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Así quiere Portugal abastecer de gas licuado a Europa

Jochen Faget
14 de septiembre de 2022

La ciudad portuaria portuguesa de Sines ha de convertirse en un nodo de energía. El gas licuado habría de bombearse de grandes cargueros a otros más pequeños, que puedan llegar a puertos centroeuropeos.

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Terminal de gas licuado en el puerto de Sines.
Terminal de gas licuado en el puerto de Sines.Imagen: Patricia de Melo Moreira/AFP/Getty Images

El ministro portugués del Medio Ambiente, José Duarte Cordeiro, anunció otro paso para convertir a la ciudad sureña de Sines en un nodo de energía: el terminal de gas licuado de su puerto será ampliado, con una inversión de 4,5 millones de euros, "para transportar gas licuado desde allí por barco hacia el resto de Europa”. La idea es trasvasijar el gas licuado que llega en grandes buques tanque a barcos más pequeños, que lo lleven a otros países, sobre todo centroeuropeos. También a Alemania. Pero todavía no está claro si los planes se materializarán.

Sines, ubicada unos 150 kilómetros al sur de Lisboa, es el único puerto de aguas profundas de Portugal, donde llegan los cargamentos de gas licuado para abastecer al país. "Es el puerto europeo más cercano a importantes países productores como Estados Unidos, Nigeria o Trinidad y Tobago”, indicó también el primer ministro, Antonio Costa, quien aseguró que se está negociando "al más alto nivel” con diversos países, entre ellos Polonia y Alemania, para abastecerlos vía Sines. Para ello no solo se han de ampliar las instalaciones del puerto sino también las capacidades de almacenamiento.

Capacidades existentes

"El terminal de gas natural de Sines ya tiene capacidad suficiente para trasvasijar gas de grandes tanques a buques más pequeños, que podrían viajar entonces a otros países”, dice el profesor universitario y experto en energía João Peças Lopes. "Estos podrían recalar entonces en puertos para los que el calado de los grandes tanqueros es demasiado grande”, explica. Y afirma que eso también resulta interesante para Alemania, porque estos solo podrían llegar al terminal de gas natural licuado de Wilhelmshaven, que está en construcción.

Además, tras lo ocurrido con Rusia, Alemania tiene que buscar otros abastecedores de gas, como Estados Unidos, por ejemplo. Y Sines queda prácticamente en la ruta.

Pero esto no resolvería el principal problema de Alemania, que es la falta de terminales en los que el gas licuado se vuelve a su estado gaseoso. Por otra parte, el puerto de Sines tendría competidores, como puertos de España que podrían ofrecer también trasvasijar gas licuado a buques más pequeños.

¿Inversión sin sentido?

Este es precisamente uno de los puntos que critican ambientalistas portugueses. "No entendemos por qué ha de invertirse ahora mucho dinero en una energía de transición”, plantea Francisco Ferreira, de la organización defensora del medio ambiente Zero.

Francisco Ferreira.
El ambientalista Francisco Ferreira.Imagen: Jochen Faget

Ciertamente, para el trasvasije de gas se necesita mucho menos infraestructura que para un gasoducto entre la Península Ibérica y Europa central, sobre el cual también se discute. No obstante, se trata de una solución transitoria, que será innecesaria a más tardar cuando se terminen de construir los terminales de gas licuado alemanes. Además, el ecologista hace notar que "España ya tiene capacidades mucho mayores y por eso, probablemente, podría despachar a menor costo que Portugal”.

Sin embargo, pese a todas las incertidumbres, Portugal sigue impulsando el proyecto de Sines. Además, el Gobierno piensa también en una aún más polémica cañería, que más adelante habría de transportar a Europa incluso hidrógeno verde producido en Portugal. Pero ese sería, en el mejor de los casos, un plan para un futuro más lejano.

(ers/ms)