará reducido a etapa intermedia en la búsqueda de un documento que siga la senda de Kyoto y que podría ser suscrito el año entrante, quizás en México.

“No dejemos que lo perfecto sea enemigo de lo bueno”. Esas palabras, con las que citó a Barack Obama su asesor Mike Froman, revelan el ánimo imperante entre las naciones del Asia Pacífico, incluyendo a China, que dieron su aprobación al “plan B” de Rasmussen.

Cuestión de realismo

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No sólo los hielos polares se derriten, sino también las esperanzas cifradas en Copenhague.Imagen: AP

Se alega que no hay posibilidades realistas de obtener más resultados en las tres semanas que faltan para la cita de Copenhague y se pide pragmatismo para seguir avanzando. Pero realista es también pensar que en los dos años transcurridos desde la cumbre de Bali ha habido tiempo suficiente para atar compromisos, con todas las cifras sobre la mesa y las acuciantes advertencias de los especialistas en los oídos.

Obama al menos tiene a su favor el argumento de necesitar un plazo mayor para revertir la política de su antecesor en materia de Medio Ambiente. No obstante, las consideraciones políticas y económicas que se esgrimen no parecen guardar proporción con la gravedad del problema, de escala planetaria.

La supervivencia del planeta

El nuevo ministro alemán de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, había puesto los puntos sobre las íes en declaraciones formuladas a la revista Focus. “No hay alternativa al éxito”, señalaba el ministro, recalcando que no se trata de “discusiones abstractas”, sino de la pregunta de “si nuestro planeta sobrevivirá”.

Aún así, tampoco para Röttgen fue realmente una sorpresa la noticia llegada desde Singapur. Y también él ha optado por el pragmatismo, según la declaración que emitió a través de una portavoz: “queremos volcar el acuerdo político de Copenhague en un acuerdo jurídicamente vinculante. La cumbre climática será un éxito, si el objetivo se formula claramente”. Claro que los defensores del medio ambiente tenían otras expectativas y otra idea de lo que es éxito y fracaso.

Autora: Emilia Rojas (ap/dpa/reuters)

Editora: Claudia Herrera Pahl