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Cáucaso: “todo puede pasar”

Mirra Banchón14 de agosto de 2008

Rusia comienza a retirar sus tropas; Georgia la acusa de genocidio. ¿Obligará la onda expansiva del conflicto en el Cáucaso a replantear el orden de las relaciones internacionales? ¿Qué más puede pasar?

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Soldagos de Georgia tomando posición cerca de GoriImagen: AP

“¿Qué guerra es ésta?”, se pregunta el diario austriaco Kurier antes de pasar a los nuevos detalles del conflicto en el Cáucaso, cuyo radio rebasa los márgenes de Georgia y sus provincias separatistas de Abjazia y Osetia del Sur. Y la opinión pública también se lo pregunta: ¿qué guerra es ésta? ¿Estamos volviendo a los tiempos de la guerra fría donde se caminaba siempre al borde del abismo que representaría un enfrentamiento entre las dos superpotencias?

¿Belicista sólo el discurso?

Las declaraciones del presidente norteamericano, George W. Bush, podrían sustentar esta tesis: “Para proteger a Georgia, Estados Unidos estaría dispuesto a convocar al mundo libre tras de sí”, declaró enérgico; para probar que su solidaridad con su aliado caucásico va en serio, envió ya los primeros aviones con ayuda humanitaria precediendo a su secretaria de Estado. La agenda de la ministra no incluye una visita a Moscú.

“Esto no es el año 1968 y no es la invasión a Checoslovaquia, cuando Rusia podía amenazar a sus vecinos, invadir su capital, derrocar un gobierno y salir impune”, adviertió Condoleeza Rice antes de salir hacia el Viejo Continente. No cabe duda, el tono de las declaraciones de Washington se ha endurecido; cabe preguntarse, sin embargo, si no es más que retórica. Según analistas de la prensa, Estados Unidos no iría a la guerra por un país que no pertenece a la OTAN –menos aún a pocas semanas de un cambio de gobierno-, y Moscú, dicen los expertos, es consciente de ello.

Georgien Russland Armee bei Gori
Soldados rusos bloquean las salidas de Gori,Imagen: AP

Misión cumplida

Los acontecimientos y la información se precipitan. Las acusaciones de Georgia a una Rusia neo imperialista van paralelas al anuncio de Moscú en cuanto a que entregará el control de la ciudad de Gori, cercana a la capital Tiflis, a la policía georgiana. Las tropas rusas se repliegan hacia Osetia del Sur, aliada de Rusia. Las agencias reportan que la situación se ha distendido y que la ley y el orden vuelven paulatinamente. Así, mientras Estados Unidos desempolva su lenguaje belicista, Rusia centra su discurso en la promesa de protección y apoyo a las provincias separatistas de Osetia del Sur y Abjazia. Y Georgia se siente avasallada.

Analistas de los medios alemanes entienden la aparente tranquilidad en el discurso ruso como la prueba de que Moscú ya obtuvo lo que quería: le dio un rapapolvo al presidente georgiano Mijail Saakashvili y dejó claro a todo el mundo –a Occidente, a la OTAN, a Estados Unidos, a la Unión Europea, a las república ex soviéticas- que Rusia está presente. Una vez logrado el cometido, puede reunirse a hablar acerca del plan de seis puntos patrocinado por Francia, a la cabeza de la UE.

Siga leyendo: ¿De qué se trataba?

Georgien USA Hilfslieferungen nach Tiflis
Convoy de Estados Unidos llevando ayuda humanitaria a TiflisImagen: AP

Entretelones

Y entonces, ¿de qué se trataba? Para la Georgia de Saakaschvili –apoyada por Estados Unidos- “de plantarse ante Moscú”, dijo a DW-WORLD Uwe Halbach, experto de la Fundación para Ciencia y Política; ha jugado con fuego y ha salido bastante chamuscada. Por otro lado, a la Rusia del “zar” Putin, el conflicto en el Cáucaso le representa ganancias, pues no sólo ha demostrado poder en la región, sino que conseguirá que “Estados Unidos se replantee su relación con Georgia y Rusia”, declaró a DW-WORLD por su parte Matthias Dembiski, de la Fundación para la Investigación de Paz y Conflictos de Hesse. También que se replantee aquello del ingreso de Tiflis a la OTAN.

¿Resquebrajamiento de relaciones?

Aunque los analistas más serios se niegan a hablar de retorno a la guerra fría o de la inminencia de estados gélidos en las relaciones internacionales, muchos expertos coinciden en aseverar que el conflicto en el Cáucaso sí obligará a poner puntos sobre algunas íes. Como fuere, según Dembiski, claro queda que “la cooperación entre Rusia y la Unión Europea, como la planteó el presidente Medvedev en Berlín, ha muerto… Las conversaciones acerca de acuerdos de asociación entre la UE y Rusia probablemente sean suspendidas”.

Entonces, la cuestión de qué tipo de guerra es ésta del Cáucaso, es de difícil respuesta. En todo caso, aparte de los geopolíticos, uno de los lados del poliedro muestra la emergencia humanitaria de la región: de haber realizado “limpiezas étnicas” en Gori se acusa a Rusia; a ello, responde con aplomo Vladimir V. Kotenev, embajador de Rusia en Berlín: “la guerra es la guerra, y todo puede pasar”.