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Atentado a Cristina Kirchner: crispación y discursos de odio

Cristina Papaleo
2 de septiembre de 2022

Cristina Fernández de Kirchner sufrió un intento de asesinato que preocupa a Argentina. La profunda polarización política y los discursos de extrema derecha podrían ser un caldo de cultivo para este acto de violencia.

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Manifestantes kirchneristas hacían vigilia ante la vivienda de Cristina Fernández de Kirchner en expresión de apoyo. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires colocó un vallado para impedir que se acercaran a la casa de la vicepresidenta. (27.08.2022).
Manifestantes kirchneristas hacían vigilia ante la vivienda de Cristina Fernández de Kirchner en expresión de apoyo. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires colocó un vallado para impedir que se acercaran a la casa de la vicepresidenta. (27.08.2022).Imagen: Agustin Marcarian/REUTERS

El intento de magnicidio de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue perpetrado por un hombre de origen brasileño, nacionalizado argentino, y simpatizante de la ideología nazi. Esos son algunos de los datos que se manejan por ahora.

El atentado se produce en momentos en que la líder del movimiento Frente de Todos, de la corriente de centroizquierda del peronismo, está acusada, junto a otras 12 personas, por delitos de asociación ilícita y administración fraudulenta agravada.

Desde el lunes 22 de agosto, un grupo de militantes políticos, sociales y estudiantiles mantenían una vigilia cerca del domicilio de la exmandataria, en el barrio porteño de Recoleta, para demostrarle su apoyo. El sábado 27, cientos de personas marcharon en la capital argentina, para protestar por un vallado policial en torno a la vivienda de la vicepresidenta, mandado a colocar por el Gobierno de la Ciudad de Buenos, encabezado por el opositor Horacio Rodríguez Larreta, de Juntos por el Cambio.

En el marco de esas tensiones, y en medio de una multitud que se manifestaba nuevamente en el lugar, este jueves 1 de septiembre, en horas de la noche, Fernando Sabag Montiel, de 35 años, gatilló un arma cargada con cinco balas, una Bersa 380, a pocos centímetros del rostro de la exmandataria. El revólver no funcionó, pero el intento de homicidio, que investiga la jueza federal María Eugenia Capuchetti, conmociona a Argentina y fue condenado por todo el espectro político del país y también a nivel internacional.

"Es un suceso que conmociona absolutamente a la sociedad argentina, diría que es uno de los hechos más aberrantes de la vida democrática desde 1983", dice a DW Pedro Núñez, politólogo e investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de América Latina, de FLACSO-CONICET.

¿Es este el resultado del agravamiento de la polarización política en Argentina, de un ensanchamiento de la grieta? "Lo que puede explicar este ataque es un deterioro enorme de la convivencia democrática", debido a una profundización cada vez mayor de la polarización civil, explica, que ha permitido "que se incorporen algunas tendencias y discursos que van más allá de los términos de ‘amigo' o ‘enemigo', algo muy tradicional en la cultura política argentina".

Ambiente de crispación y crisis económica

El nivel de crispación social de Argentina se está reflejando desde hace semanas en las protestas a favor de una condena contra la vicepresidenta, como resultado de las acusaciones en su contra, y, por otro lado, en las marchas a su favor. Se especula con que Cristina Kirchner se presentará como candidata a presidenta en las elecciones generales de 2023, y eso entusiasma a sus seguidores, e inflama los ánimos de sus detractores.

Esa división en la sociedad, sumada a la grave crisis económica por la que, una vez más, está pasando el país sudamericano, podrían ser el cóctel explosivo que propicie actos de violencia como el atentado contra la vicepresidenta. "Es muy tentador incorporar este ataque a las consecuencias de los discursos de odio. Sin duda, es preocupante la aparición de figuras situadas en los márgenes extremos de la derecha del espectro político, y también el hecho de que sectores políticos más legitimados incorporen en su agenda parte de ese discurso", señala Núñez.

"El problema es que eso se traduce en un intento de eliminación del adversario", advierte. "Me preocupa también cómo va a repercutir esto en las nuevas generaciones, porque se vive una crisis de representación" en lo político, alerta el politólogo argentino, que estudia también la participación juvenil en la política. "Lo que tuitea un diputado o un senador no es solo una opinión para un grupo de amigos o para su feligresía, sino que el suyo es un rol más amplio, encarna una representación más amplia de la sociedad", puntualiza.

¿'Lobo solitario' o producto de crisis e incertidumbre?

El atacante posteaba fotos de sus tatuajes con símbolos nazis, como el sol negro, en Instagram. Aún no se sabe si actuó en solitario, o si forma parte de una organización. Las investigaciones están en curso, y aún queda mucho por esclarecer. Por el momento, la Justicia y los medios ofrecen fragmentos de un rompecabezas que debe ser resuelto lo antes posible.

"Hasta el momento, no hay elementos que nos ayuden a discernir si se trata de un ‘lobo solitario' o de una organización con una estructura más grande", observa el experto argentino. Por eso, "la Justicia evidentemente tiene que actuar rápido, ya que lo peor que podría pasar es que esto se vaya diluyendo en el tiempo y aparezcan cada vez más teorías conspirativas acerca de qué ocurrió".

"Reconstruir una esfera pública que no excluya las diferencias"

En cuanto al "deterioro democrático", Pedro Núñez explica que, "en los últimos tiempos, Argentina ha ido llegando a que la resolución de conflictos no se dé por las vías institucionales, sino por la apelación, de un sector a otro, a que la justicia resuelva conflictos políticos, o a la exacerbación de las posiciones".

En ese sentido, menciona también las protestas de la oposición con bolsas mortuorias con cadáveres ficticios ante la Casa Rosada, o carteles con Cristina Kirchner colgada en la horca. "Aquí me parece que hay un límite, y que la política tiene que empezar a plantearse encontrar soluciones, que no pueden estar fuera de lo político e institucional", subraya.

"Claramente, las identificaciones políticas han cambiado en el mundo. Y esto ha llevado a que la crispación sea una marca de época", continúa. "De hecho, mucha gente está pasándola mal" en Argentina. Por eso, dice, el sistema democrático debe demostrar que logra resolver esos problemas cotidianos, más allá de discursos abstractos.

¿Podría este atentado afinar posturas extremadamente opuestas en el país sudamericano, en favor de más democracia? Para Pedro Núñez, "es necesario que toda la clase política argentina reclame una investigación de este intento de asesinato contra Cristina Fernández de Kirchner, para encontrar la verdad. Y que haya un respeto de los adversarios políticos, para reconstruir una esfera pública democrática que no excluya las diferencias".

(rml)