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Bolivia: "repartir los beneficios"

Entrevista de Pablo Kummetz2 de mayo de 2006

La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia levantó olas en todo el mundo. DW-WORLD habló con el economista Prof. Manfred Nitsch, de la Universidad Libre de Berlín, sobre las consecuencias.

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Evo Morales: el gas es nuestro.Imagen: AP

¿Cuáles son los contenidos más importantes del decreto y las diferencias con respecto a la situación anterior?

Lo más importante es que las concesiones deberán ser renegociadas con Yacimiento Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). De lo que se trata en última instancia es de renegociar la diferencia entre los costos de producción y el precio de venta, es decir, con qué parte se queda el Estado (royalties) y con qué parte, las empresas que extraen el gas.

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El campo de gas de San Alberto, hasta ahora de Petrobrás.Imagen: AP

Formalmente, al fin y al cabo, daría lo mismo que las compañías negociaran las royalties con un ministerio, como hasta ahora, o con una empresa de hidrocarburos estatal, en este caso YPFB. Lo que sucede es que los expertos de YPFB seguramente disponen de más conocimientos técnicos que los del ministerio.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que YPFB no está en condiciones de explotar por sí sola todos los yacimientos, por lo que dependerá de los conocimientos y las inversiones de las empresas privadas.

Ahora bien, con el decreto el gobierno de Evo Morales interviene en los contratos de concesión existentes y hay que ver si la rescisión se realiza de acuerdo con lo ya acordado y firmado.

Empresas seguirán teniendo poder negociador

Si las empresas están obligadas, como lo dice el decreto, a vender a YPFB el 51 % de las acciones, el Estado pasa a tener el control total de la producción de hidrocarburos. Es decir, que termina negociando con sí mismo...

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De izq. a der: el presidente del Senado de Bolivia, Santos Ramírez, izq., junto con el vicepresidente del país, Álvaro García, Evo Morales, el ministro de hidrocarburos, Andrés Soliz Rada, y el canciller, David Chuquehuanca, en La Paz.Imagen: AP

Las empresas privadas tendrán el 49 % de las acciones más el know-how, que no es poco. Se tratará entonces de cómo negocien ambas partes el reparto de las ganancias. Como el precio de la energía es actualmente relativamente alto, vale la pena en todo caso para Bolivia renegociar.

Seguramente, el decreto supondrá mayores ingresos para el Estado boliviano a corto plazo. Pero. ¿cómo pueden ser las perspectivas a largo plazo? ¿Se retirarán las empresas privadas?

Las empresas están acostumbradas a trabajar bajo condiciones diferentes y cambiantes. Pero al final son casi siempre imprescindibles por los conocimientos de que disponen para la producción y comercialización. Por lo tanto, en vista de los precios en alza de la energía, no creo que se retiren.

Seguramente seguirán trabajando, bajo las nuevas condiciones. Por otra parte, las empresas también saben dónde tienen que apretar tuercas para obtener un mayor pedazo de la torta. A nivel local es posible entonces que al fin y al cabo no cambie mucho.

No es el primer paso al socialismo

¿Es el primer paso hacia una Bolivia socialista?

Las declaraciones de política económica que ha realizado Evo Morales hasta ahora apuntan más a tranquilizar a los inversionistas que a espantarlos. Por ello no será seguramente el primer paso hacia una nacionalización de medios de producción, fábricas, fincas, etc.

Lo actual se relaciona específicamente con las riquezas del subsuelo, que al fin y al cabo son estatales en todo el mundo. También en el abastecimiento de agua, que se quiere renacionalizar en Bolivia, hay que ver que existen diferentes formas en el mundo.

Las privatizaciones que se han hecho no siempre han sido felices. Se trata de un "monopolio natural", porque cada hogar puede ser abastecido sólo a través de una cañería.

Entonces, si un monopolio estatal pasa a manos privadas y el Estado no tiene la capacidad para negociar y controlar los contratos con los monopolistas privados, efectivamente pueden subir los precios y la gente que no puede pagar se ha queda sin agua, lo que no puede ser el sentido de la privatización.

Lea en la segunda parte, por qué el Prof. Nitsch cree que EEUU tiene escasas posibilidades de influencia en la región

Una región en armonía

¿Cuáles pueden ser las consecuencias políticas del decreto para la región? ¿Habrá ahora un distanciamiento entre Bolivia y Brasil o Argentina?

En primer lugar, Hugo Chávez es un aliado seguro de Bolivia, si bien un amigo nada fácil probablemente, en cuanto a la relación con los otros países. Wieczorek-Zeul, la ministra alemana de Cooperación Económica, se ha manifestado muy positivamente sobre el gobierno de Evo Morales cuando estuvo en Bolivia, hace poco. Seguirá por lo tanto fomentando la cooperación alemana con el país. El desendeudamiento del país se ha llevado a la práctica también bastante generosamente.

En relación con los otros países, Bolivia no está muy contenta con el gasoducto que se planea construir de Venezuela hasta Argentina, porque se trata naturalmente de competencia para el gas propio. Por otra parte se ve que las cantidades de gas existentes no son tampoco tan grandes como para permitir que los precios caigan en picada.

Tampoco Chile, con una Bachelet de centroizquierda, tendrá grandes disputas con Evo Morales. Tampoco Lula, Kircher tampoco y Hugo Chávez de ninguna manera. Y si en Perú es elegido Humala, será otro aliado de Evo Morales.

Por lo que no veo grande irritaciones políticas alrededor de Bolivia. Petrobrás renegociará los contratos con Bolivia, pero todo quedará al nivel técnico, sin pasar al político. Es impensable, por lo tanto, que se registren grandes problemas políticos.

EEUU con escasas posibilidades de influencia

Al fin y al cabo, Bolivia quiere vender también sus recursos...

Efectivamente, el gasoducto ya está allí y si los compradores tienen que pagar algo más por el metro cúbico de gas porque el precio mundial ha subido, se va aceptar. Además hay que tener en cuenta que dentro de dos o tres meses, Brasil se autoabastecerá de petróleo y gas.

Grandes reservas de petróleo y gas pasarán a las redes de distribución internas en los próximos tiempos. Brasil se dirá entonces "tenemos suficientes recursos y no necesitamos los de Bolivia", lo que sorprenderá más bien a los bolivianos, que dirán "apoyamos a Brasil 20 años y ahora no nos compran más gas".

En cuanto al distanciamiento de EEUU, hay que ver que en América Latina prácticamente sólo Uribe, en Colombia, mantiene una cercanía a Norteamérica, mientras que el resto de los países tiene una posición crítica. Por ello no es de esperar que alrededor de Bolivia se genere presión norteamericana contra Evo Morales.

Cuanto más cara la energía, mejor

¿Cuáles son las posibles consecuencias de esta medida para Alemania y el mundo, desde el punto de vista de la política energética?

Desde el punto de vista de la política energética puede decirse que cuanto más caro sean el petróleo y el gas, más se acercan los precios a la realidad de escasez en el mundo. Si los precios suben por la intervención estatal en Bolivia, se trata, desde el punto de vista ecológico y económico, de una señal correcta. Teniendo en cuenta la problemática del clima mundial, precios altos de la energía son los adecuados.

En todo caso, es mejor que una eventual política de Venezuela de inundar los mercados latinoamericanos con petróleo barato por razones políticas. Desde el punto de vista del cambio climático y de una política que nos aleje de la dependencia del petróleo hay que alegrarse de todo aumento de su precio.

Muchas gracias por la entrevista.

El Dr. Manred Nitsch es profesor de Economía Política, especializado en América Latina, en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín.