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Alemania: la controversia del salario mínimo

Timothy Rooks
20 de octubre de 2021

Alemania es bastante nueva en la lista de países con salario mínimo. Ahora, en las conversaciones para formar gobierno, se ha planteado la posibilidad de aumentarlo, sin consultar a la comisión técnica correspondiente.

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Imagen: Hendrik Schmidt/dpa/picture alliance

Desde que se introdujeron los primeros salarios mínimos a finales del siglo XIX, estos han sido muy controvertidos. En todo el mundo, la mayoría de los países cuentan con algún tipo de legislación al respecto, aunque suele haber muchas excepciones a las normas.

En Alemania, el 1 de enero de 2015 se introdujo un salario mínimo a nivel federal durante el gobierno de la canciller conservadora Angela Merkel, aunque se debió principalmente a la presión de sus socios de coalición, los socialdemócratas.

Reemplazó a los distintos salarios mínimos negociados en los diferentes sectores y se fijó en 8,50 euros por hora en todo el país. Desde entonces ha ido subiendo poco a poco y actualmente alcanza los 9,60 euros. Dos aumentos más están previstos desde ya. Para julio de 2022 los trabajadores pueden esperar ganar al menos 10,45 euros por hora.

Dentro de Europa, el salario mínimo de Alemania es uno de los más altos, solo superado por Luxemburgo y Francia. Varios países de la Unión Europea, como Dinamarca, Italia, Austria, Chipre, Finlandia y Suecia, no cuentan con ningún salario mínimo nacional. Estos siguen dependiendo de los sindicatos y de los sectores individuales para fijar sus propios salarios.

Christian Lindner (FDP), Annalena Baerbock (Verdes) y Olaf Scholz (SPD) mantienen conversaciones para una coalición de gobierno.
Christian Lindner (FDP), Annalena Baerbock (Verdes) y Olaf Scholz (SPD) mantienen conversaciones para una coalición de gobierno. Imagen: Kay Nietfeld/dpa/picture alliance

¿Incluye a todos los trabajadores?

El salario mínimo de Alemania cubre a la mayoría de los trabajadores en el país mayores de 18 años. Esto incluye a los trabajadores de temporada, independientemente de su procedencia.

Pero, como en la mayoría de los lugares, hay una serie de excepciones a la regla. Los aprendices, los que participan en programas de promoción laboral, los desempleados de larga duración en los primeros seis meses después de reincorporarse al mercado laboral y los autónomos no están cubiertos por la ley del salario mínimo. Los trabajadores en tránsito, como los pilotos de avión o los conductores de camiones, tampoco están cubiertos por la ley del salario mínimo.

El salario mínimo inicial fue fijado por el gobierno en su momento. Después, un minúsculo organismo gubernamental independiente, llamado Comisión del Salario Mínimo, se encargó de fijar la tarifa y hacer ajustes. En todas sus decisiones tienen que equilibrar la protección de los trabajadores, la competencia leal y los niveles de empleo. Las consideraciones políticas no tendrían lugar. Pero ahora se pone en duda la independencia de este grupo.

Los aprendices no reciben salario mínimo en Alemania.
Los aprendices no reciben salario mínimo en Alemania.Imagen: Lisa Hänel/DW

La controversia por el salario mínimo

Lo que ha vuelto a poner el salario mínimo en el centro de atención en Alemania son las conversaciones para formar un nuevo gobierno de coalición. Las conversaciones entre los socialdemócratas (SPD), los verdes y los liberales (FDP) van a comenzar en serio tras una fase exploratoria inicial. Ahora tienen que ponerse todos de acuerdo en un plan de gobierno.

Una de las promesas de campaña del SPD y Los Verdes que puede hacerse realidad es un plan para aumentar el salario mínimo en un año hasta los 12 euros por hora. Hacerlo no solo echaría por tierra años de trabajo de la Comisión del Salario Mínimo, sino que simplemente pasaría por encima de ella y le restaría independencia. Sin inmutarse, los partidos dicen que después de este aumento puntual la comisión puede volver a tomar el relevo.

Esta repentina politización del tema ha levantado críticas. Los partidos señalan que el salario mínimo era demasiado bajo para empezar y que aumentarlo es una forma de luchar contra la pobreza; pero muchos expertos dicen que hay mejores formas de hacerlo. Además, un aumento de este tipo haría menos probable que la comisión aceptara más aumentos en un futuro próximo, manteniéndolo estancado en 12 euros.

Cuando el salario mínimo se implantó en Alemania en 2015, muchos temían que esto llevaría a las empresas a mudarse a lugares donde la mano de obra fuera más barata o a sustituir a los trabajadores por máquinas. Algunos expertos predijeron que se perderían hasta 900.000 puestos de trabajo. Pero, en aquel entonces, eso no ocurrió. Con esta nueva apuesta se verá si la economía alemana vuelve a ser lo suficientemente fuerte como para hacer frente a ese aumento.

(ct/er)