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Religión

Cuestión de fe - El milagro de Heiligenstadt - Sobre la obstinación y las alianzas entre hombres

5 de abril de 2020

Pero Richard ya tuvo la oportunidad el año pasado de relevar a su padre como costalero. En Heiligenstadt esto confiere casi un halo sagrado. El novato era consciente de la importancia. No es que él, junto a otros once portadores, no se atreviera a cargar los 320 kilos que pesaba el Santo Sepulcro. Pero el honor pesaba mucho más.

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Pero Richard ya tuvo la oportunidad el año pasado de relevar a su padre como costalero. En Heiligenstadt esto confiere casi un halo sagrado. El novato era consciente de la importancia. No es que él, junto a otros once portadores, no se atreviera a cargar los 320 kilos que pesaba el Santo Sepulcro. Pero el honor pesaba mucho más. La Procesión de la Pasión muestra, en seis dramáticos pasos, el calvario de Jesucristo, su crucifixión y muerte. Los fieles recorren la ciudad portando, entre oraciones y cantos, los conjuntos escultóricos de madera de un tamaño superior al real. Esta procesión, instaurada por los jesuitas, se celebra desde 1581 y hoy continúa siendo la mayor de Alemania central con 8.000 participantes cada año. Es casi un milagro que los habitantes de Heiligenstadt hayan logrado defender estoicamente su procesión a lo largo de los siglos. Solo una vez se suspendió, en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, y hubo momentos en los que se necesitaba valor para unirse a los fieles. Bajo los nazis, los jóvenes participantes corrían riesgo de ser enviados a campos de castigo. En tiempos de la RDA, a los jóvenes les podía ser vetado el ingreso en la universidad. Pero nadie se atrevió a impedir la procesión, ni siquiera los funcionarios del régimen de la Alemania del Este. Tras la oración y la tradición hubo y sigue habiendo una declaración de lealtad hacia las costumbres y la religión; y en contra de idearios políticos impuestos. En 2016 la Procesión del Domingo de Ramos fue incluida en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO alemana. Los habitantes de la comarca de Eichsfeld se sienten halagados por tanto honor, pero en realidad, lo único que quieren una semana antes de Pascua, es salir con Jesucristo en procesión por Heiligenstadt, manifestando su fe y devoción. Richard Spillner pudo probar en 2019 el sentimiento de ser portador. Ahora tendrá que esperar hasta el próximo año para integrar oficialmente el grupo de 12 costaleros del Santo Sepulcro.