1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Avioneta se estrella contra edificio en Nueva York

Emilia Rojas S.11 de octubre de 2006

El impacto de una avioneta contra el vigésimo piso de un edificio de departamentos de Manhattan volvió a recordar el trauma de Nueva York, pese a que el FBI aseguró que no había indicios de acto terrorista.

https://p.dw.com/p/9Ekl
¿Cuán seguro pueder ser el cielo neoyorquino?Imagen: AP

Las imágenes inevitablemente recordaron las que hace poco más de cinco años dieron la vuelta al mundo, el 11 de septiembre. Claro que guardando las proporciones: esta vez fue un avión pequeño el que se estrelló contra un edificio habitacional de Manhattan, y no una gran aeronave comercial contra un rascacielos considerado el símbolo más señero del poderío de Wall Street. Ya mucho antes de conocerse el saldo de víctimas quedó claro que el hecho no resulta comparable en lo más mínimo con la catástrofe del World Trade Center.

Descartan atentado

No obstante, y pese a que las autoridades locales rápidamente indicaron que no había motivo alguno para sospechar que se pudiera tratar de un atentado terrorista, la sensación de inquietud se hizo de inmediato palpable. Demasiadas son las asociaciones que se despiertan, no sólo entre los habitantes de Nueva York. Y varias son también las preguntas que vuelven a plantearse ante un hecho como éste, catalogado como accidente antes de comenzar a conocerse las causas y pormenores.

¿Cuán seguros son realmente los cielos de Nueva York, a estas alturas del año 2006? ¿Cuán seguros son los cielos de cualquier ciudad del mundo, pese a todas las precauciones presuntamente tomadas en estos tiempos en que el terrorismo sigue acechando sin dar realmente tregua? Son preguntas sin respuesta, planteadas cada vez nuevamente cuando ocurren hechos como el de este miércoles en Manhattan.

Los cielos alemanes

En Alemania, el tema también ha sido reiteradamente discutido. Motivos no han faltado: en enero del año 2003, una avioneta mantuvo en vilo a los encargados de la seguridad en Fráncfort, ante el peligro de que se estrellara contra algún rascacielos de la capital financiera germana. Su piloto resultó estar emocionalmente perturbado. Dos años y medio más tarde, una avioneta cayó a tierra en pleno centro de Berlín, a poca distancia del Reichstag, la sede del parlamento federal. No hubo más víctimas que el piloto, aparentemente un suicida.

Alarmadas por el peligro potencial evidenciado en casos como éstos, las autoridades alemanas se pusieron en acción. Aparte de prohibir los vuelos particulares en el área gubernamental de Berlín, se aprobó una controvertida ley de "seguridad del espacio aéreo", que contemplaba la posibilidad de autorizar el derribo de aviones civiles, si existía peligro inminente de que se utilizaran para cometer un atentado terrorista. Dicha ley, sin embargo, fue declarada inconstitucional por el máximo tribunal alemán, que consideró incompatible con el derecho a la vida y la dignidad la idea de sacrificar inocentes en aras de resguardar la seguridad de otras potenciales víctimas. En consecuencia, el problema de fondo sigue pendiente y saldrá probablemente a flote cada vez que ocurran incidentes como el de Manhattan.