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Agua y devastación - Nuevas medidas de control de las inundaciones

27 de julio de 2021

Los fenómenos meteorológicos extremos aumentan a nivel mundial: lluvias torrenciales, inundaciones, riadas y aludes, también en Alemania. Un estudio advierte que en los próximos 25 años el riesgo de inundaciones será siete veces mayor que el actual.

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Las estrategias erróneas también han sido causantes de inundaciones peligrosas. Durante años, las ciudades y los municipios más pequeños confiaron en que con elevar y estabilizar las presas de contención era suficiente, y ahora, conforme se abría paso el agua, se han visto las dramáticas consecuencias que tenía esa medida. Mientras tanto, en Europa se están replanteando cambiar de método e "invitar al agua a entrar". Los Países Bajos ya son líderes en ello. En Dordrecht, ya no intentan retener las subidas con diques cada vez más grandes, sino todo lo contrario: la ciudad le hace sitio al mar. Para ello, los parques infantiles, las instalaciones deportivas y urbanizaciones enteras están diseñadas de tal forma que pueden absorber una enorme cantidad de agua sin que las casas lleguen a "mojarse los pies". "Tenemos un sistema", dice el profesor de ingeniería hidráulica Marcel Stive, "en el que la naturaleza nos ayuda y nos protege de las consecuencias del cambio climático y la subida del nivel del mar". En Colonia también han aprendido de las inundaciones del pasado. A lo largo del Rin, hay praderas aluviales que absorben el agua, estaciones de bombeo especiales y muros de contención móviles que protegen la ciudad en caso de que se desborde el Rin. Y también hay una historia de éxito en el valle del Elba, cerca de Lenzen, en Brandeburgo: allí se cortó el antiguo dique, devolviendo 600 hectáreas de terreno al río. La naturaleza florece de verdad: "Especies raras como el pigargo europeo y los cisnes cantores han encontrado un nuevo hogar", dice entusiasmada la investigadora Kleinwächter, "y eso atrae a los turistas". La ciudad francesa de Nevers se dio cuenta hace años de que un río no debe estar confinado. Por ello, en donde confluyen los ríos Loira y Alliers hay zonas de barbecho creadas especialmente con ese propósito, bosques de galería y zonas pantanosas. Medidas que también hicieron que el río fuera más predecible y menos peligroso durante las crecidas.