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Chicles y tacones amenazan el anfiteatro de la Acrópolis

agencias1 de junio de 2008

El Ministerio de Cultura griego tomará medidas estrictas para conservar el anfiteatro de la Acrópolis. Se expulsará a quien pegue chicles en los escalones y se prohibirá la entrada a las mujeres con zapatos de tacón.

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Vista del anfiteatro Herodion, también conocido como Odeón de Herodes Atticus.Imagen: AP

Los chicles y los zapatos de tacón son la principal amenaza que enfrenta el anfiteatro Herodion, según explica Alekos Mantis, el jefe de conservación del monumento construido en 161 a. C. y ubicado al pie de la Acrópolis de Atenas.

Visitantes desaprensivos que acuden a ver las representaciones pegan chicles sobre el mármol blanco del teatro, a causa de lo cual se producen ácidos que dañan los escalones.

27 kilos de chicle

Akropolis Athen Griechenland Nachtaufnahme
Al pie de la Acrópolis se encuentra el antiguo anfiteatro Herodion.

Estos también sufren daños por los tacones altos de muchas mujeres. “Tenemos que proteger el teatro. Tenemos que tomar medidas más estrictas. Todos tienen que entenderlo: así no puede seguir”, señala Mantis.

El Ministerio de Cultura planea echar del teatro a quien mastique chicle y luego lo pegue en los escalones de mármol. Además se prohibirá llevar zapatos de tacón a las mujeres que quieran visitar el teatro. En vista de que la situación no ha mejorado pese a repetidos llamamientos y pedidos a los visitantes, parece ser la única solución.

“En todas las representaciones encontramos siempre mujeres con tacones altos”, comenta Evgeneia Kalogeratou, arquitecta del ministerio. “Y hay chicles pegados por todas partes”. Hace dos años los restauradores sacaron 27 kilos de chicle de los escalones del teatro.

Conservado al completo

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El antiguo Partenón y el teatro Herods Atticus en la Acrópolis de Atenas , cubiertos de nieve en enero de 2002.Imagen: AP

El anfiteatro Herodion fue construido por Herodes Atticus, entonces administrador romano de Atenas. En los años 60 del sigo XX fue restaurado. Mientras hoy los espectadores ven el cielo azul al atardecer, en su día el auditorio estaba cubierto de un imponente techo de madera. Y tampoco el edificio del escenario, de casi 30 metros de altura, se conserva por completo.

Por lo demás todo sigue igual que antes: Las tribunas empinadas, el hemiciclo de la orquesta que parece un tablero de ajedrez de mármol blanco y negro. El anfiteatro tiene capacidad para 5000 espectadores en sus 32 filas de asientos. Todos los años se realizan allí en verano numerosos espectáculos de teatro y música al aire libre.