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Crisis financiera aumentará la pobreza en países en desarrollo

Emili Vinagre10 de octubre de 2008

La crisis financiera no es un problema sólo de países desarrollados. Al contrario, las economías en vías de desarrollo sufrirán las peores consecuencias. La brecha entre ricos y pobres podría agrandarse.

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La bolsa baja, la pobreza sube.Imagen: AP

El mundo desarrollado tiembla estos días ante la avalancha de noticias que ponen de manifiesto la gravedad de la crisis financiera desatada a escala global. Los mercados bursátiles se hunden, la falta de liquidez amenaza al sistema y las economías más poderosas se ven abocadas a la temida recesión. A simple vista, parecería que los países en vías de desarrollo quedan al margen de tanto desbarajuste y que la debacle de las últimas semanas no va con ellos. Nada más lejos de la realidad.

De hecho, que no se hable demasiado de los efectos de la crisis financiera en las economías subdesarrolladas no significa que no se vayan a ver afectadas por el terremoto que estamos viviendo. Al contrario, los efectos pueden ser devastadores a ojos de expertos y políticos.

Llueve sobre mojado

Los problemas del sistema financiero a nivel internacional no son sino otra crisis más que se va a añadir a las que los países en vías de desarrollo ya sufren. Lo recuerda la ministra alemana de Cooperación y Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul, que cita a los crecientes precios de los alimentos, del petróleo y de las materias primas y a los efectos del cambio climático como elementos que vienen lastrando a estos países.

Ernte in Cork, Irland
Economías debilitadas por los precios de alimentos y materias primas no obtendrán créditos.Imagen: picture alliance/dpa

A todo ello, ahora se añade una crisis financiera que no han provocado pero que se va a cobrar un precio muy alto en sus economías si los países desarrollados no actúan para mitigar sus efectos. En una entrevista a la radiodifusora alemana Südwestrundfunk, Wieczorek-Zeul ha alertado del riesgo de un "nuevo desorden mundial" que puede agrandar la brecha entre ricos y pobres "con todas las consecuencias de violencia y conflictos que puede conllevar".

Los efectos económicos son ya perceptibles. Si, por ejemplo, tener que pagar sólo en este año 50.000 millones de dólares adicionales por las importaciones de petróleo no era suficiente, los países en vías de desarrollo deberán afrontar además las peores perspectivas de exportación debido a la coyuntura económica desfavorable en países como Estados Unidos. Tampoco lo tendrán fácil precisamente para acceder a los créditos que necesitan.

Planes de rescate para todos

La ministra alemana de Cooperación y Desarrollo pone el dedo en la llaga cuando recuerda que Estados Unidos, por ejemplo, ha movilizado en poco tiempo 700.000 millones de dólares en un plan de rescate para el sistema bancario del país. Si los países ricos pueden hacer eso, deben tener entonces "voluntad política para movilizar miles de millones para el rescate del mundo del hambre, la pobreza, el desempleo y el cambio climático".

En el mismo sentido se ha expresado el experto en mercados financieros de la organización alemana Mundo, Economía, Ecología, Desarrollo (WEED, por sus siglas en inglés), Peter Wahl, en declaraciones a DEUTSCHE WELLE. La crisis reducirá los presupuestos de las grandes potencias económicas y, con ello, el dinero que dedicarán en el futuro a la cooperación y el desarrollo. Wahl lo tiene claro: "la crisis conducirá a una pobreza aún mayor".

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¿Planes de rescate para todos?Imagen: picture-alliance/ dpa

No todos los países se verán afectados en igual medida. Potencias emergentes como China, India, México, Brasil o Sudáfrica mantendrán niveles de crecimiento importantes durante el 2009 y se hallan en buena posición para superar el envite. En otro nivel se sitúan los países pobres que ya se están viendo afectados por los altos precios de las materias primas y los alimentos. Sus economías pasarán de crecer un 6,6 por ciento a un 4 por ciento o menos, lo que para sus parámetros equivale a una recesión.

En el orden del día del Banco Mundial

La situación de los países en vías de desarrollo se abordará de lleno en la asamblea anual del Banco Mundial del próximo lunes. No parece, en cambio, que el tema centre los debates de la reunión de los ministros de Finanzas del G7 que se celebra este fin de semana en Washington.

Mientras tanto, este viernes ha sido un nuevo "día negro" para las bolsas mundiales, con caídas generalizadas. En Madrid, el Íbex 35 español ha superado el 9 por ciento de descenso, el más acusado de su historia. También el Dax 30 alemán cayó un 7 por ciento y el Nikkei japonés cerca de un 10 por ciento. Además, el precio del petróleo siguió con su carrera bajista y se cotizó por debajo de los 80 dólares el barril.

La acción gubernamental más destacada del día fue el anuncio de los planes del Tesoro estadounidense de comenzar a inyectar capital en los bancos este mismo mes. Esa nacionalización parcial de los bancos estadounidenses supondría un papel mayor del gobierno, que se convertirá en el prestamista e inversor de último recurso.

Por último, trasciende en último momento, que el Gobierno alemán discute la posibilidad de implementar medidas similares a las adoptadas por Londres. En el caso de Berlín, aunque no se habla de nacionalizaciones, si se ha propuesto poner unos 100 mil millones de euros a disposición de los bancos que reporten problemas de iliquidéz. Esta iniciativa empero, sería primero discutida en Washington, en la reunión del Grupo de los Siete. La idea es "calmar los nervios" de las bolsas. El lunes amanecerá y veremos.