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Brasil en Königstein

Daniel Martínez15 de marzo de 2006

La presencia en Alemania de Ronaldo, Ronaldinho, Robinho, Lucio, Adriano y todas las otras estrellas de la seleçao estará rodeada de misterios y secretos.

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Hotel Kempinski Falkenstein, en Königstein: una residencia digna del pentacampeón.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb

Los defensores del título escogieron para su estadía durante la primera etapa del Mundial de Fútbol del 2006 (del 5 al 16 de junio) el Kempinski Hotel Falkenstein, donde la discreción y el respeto a la privacidad son considerados mandamiento.

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Los túneles en el Kempinski Hotel Falkenstein: de un edificio a otro sin ser visto.Imagen: Fernando Gutierrez

Brasil, para evitar ser perturbado, se moverá dentro del lujoso hotel de 5 estrellas por un sistema de túneles que los llevará de sus habitaciones al restaurante, del sauna al gimnasio, de la recepción al bar.

En Königstein, una pequeña localidad en la periferia de Francfort, la selección campeona del mundo será un huésped fantasma que pocos verán, pero de cuya visita todos están orgullosos, aunque no los vean.

La localidad

Desde el siglo XIX Königstein es uno de los sitios preferidos de "vacaciones medicinales" en Alemania gracias a la pureza de su aire, ideal para el tratamiento de enfermedades respiratorias. Goethe fue en el pasado visitante regular; y hoy, como ayer, los casi 16.000 habitantes llevan una apacible e idílica vida a pesar de la cercanía de uno de los centros urbanos más agitados de Alemania: Fráncfort.

Cuando en julio del 2002 se conoció la noticia que Alemania sería la sede del Mundial del 2006, Jörg Pöschl, alcalde de Falkenstein, uno de los tres distritos de Königstein, se planteó como tarea traer el evento a la región y oficiar como anfitrión de una selección.

"Nosotros estamos geográficamente ubicados en una posición de privilegio que es digna de envidiar: somos una especie de isla verde: con mucha naturaleza a nuestro alrededor, en la intersección de tres importantes autopistas, Fráncfort y su aeropuerto internacional, el más grande de Alemania, están a tan sólo unos minutos; además, el Kempinski Hotel es muy cómodo y nuestras instalaciones deportivas impecables", cuenta Pöschl a DW-WORLD.

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Kempinski Hotel en Falkenstein: ¿para no extrañar Copacabana? ,Imagen: Hotel Kempinski

El alcalde lideró desde el principio la iniciativa que arrancó incluso mucho antes que la misma organización del Mundial: "nosotros preparamos un catálogo de presentación de Falkenstein, pero en ese entonces nadie hablaba de alojamiento durante el Mundial".

Pöschl recibió en total la visita de 15 equipos nacionales interesados en hospedarse en Königstein durante la Copa del Mundo, entre ellos Portugal, Japón y Suecia; pero al final ninguno de ellos confirmó su estadía.

"Después de más de cinco años de trabajo era triste y frustrante ver como ninguno se decidía por nosotros, ya estábamos resignados a nuestra suerte y de pronto, en diciembre pasado, recibimos una visita relámpago de los funcionarios de la Federación Brasilera de Fútbol y el cuerpo técnico de la selección: ¡el campeón del mundo nos eligió, imagínese la sorpresa!", relata Pöschl.

El hotel

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Una habitación en el Kempinski Hotel en Falkenstein: lo mejor de lo mejor para el once brasileño.Imagen: Kempinski Hotel

La misma sorpresa se llevó el gerente del hotel, Cyrus Heydarian, a quien por primera vez le tocará atender a deportistas de este nivel: "claro que es un honor tener en nuestra casa al pentacampeón; mi mano derecha en estos días es uno de nuestros empleados de origen brasilero, el señor Da Silva, quien me está enseñando portugués. Nosotros nos esforzaremos por ofrecerle a Brasil las mejores condiciones para defender su titulo".

Dentro de esos esfuerzos se cuenta garantizar la intimidad de las estrellas brasileras, una de las razones que para la seleçao desempeñó un papel importante a la hora de optar por un alojamiento en Alemania.

El Kempinski Hotel Falkenstein es un complejo de ocho edificios conectados por un sistema de pasajes subterráneos que le cae muy bien a la auriverde. La selección de Brasil se trasladará de un recinto al otro dentro del hotel -que estará exclusivamente a su servicio- sin que sus movimientos puedan ser percibidos o vigilados desde el exterior.

Adicionalmente, el hotel cuenta dentro de sus instalaciones con un parque privado -al cual ningún extraño tiene acceso- para que los integrantes de la delegación brasilera en sus ratos de ocio puedan pasear o recostarse a descansar.

Además en las noches los futbolistas podrán relajarse en la terraza de sus habitaciones contemplando una de las más bellas panorámicas de Alemania: el perfil urbano de Fráncfort con sus modernos edificios, visible desde cada cuarto del hotel.

Los entrenamientos

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El parque deportivo Altkoenigblick en Königstein: aquí se entrenará la selección brasileña.Imagen: Sportanlage Altkönigblick

Brasil pasará prácticamente todo su tiempo en el hotel, donde también realizará su preparación física en un gimnasio modernizado para su estadía. Los trabajos de fisioterapia se llevarán a cabo en 12 cabinas de masajes con las que cuenta el Kempinski y la recuperación después de las prácticas podrán adelantarse en el sauna y las piscinas del hospedaje.

Las estrellas sólo abandonarán el hotel para trasladarse 500 metros en autobús hasta la cancha del club aficionado PSG Falkenstein, que invirtió 60.000 Euros en un nuevo césped, donde los brasileños realizarán los entrenamientos.

La selección campeona del mundo, amiga del misterio y el secreto, ha escogido el estadio del equipo de primera división alemana Maguncia 05, para sus entrenamientos a puerta cerrada, sin la presencia de público, donde podrán practicar, entre otras cosas, las jugadas con balón detenido y los tiros libres, una de sus armas más peligrosas.

El campeón del mundo abandonará Königstein el 16 de junio para continuar su peregrinar por Alemania, pues a falta de una sede tiene dos: la otra es el Hotel Castillo Lerbach en Bergisch Gladbach, cerca de Colonia.