Buscando el gen de la eterna juventud | Eurodinámica | DW | 06.12.2012
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Eurodinámica

Buscando el gen de la eterna juventud

¿Quién no soñó alguna vez con detener el proceso de envejecimiento? Investigadores alemanes están estudiando el "Gen de Matusalén" para poder comprender por qué hay organismos que no envejecen.


Envejecer es un proceso natural, y, sin embargo, ¿quién no ha fantaseado con detener el paso del tiempo¿Con evitar las primeras canas, las primeras arrugas, y los achaques típicos de la vejez? ¿Por qué envejecemos? ¿Y por qué morimos? Investigadores de la Universidad de Kiel, en el norte de Alemania, están tratando de hallar respuestas a esas preguntas tan antiguas como la humanidad misma. Su objeto de estudio es un organismo casi inmortal que se reproduce a sí mismo a través de la división celular: la hidra, un pólipo de agua dulce. Deutsche Welle visitó el laboratorio en donde se están explorando sus genes, en especial el gen FoxO, o “gen de Matusalén”, que hace posible que la hidra se renueve a sí misma en forma permanente.

El “Gen de Matusalén”

La hidra es un pólipo de agua dulce de 2 cm.

La hidra es un pólipo de agua dulce de 2 cm.

La hidra mide solo uno o dos centímetros, y su organismo es una verdadera maravilla. Desde hace más de 100 años, fascina al mundo de la ciencia. Tiene forma de cilindro cerrado por una extremidad y con varios tentáculos en la otra. Hace más de 600 años que mantiene su estado original, y contiene la herencia genética necesaria para formas de vida mucho más complejas. Thomas Bosch, de la Universidad de Kiel, nos explica el fenómeno: “Estos organismo son inmortales, eso se sabe hace mucho tiempo. Al observar los trucos genéticos de sus células, vimos que hay un gen que juega un papel clave”.

Se trata del gen FoxO, o “gen de Matusalén”, que se dio a conocer en 2009. Los investigadores comenzaron a estudiar en ese momento la herencia genética de 388 personas que habían cumplido los cien años, y lo descubrieron. Los biólogos comprendieron que tenía que haber una relación entre la inmortalidad de la hidra y la longevidad de algunos seres humanos.

Un organismo de 550 millones de años que nunca muere

El profesor Thomas Bosch, director del equipo, con Anna Marei Böhm, Jörg Wittlieb , y el Dr. Konstantin Khalturin.

El profesor Thomas Bosch, director del equipo, con Anna Marei Böhm, Jörg Wittlieb , y el Dr. Konstantin Khalturin.

“Este gen parece ser antiquísimo. Estos animalitos tienen unos 550 millones de años, y si se modificara ese gen, también comenzarían a envejecer. Es decir, que ese gen es un componente primigenio, y es responsable de controlar el proceso de envejecimiento. Lo estudiamos y estudiaremos aún más en detalle en el futuro”, señala Bosch.

Una de las compañeras de equipo de Thomas Bosch, la microbióloga Anna-Marei Böhm, nos aclara por qué este pólipo no muere nunca: “La hidra posee células madre especiales, es decir, células capaces de dividirse permanentemente, y esa división celular nunca se termina. En los seres humanos, y en la mayoría de los organismos vivos, eso es diferente. Con el paso del tiempo, la división celular va mermando y, finalmente, esa actividad cesa por completo, lo que provoca el envejecimiento. En la hidra, eso no sucede.”

La hidra se reproduce permanentemente de manera asexuada. Si se le corta la cabeza a una hidra pequeña, dice Thomas Bosch, le vuelve a crecer, como a la hidra de la mitología griega, a la que le crecían dos cabezas por cada una que se le cortaba, y con cuyo nombre se bautizó al pólipo. Para estudiar ese mecanismo, los biólogos unen material genético modificado de la hidra -sin el gen FoxO- con pólipos en estado embrionario.

Modificación genética para estudiar el envejecimiento

Los biólogos de Kiel hallaron estudian el Gen de Matusalén.

Los biólogos de Kiel hallaron estudian el "Gen de Matusalén".

Anne-Marei Böhm nos explica de qué manera están experimentando con la hidra: Aquí vemos un micromanipulador con el que podemos introducir genes modificados en el embrión de hidra, de modo que estamos modificando de manera experimental los genes de la hidra. Es decir, que podemos cambiar, aumentar o anular su función”.

Los investigadores constataron que las hidras en las que se anuló la actividad del gen FoxO, poseen menos células madre, y que el “Gen de Matusalén” crece más lentamente y también produce cambios en otros de sus genes. Las células madre reaccionan de manera diferente, y asumen otras funciones.

“¡Y precisamente eso es envejecer!”, exclama Thomas Bosch. “Cuando nos volvemos viejos, nuestra piel pierde su capacidad de regenerarse. El cabello se vuelve gris. Todos esos son problemas que tienen que ver con las células madre. El envejecimiento es un problema en las células madre, porque las vamos perdiendo, y ellas pierden su función, es decir, su capacidad de renovarse a sí mismas”.

Los investigadores de Kiel siguen estudiando la posibilidad de detener el proceso de envejecimiento, algo que seguramente dará mucho de qué hablar en los próximos tiempos.

Autor: Frank Hajasch/ Cristina Papaleo

Editor: José Ospina Valencia

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