Cinco formas diferentes de yoga
Milllones de personas practican yoga en todo el mundo. Pero algunos se las han ingeniado para combinarlo con otros elementos, convirtiendo los ejercicios en experiencias fuera de lo común y a veces hasta insólitas.
Yoga con humor
Cuando la vida cotidiana no depara muchos motivos para reír, el "yoga de la risa" ofrece un contrapeso y favorece la relajación. El curso comienza con un ejercicio de risa forzada: "Jojojo" y "jajaja". Rápidamente este deriva en una risa verdadera. El "yoga de la risa libera tensiones, fortalece el sistema inmunitario y es, sin duda, la forma más simple de yoga.
Yoga en el museo
Antes de abrir sus puertas al público, el museo Albertina de Viena recibe a los amantes del yoga. A las 8:30 de la mañana comienzan las clases en los fastuosos salones, donde impera una atmósfera propicia para la meditación. Al llegar la hora de apertura general, a las 10, los alumnos de yoga pueden quedarse en el museo, porque la entrada está incluida en el precio.
Yoga en el aire
Como si no fuera suficientemente difícil en su forma habitual, en esta variante de yoga se cuelga del techo. Se utiliza para ello un ancho trozo de tela, similar a una hamaca, donde la gente se sienta o recuesta para practicar las asanas. Eso exige mucha tensión corporal, pero ayuda también a ejecutar ejercicios difíciles.
Yoga con cabras
¿Cuál es la idea? Muy sencillo: las cabras toman parte en la sesión de yoga y su sola presencia tiene un efecto tranquilizador. Cuando durante el curso de la misma estos animales se acercan a la gente, el contacto produce también un efecto terapéutico.
Yoga con verceza
El yoga de la cerveza combina la tradición oriental con el arte cervecero alemán. Después de cada ejercicio, la recompensa es un par de sorbitos de cerveza. Los participantes en estas sesiones suelen tomar dos botellas en una hora. Claro que al final las figuras ya no resultan tan perfectas.