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Con el corazón y la mente puestos en Ucrania

Marcel Fürstenau
3 de marzo de 2022

El ataque de Putin a Europa demuestra lo amenazadas que están la libertad y la democracia. Para defenderlas, se necesita valor, previsión y empatía. Alemania va por buen camino, opina Marcel Fürstenau.

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Los refugiados que llegan de Ucrania encuentran mucha ayuda en Alemania.
Los refugiados que llegan de Ucrania encuentran mucha ayuda en Alemania.Imagen: Hannibal Hanschke/Getty Images

El mundo espera y teme por el pueblo de Ucrania. Y maldice al gobernante en el Kremlin: Vladimir Putin. Es legítimo llamar criminal de guerra al presidente ruso después de su ataque ilegal al país vecino. Las imágenes y los informes de hogares y hospitales bombardeados lo justifican.

Lo que tienen en común Putin, su núcleo en Moscú y los líderes de dictaduras como la de Bielorrusia es sobre todo la falta de humanidad. Para ellos, la compasión es una expresión de debilidad; pasan literalmente por encima de los cadáveres para arrinconar a la libertad y la democracia. Probablemente el déspota ruso pensó realmente que toda Ucrania podría ser tomada tan rápida y fácilmente como anexó Crimea en 2014.

Ayuda en todos los frentes, tarea primordial

El hecho de que se le permitiera creer eso, incluso estar convencido de ello, tiene mucho que ver con el comportamiento de los países occidentales. También, y especialmente, en Alemania, muchos subestimaron la ilimitada sed de poder de Putin, su abismal desprecio por la libertad y la autodeterminación. Los que se equivocaron tanto con el exagente de los servicios secretos rusos son ahora, quizá, los más horrorizados. También por su propia ingenuidad.

Marcel Fürstenau, periodista de DW.
Marcel Fürstenau, periodista de DW.Imagen: DW

Pero no hace ningún bien a nadie, y menos al pueblo de Ucrania, lamentarse ahora de la buena fe y los errores de ayer. Ahora se trata de proporcionar ayuda en todos los frentes, tanto militares como civiles. El hecho de que Alemania también suministre armas para repeler la invasión rusa es un punto de inflexión. Algo inevitable en vista de la megalomanía que aqueja a Putin.

Suministro de armas por responsabilidad humanitaria

El hecho de que este punto de inflexión haya sido provocado por la guerra de Rusia contra Ucrania tiene una dimensión totalmente trágica. Ambos países formaban parte de la Unión Soviética, disuelta en 1991, que había sido invadida por la Alemania de Hitler 50 años antes durante la Segunda Guerra Mundial. Sus soldados lucharon juntos contra el régimen nazi y sufrieron el mayor número de bajas durante la liberación del fascismo.

Esto también debe tenerse en cuenta cuando, en 2022, veamos, impotentes y furiosos, imágenes del ataque contra Ucrania comandado por Putin. Ciertamente, uno puede estar en contra de la entrega de armas alemanas como una posible prolongación de la guerra y, por tanto, de un sufrimiento inconmensurable. Sin embargo, en vista de la gente que suplica ayuda y de su valiente presidente Volodimir Zelenski, esto también se puede ver como un acto de humanidad.

El Gobierno alemán está haciendo muchas cosas bien

Al parecer, esta es también la opinión de la mayoría de los alemanes, que apoyan la entrega de armas a Ucrania. Esto demuestra qué tan empáticos son. Y que sepan distinguir entre los misiles antiaéreos para un país que lucha por su supervivencia en Europa y los buques patrulleros entregados a un régimen antidemocrático como Arabia Saudí.

La ayuda armamentística de Alemania a Ucrania es lo que los políticos pueden hacer junto con las sanciones contra Rusia. Eso significa mucho en el plano militar y económico. Más de lo que muchos escépticos le atribuyen al Gobierno alemán del canciller socialdemócrata Olaf Scholz. Un cambio de paradigma que también está siendo bien recibido fuera de Alemania.

Refugiados ucranianos en Berlín

Se puede confiar en la sociedad civil

Y ahí está también, nuevamente, la sociedad civil alemana. Al igual que en 2015, cuando se acogió a cientos de miles de refugiados de países como Siria, Irak o Afganistán, ahora se hace lo mismo con los refugiados de Ucrania. Solo en la capital, Berlín, se espera que lleguen 20.000 ucranianos en los próximos días.

Cada día se presentan más personas que ofrecen alojamiento privado. En la plataforma "unterkunft-ukraine.de" ya se han ofrecido casi 180.000 camas en toda Alemania. El sitio está en cuatro idiomas: alemán, inglés, ucraniano y ruso. Los convoyes de ayuda con alimentos, medicinas, mantas y ropa empiezan a salir de todas partes.

La esperanza tiene un nombre: Europa

La abrumadora solidaridad con Ucrania fue evidente el domingo en el centro de Berlín y el lunes en Colonia, donde el tradicional desfile de carnaval se transformó en una enorme manifestación por la paz. En todas partes, cientos de miles quieren ayudar al pueblo de Ucrania.

Impresionantes y conmovedoras son también las imágenes desde los países vecinos más cercanos a Ucrania: sobre todo de Polonia, pero también de Rumania, Hungría, Eslovaquia. En ese sentido, Alemania está por buen camino. En estos tiempos oscuros, esa es una señal alentadora para una Europa libre, democrática y sin fronteras. Junto con la esperanza de que Ucrania pueda formar parte algún día de este grupo de Estados. Pero esto solo se puede lograr con el corazón en la mano y una cabeza fría.

(ct/ers)