1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Ejemplos de innovación

1 de septiembre de 2011

Hablar de innovación siempre es un tema atractivo. Suena a nuevo, a tecnología, a futuro. Pero a la hora de echar las cartas sobre la mesa, surge un problema: cada país debe innovar en condiciones muy diferentes.

https://p.dw.com/p/12RgY
Imagen: DW

La cooperación entre Europa y Latinoamérica en el campo de la innovación en la economía y en la ciencia fue el tema principal de la conferencia “Innovation by cooperation”, que tuvo lugar en Bonn entre el 30 de Agosto y el 1 de septiembre de 2011. Inevitablemente, a la hora de llevar el tema a la práctica, surgieron las comparaciones. Pero lejos de ser odiosas, en este caso los ejemplos resultaron muy constructivos para dibujar un panorama desde el cual construir relaciones beneficiosas a largo plazo.

Así fue el caso de los discursos ofrecidos por Jorge Robbio, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) de Argentina, y Michael Wappelhorst, del Ministerio de Innovación del estado alemán Renania del Norte-Wesfalia. Dos ejemplos radicalmente diferentes con distintas visiones de la innovación y la estrategia a seguir.

Jorge Robbio
Jorge Robbio, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Argentina.Imagen: DW

Argentina: un sistema complicado

“¿Qué se necesita para investigar? Todos los que vieron la película de ‘Frankenstein’ lo saben. Hace falta un castillo – o sea, un espacio, hace falta una máquina que transforme la energía de una tormenta eléctrica en vida humana – o sea, equipamiento, y hace falta recursos humanos cualificados – o sea, un científico loco y un ayudante tenebroso. Para todos esos elementos, en Argentina tenemos un órgano de apoyo”, sonríe Jorge Robbio, explicando de forma divertida lo complejo que es el sistema de promoción de la innovación en su país.

La primera ley de innovación llegó a Argentina en el año 1990. La ley 23.877 fue pionera en la promoción de la investigación y el desarrollo en el sector privado. Pero hasta 2007 no se creó un Ministerio de Ciencia y Tecnología; a él pasaron a pertenecer organismos como la  Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica que con sus fondos es la principal fuente de financiación para empresas con proyectos de innovación: para equipamiento, recursos humanos, proyectos de investigación y desarrollo, gastos para la obtención de patentes, compra de servicios tecnológicos…

La inversión en Investigación y Desarrollo en Argentina fue modesta hasta 2003, y desde entonces ha ido creciendo de forma sostenida en un 23% anual; el número de trabajadores ha aumentado más de un 50% entre 2003 y 2009, la gran mayoría menores de 39 años: “se observa un rejuvenecimiento en el sector de la investigación”, apuntó Robbio.

Michael Wappelhorst
Michael Wappelhorst, del Ministerio de Innovación de NRW.Imagen: DW

Alemania: industria e investigación unidas

Wappelhorst no representa a un país entero, pero sí a uno de los estados más importantes de Alemania: Renania del Norte Westfalia (NRW). Con sus 20 millones de habitantes es el estado más poblado y responsable de un 20% del PIB alemán Sede de 68 universidades y de casi la mitad de las empresas más importantes del país, estos hechos permiten afirmar al representante del Ministerio de Innovación que NRW tiene “un papel importante en el sistema europeo”.

50.000 científicos trabajan en universidades financiadas por el gobierno de NRW, así como en los muchos centros de investigación científica: la sociedad Helmholz, institutos Max Planck, institutos Fraunhofer y de la sociedad Leibniz. Para promover todo ello, el gobierno de NRW lleva desde 2007 una política de departamentos: “reorganizamos todas las iniciativas técnicas que teníamos tradicionalmente en ‘ciencias de la vida’ o en ‘tecnologías de la información’ e identificamos 16 departamentos”, explica Wappelhorst. “Combinamos los servicios e industria con la investigación y desarrollo que se llevan a cabo en las universidades e institutos, rompiendo así el vacío existente entre los actores económicos y la investigación”.

Asimismo, el gobierno de NRW lleva a cabo competiciones para financiar proyectos, ofrece préstamos y vales y pone asistentes de innovación al servicio de las compañías con ideas interesantes.

Deutsche Welle Bonn Funkhaus Gebäude
La conferencia “Innovation by cooperation” tuvo lugar en el edificio de la Deutsche Welle, en Bonn.Imagen: DW

Desafíos para los expertos

Ante los principales retos a los que ambos se enfrentan, Robbio comentó: “Argentina es un país que tiene una historia de alta volatilidad económica, fuerte conflictividad social y grandes turbulencias políticas. El desafío es generar un conjunto de instituciones y políticas capaces de resistir grandes crisis, algunas externas al país y al sistema económico y otras que generamos nosotros solos, porque somos muy creativos”, bromeó. Wappelhorst prevé que uno de los mayores retos será en el futuro “contratar jóvenes talentos que continúen con este desarrollo tecnológico debido a la poca cantidad de gente cualificada”.

Por supuesto, el problema de los actores que “se aprovechan” de la financiación para su propio beneficio siempre existe. En Alemania, Wappelhorst le llama “mitnahmeeffekt”: casos de compañías que hubieran llevado a cabo este tipo de proyectos en cualquier caso, pero que se aprovechan de las ventajas de los programas de financiación.

En Argentina, Robbio se encoge de hombros: “Hay una ley universal: cada vez que aparece una fuente de financiación más barata o un subsidio, van a ir a buscar ese beneficio tanto los que lo necesitan genuinamente para sacar adelante un proyecto, como aquellos que quieren acaparar fondos para enriquecerse. Algunos lo logran, otros no. Para ello tenemos un complicado mecanismo de evaluación, gracias al cual se han podido filtrar muchos casos en los cuales el consorcio no era genuino.”

Dos escenarios radicalmente distintos, un mismo concepto de innovación. La conferencia de Bonn permitió comparar detalles y llegar a un acuerdo universal entre expertos: la cooperación es la clave para el progreso.

 

Autora: Lydia Aranda Barandiain
Editor: Pablo Kummetz