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Cinco años de libre comercio UE-Colombia, Perú y Ecuador

Mirra Banchón
6 de noviembre de 2018

Cinco años lleva en vigor el acuerdo de libre comercio entre la UE , Colombia/Perú y, posteriormente, Ecuador. Hacer un balance está en la agenda de las instituciones europeas, y también en la de la sociedad civil.

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EU-Handelsabkommen mit Kolumbien und Peru
Imagen: DW

Hace cinco años entró en vigor el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea (UE) y Colombia y Perú. Tres años después, Ecuador se adhería al tratado.

El llamado "Acuerdo Multipartes” estipula una liberalización progresiva y gradual del comercio de bienes, el desarrollo de un entorno que propicie el aumento de los flujos de inversión, la apertura de los mercados de contratación pública y la protección de los derechos de propiedad intelectual. El TLC incluye también un capítulo sobre el desarrollo sostenible entre los socios.

Las negociaciones del acuerdo fueron acompañadas por el beneplácito de cámaras de comercio y por la oposición de sindicatos y organizaciones de la sociedad civil. Además, la situación de violencia en Colombia y la precariedad laboral en Perú llevaron a la creación de una "Hoja de ruta” en la cual ambos países se comprometieron con avances en derechos humanos.

 Pablo Iturralde, del Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES)
Pablo Iturralde, del Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES)Imagen: DW/Mirra Banchón

Un lustro después, según datos de la Comisión Europea, las exportaciones europeas a Colombia y Perú crecieron en un 10,5% y un 12,2% respectivamente. A Ecuador, en el primer año de implementación del acuerdo, le corresponde un incremento del 34%. 

Desde el punto de vista del avance en las regulaciones internacionales, según afirma la Comisión Europea en un documento recientemente publicado, estos acuerdos han promovido la libertad de asociación, la inspección laboral, la implementación de la Convención Internacional para la protección de especias amenazadas y los mecanismos de consulta con la sociedad civil. 

Impactos medioambientales

Según dijo a DW Geraldine Duquene, de la Plataforma Europa-Perú, quien preside el comité consultivo que hace seguimiento al acuerdo, "el que se haya asumido compromisos laborales y ambientales ha estado bien, pero su monitoreo no ha sido eficaz”.

En ese sentido, organizaciones de la sociedad civil hicieron llegar en octubre de 2017 una carta a la Comisión Europea: si bien Perú creó un ministerio del Ambiente, la flexibilización de las normas para atraer el comercio ha impactado en poblaciones vulnerables.

"Está comprobado que los megaproyectos que se realizan en la Amazonía tienen un impacto directo en la población por la polución de los ríos. Las poblaciones se abastecen directamente de esas fuentes de agua”, explica a DW Vanessa Cueto de la organización peruana Derecho, Ambiente y Recursos Naturales. 

"El monitoreo de los impactos no incluye la salud de las personas. Es algo que tenemos que mejorar”, agrega. Incluir mecanismos de sanción para quien incumpla con estándares internacionales sería, en su opinión, un paso adelante.

Automóviles, medicamentos, bananos, flores

 En 2016 Ecuador, por ser un país de renta media alta, perdía su entrada preferente al mercado europeo. Es decir, iba a tener que pagar aranceles para sus bananos, su cacao, sus camarones y sus flores. Adherirse al tratado firmado por sus vecinos fue la puerta de salida.

"El acuerdo fortalece mucho a los sectores agroindustriales que concentran riqueza y tienen un impacto negativo en el medio ambiente”, dice, por su parte, a DW Pablo Iturralde, del Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES). "Un segundo punto débil es que las exportaciones de la UE sí han crecido, pero las de Ecuador no”, agrega. Dado que el país andino no cuenta con una moneda propia, el desbalance es nocivo.

Por otro lado, si bien con la liberalización del mercado han entrado productos, como medicamentos, que favorecen a la población, "la mayor parte de la importaciones europeas se concentran en automóviles y bebidas alcohólicas”, añade.

Solución de controversias

Vanessa Cueto de la organización peruana Derecho, Ambiente y Recursos Naturales. 
Vanessa Cueto de la organización peruana Derecho, Ambiente y Recursos Naturales. Imagen: DW/Mirra Banchón

En cuanto a Colombia, informa Jomary Ortegón que preside el Colectivo José Alvear Restrepo (CCAJAR), las exportaciones de ese país han disminuido en un 41,4%, con respecto al año 2013. La informalidad de la población económicamente activa roza el 70%. Y los asesinatos a líderes sociales (60 en 2016, 121 en 2017, 90 en lo que va de 2018) ligados a conflictos territoriales no le permite a Ortegón compartir el optimismo de la Comisión Europea.

Tanto Ortegón como Cueto formaron parte del grupo de especialistas que , especialista consultada para el estudio "Acuerdo Comercial entre la Unión Europea y Colombia y Perú” (julio 2018), publicado por el Parlamento Europeo. En éste, entre otras cosas, se echa en falta la creación de un instancia de solución de controversias.

En vista de este panorama ¿no es mucho pedir un acuerdo de libre comercio? "No”, responde Cueto. "En este acuerdo el libre comercio se enmarca en el tema de generar desarrollo en esos países. Y no se puede hablar de desarrollo sin pensar en el derecho a la vida, la salud, un medioambiente sano y derechos laborales”, concluye.

(CP)

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