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Alemania: piden cadena perpetua para presunta neonazi

12 de septiembre de 2017

Se trata de Beate Zschäpe, presunta integrante de la red neonazi Resistencia Nacionalsocialista, que realizó atentados en los que murieron inmigrantes y una policía.

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Deutschland NSU-Prozess Beate Zschäpe
Imagen: Getty Images/A. Gebert

La fiscalía antiterrorista de Alemania pidió hoy cadena perpetua para la presunta neonazi Beate Zschäpe por complicidad en el asesinato de ocho inmigrantes turcos, uno griego y una agente de policía alemana entre los años 2000 y 2007. Zschäpe, de 42 años, es la única superviviente del trío neonazi autodenominado Resistencia Nacionalsocialista (NSU) que también conformaban sus compañeros Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, ambos ya fallecidos.

La mujer del este alemán fue procesada durante cuatro años en un megajuicio por el que pasaron más de 800 testigos. Además de las muertes se le imputaban complicidad en dos atentados explosivos en Colonia con un saldo de decenas de heridos y numerosos asaltos armados. El fiscal Herbert Diemer alegó que la cadena perpetua era la condena indicada para cada uno de los asesinatos.

Una historia de fanatismo

Según sus palabras, Zschäpe compartió la ideología fanática nacionalsocialista del trío y contribuyó a sembrar el miedo en los inmigrantes a través de muertes arbitrarias. Zschäpe ha negado toda participación en las muertes, de las que responsabilizó a sus dos compañeros. Según la versión oficial, Mundlos y Bohnhardt se suicidaron en 2011 cuando eran perseguidos por la Policía tras el asalto a un banco. Junto con Zschäpe rinden cuentas ante la Justicia Carsten S., Ralf W., André E. y Holger H, acusados de colaboración en la trama de violencia ultraderechista que más revuelo ha causado en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial.

En los últimos cuatro años, la Justicia alemana llamó a declarar a 815 testigos y consultó a 42 expertos para intentar arrojar luz sobre la célula neonazi que sembró durante años el terror en Alemania. El caso, que comenzó a juzgarse en mayo de 2013, dejó al descubierto graves fallos por parte de la Policía y los servicios de inteligencia germanos, que no tuvieron la mínima sospecha de una posible motivación racista y dirigieron las pesquisas hacia el entorno de las víctimas, suponiendo que eran ajustes de cuentas entre mafias extranjeras.

EL(dpa, efe)