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Alemanes seguirán pagando su reunificación

Mirra Banchón19 de septiembre de 2007

Desde hace 17 años, Alemania trabaja porque la frontera que la dividía desaparezca, en todos los ámbitos. Aunque mucho se ha logrado, faltan diez, quince o veinte años para que no haya más, realmente, Este y Oeste.

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Wolfgang Tiefensee, ministro alemán de Tránsito, Construcción y Desarrollo Urbano, responsable de la reconstrucción del EsteImagen: AP

A los habitantes de la ex les queda aún mucho para estándar de vida de los del oeste, los alemanes de los diez Länder que conformaron hasta 1990 la República Federal de Alemania. “Con unos diez, quince o veinte años habría que contar”, aseveró hoy el ministro alemán para la Reconstrucción, el socialdemócrata Wolfgang Tiefensee, quien prepara el informe anual que se presenta cada aniversario de la reunificación alemana, el 3 de octubre.

Muchos logros, pero todavía falta

A 17 años de la reunificación asevera Tiefensee: “En el Este estamos orgullosos de lo que hemos logrado; quien hubiese pensado que lo íbamos a conseguir tan pronto. Sin embargo, todavía requerimos apoyo”. A lo que refiere con apoyo no es nada más ni nada menos que el “suplemento de solidaridad”, un impuesto que el Gobierno Federal alemán recauda de todo ciudadano, y con el cual, desde 1991, ha financiado la “reconstrucción del Este”. Se calcula que en lo que va desde la reunificación, 10 mil millones de euros ha sumado este aporte de los germanos, de ambos lados de esta ahora invisible frontera. 5,5 por ciento del ingreso se destina a ese fondo.

Berlin Mauer Jahrestag
Menschen aus Ost und West tanzen am Tag nach der Grenzoeffnung auf der Mauer vor dem Brandenburger Tor in Berlin am 10. Nov. 1989. Vor 15 Jahren, am 9. Nov. 1989, verkuendete der SED-Funktionaer Guenter Schabowski das neue Reisegesetz und damit die Oeffnung der Mauer. (AP Photo/Thomas Kienzle)Imagen: AP

Le cuesta a cada ciudadano

“¿Por qué tengo que seguir pagando yo, yo nunca quise que se tirara el Muro de Berlín”, dice un joven alemán de los “viejos” estados federados en su blog. Sin embargo, cuando la apertura de la Cortina de Hierro, el desmoronamiento del régimen de la ex República Democrática Alemana, la caída del Muro y la consiguiente posibilidad real de que los alemanes –separados por las fronteras aliadas desde el fin de la guerra y por una frontera concreta y mortal desde 1961- volviesen a formar un solo Estado, casi nadie se oponía a la reunificación.

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Entre el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y la reunificación en 1990 pasó mucho tiempo; la gente vivió en sistemas muy diferentes. Y sobre todo -en lo que atañe al porqué del “suplemento de solidaridad”- se dieron procesos de reconstrucción diferentes.

La hora cero, la de resurgir de entre los escombros, no fue igual para las dos Alemanias, oficialmente constituidas como tal en 1949. Para la Alemania Federal –gracias al apoyo económico del Plan Marshall y las potencias aliadas- en 1948 comenzó el “milagro económico alemán”; las tiendas se llenaron; la industria y la infraestructura reaparecieron paulatinamente. La Unión Soviética, por el contrario, no apoyó la reconstrucción de su zona, convertida ahora en República Democrática Alemana.

¿Qué pasó después de la algarabía por la reunificación? ¡Siga leyendo!

Deutschland Hochwasser in Dresden Semper Oper
La Ópera de Dresde, un ejemplo de la reconstrucción, amenazada con la inundaciones de 2002Imagen: AP

Reunificación, sí. Pero, ¿cómo?

Cuando la revolución pacífica de Leipzig o la apoteósica caída del Muro de Berlín, se pudo contar con los dedos de una mano las voces que se levantaron para expresar que la tan ansiada reunificación -aparte de ser un proceso lento y complejo- iba a costar mucho dinero. En esa febril algarabía y en el, por demás válido, júbilo y deber histórico de juntar ambas Alemanias, no se quería, o no se debía, visualizar la ardua tarea que ello significaría.

Los nuevos Länder carecían de la infraestructura de la Alemania Federal. Y ni qué decir de las disparidades monetarias, del desnivel de salarios, de las diferencias en las cajas de pensiones, del dispar nivel de vida. El primer timbre del despertador fue, precisamente, el suplemento de solidaridad: cada ciudadano aportaría de su bolsillo a esta nueva Alemania reunificada.

La frontera ya no está, pero sigue estando

Se suele decir que 17 años después la frontera sigue existiendo, y una mirada analítica detecta fácilmente los puntos en que difieren el Este y el Oeste, los ossis y los wessis. Así, según declara el ministro Tiefenseee: “Los nuevos Länder se han afincado y han avanzado. Pero aún tenemos terribles problemas.

A pesar de que el crecimiento económico es de un 3 por ciento (los viejos Länder 2,7 por ciento), “no contamos con una economía estable y autosuficiente. El desempleo es dos veces mayor. Y sobre todo la emigración de la gente joven es un gran problema que enfrentan las regiones rurales”, declara Tiefensee. “Años le faltan a los este para vivir como los del oeste”, resume la televisión estatal alemana. ¿Y en cuanto al suplemento que sale de cada monedero? “Requerimos todavía de transferencia financiera”, declaró el encargado de la reconstrucción del “otro lado” de Alemania.