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Con canas y a lo loco: 50 años del Star Club

Pablo Kummetz14 de abril de 2012

Situado en el barrio rojo de Hamburgo, hace 50 años abrió el Star Club, toda una leyenda del rock and roll en Alemania que catapultó nada menos que a los mismísimos Beatles.

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Imagen: DW

No hace tantos años que se escuchaba aquello de “los viejos rockeros nunca mueren”. Y precisamente esa era la sensación durante la fiesta de aniversario del Star-Club de Hamburgo, uno de los locales más significativos en la escena cultural de los sesenta en su 50 cumpleaños. Financiado por Manfred Weissleder, uno de los propietarios de locales de striptease del barrio rojo de Hamburgo, el ex boxeador Horst Fascher comenzó el 13 de abril de 1962 esta aventura en clave de Rock and Roll. Una tarea nada fácil, ya que entre los círculos policiales, ese entorno musical tan “atrevido” estaba catalogado como “de mala fama”.

#bbig'En aquella época, nadie adivinaría que ese club iba a escribir una de las páginas más importantes de la música contemporánea, sirviendo como plataforma de lanzamiento de uno los grupos más famosos de todos los tiempos: The Beatles. Aunque habían tocado antes en el barrio de Hamburgo, John Lenon y sus chicos habían sido expulsados en 1960 de Alemania por la minoría de edad del guitarrista George Harrison. Hasta que Fascher, convencido desde el primer momento de su proyección, logró recuperarlos y traerlos de nuevo a Hamburgo desde el legendario Cavern Club de Liverpool.

“Conocían lo que había el club Top Ten de Hamburgo. Pero todavía no sabían lo que iban a descubrir con Horst. Entonces el manager me dijo: `hablé con los chicos y los chicos quieren ir a tocar a tu club´. Fue una inmensa alegría y desde aquel momento, me quedó claro que lo había conseguido”, relata Fascher orgulloso.

Salvajes, desafinados, indisciplinados...

A partir de ese día, el Star-Club abrió sus puertas con cuatro bandas por velada (de 8 horas), convirtiéndose en toda una referencia para la cultura musical. Como rezaba el slogan de la apertura: “Se acabó la crisis. Es el fin la música popular”.

Sobre aquellos Beatles primerizos – todavía con Pete Best a la batería- el fundador del club recuerda: “Eran salvajes, no afinaban, indisciplinados en el escenario, y a pesar de eso disciplinados porque siempre tocaron su música y sabían llegar al público con sus bromas y su número”. “Con ellos viví muchas historias extravagantes. Procedían de Liverpool, una ciudad de puerto como nosotros. Eran chicos normales y lo más importante para ellos era su música”, continúa el legendario propietario del Star-Club. Con el tiempo, el local se convirtió en el escenario más internacional para figuras de la talla de Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, Bill Halley o Jimmi Hendrix, hasta su cierre el 31 de diciembre de 1969.

Hamburg Star Club
Veteranos de la escena musical pop hamburguesa.Imagen: DW

Con canas y a lo loco

50 años después, la pasión por este estilo musical en su estado primigenio continúa viva entre sus incondicionales. Como punto de encuentro de toda una generación, fetichistas de la época, muchos de ellos ahora con más canas y más “decentes”, perseguían cámara en mano en el aniversario a sus ídolos de aquel entonces en busca de autógrafos. Ídolos que, por cierto, hoy también se lo pensarían dos veces a la hora de repetir aquellas piruetas con la guitarra sobre el escenario.

Como el propio Fascher comenta, “no puedo creer que esté aquí ahora este 13 de abril, 50 años después de la apertura del Star-Club. Tengo 76 años, lo importante es que estoy sano y que podría empezar de nuevo otra vez. Llamé a los chicos, les conté lo que había planeado y se apuntaron”.

Hamburg Star Club
Estela en recuerdo del Star Club, en Hamburgo.Imagen: DW

Sobre el recuerdo de aquella época, Horst valora lo más importante: la amistad con los chicos de Liverpool –los que todavía viven- y la alegría de verse de vez en cuando y contar aquellos momentos. Pero los nostálgicos saben que la herencia del Star-Club va mucho más allá que las amistades del entonces manager.

Como afirma un extravagante fan, que responde al nombre de Michael the Glitterking: “Sin el Star-Club no habría habido música Beat ni Rock. Sin el Star-Club, en Alemania probablemente todavía estaríamos escuchando schlager (música popular). Por eso, recomiendo a todos poner un buen disco... Da igual si es de Aerosmith o de lo que sea. Pero que ruja y haga ruido”. Una filosofía sin duda muy similar a la del Star-Club en su apertura hace 50 años.