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75 años de FMI: nuevo escenario y nuevos actores, como China

Thomas Kohlmann
22 de julio de 2019

Hace 75 años, la comunidad internacional creó un marco común para la economía global. ¿Cuál es el estado de las instituciones creadas en Bretton Woods, como el FMI y el Banco Mundial?

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 Christine Lagarde, la aún presidenta del Fondo Monetario Internacional
Christine Lagarde, la aún presidenta del Fondo Monetario InternacionalImagen: picture-alliance/dpa/S. Hoppe

22 de julio de 1944: mientras las fuerzas aliadas en Francia luchaban aún contra los nazis, representantes de 44 países se reunieron en Bretton Woods, New Hampshire. Objetivo: crear un orden económico global para la posguerra. En ese día, se colocó la primera piedra del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), hasta ahora parte del grupo de BAnco Mundial, y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que promueve la cooperación en política monetaria internacional. El FMI inició operaciones el 1° de marzo de 1947.

El FMI fue hecho para facilitar la expansión y el crecimiento equilibrados del comercio mundial, promover la estabilidad de los tipos de cambio y ayudar a establecer un sistema de pago multilateral. Además, el FMI debía ayudar a los países en problemas con dinero del fondo común, pero solo "temporalmente y con adecuadas garantías". Justo por ese papel de "prestamista de última instancia" que pone condiciones para evitar el colapso financiero de un Estado miembro en problemas, hizo que el FMI fuera odiado en varios países, como Argentina o Grecia.

Una de las tareas centrales del Fondo Monetario Mundial ha sido la de reducir los desequilibrios de la balanza internacional de pagos de los países miembros.

China como "socio clave"

¿Cual es la situación actual? Para Heribert Dieter, de la Fundación para la Ciencia y la Política (SWP), con sede en Berlín, las instituciones financieras están bajo una presión considerable, no solo por los conflictos entre Estados Unidos y China y otros socios comerciales: "La situación es difícil. No hay euforia, por decir lo menos”.

Los economistas están de acuerdo en que el Fondo Monetario Internacional actualmente no podría proteger a China o Italia de un colapso financiero. Por eso, una reforma del FMI se hace aún más urgente. El Banco Mundial tiene la menor cantidad de problemas, según Dieter. A pesar de que ahora está sometido a una mayor presión, debido a las iniciativas chinas del Banco Asiático de Desarrollo de Infraestructura (AIIB) y La Ruta de la Seda.

La Ruta china de la Seda, que incluye tratados bilaterales entre los países receptores y Pekín, plantea problemas importantes: "Pekín está entregando préstamos a países como Kenia y Sri Lanka, que luego no pueden ser pagados por los altos intereses, por lo que China exige compensaciones muy controvertidas. Esto es muy difícil", agrega Dieter.

África se está despertando

Muchos proyectos que pintaban prometedores, han resultado ser un fiasco. En Kenia, por ejemplo, China no cumplió lo que prometió en la construcción de la línea ferroviaria de Mombasa a Nairobi. "Su fracaso recuerda a los casos fallidos de la política de desarrollo europea de los años 60”, apunta Dieter, quien resalta que "China ha demostrado ser menos altruista de lo que los chinos le han querido hacer creer al resto del mundo".

Pero ya otros países africanos comienzan a notarlo: el gobierno de Sierra Leona canceló la construcción de un aeropuerto planificado. El argumento: "No necesitamos un aeropuerto construido por chinos, por compañías chinas y con capital chino, porque lo que luego nos queda es un aeropuerto, pero también una alta cuenta de cobro”. 

Récord de préstamos chinos

Un estudio realizado por el Instituto de Kiel para la Economía Mundial ha demostrado que China asigna muchos más créditos extranjeros de lo que informa. El hecho preocupante: "Alrededor del 50% de los préstamos internacionales de China a países emergentes y en desarrollo no aparece en las estadísticas oficiales.

Los investigadores de Kiel, Sebastian Horn y Christoph Trebesch, coinciden con Carmen Reinhart, de la Universidad de Harvard, en un hecho preocupante: "si bien, muchos de los proyectos financiados por China son de gran beneficio para los países receptores, especialmente para la infraestructura, los grandes volúmenes de deuda y su falta de transparencia plantean riesgos para la estabilidad financiera mundial”.

Heribert Dieter también considera que la Organización Mundial del Comercio (OMC) necesita una gran reforma: "La OMC sigue siendo útil y necesaria, pero también tenemos el problema de que algunos países desarrollados todavía se hacen pasar como países en desarrollo para gozar de condiciones especiales, lo que no le gusta nada a los viejos países industrializados. Washington ejerce mucha presión, mientras los europeos son un poco más reservados".

Tareas para la nueva Comisión de la Unión Europea

El experto de Berlín no cree que la Unión Europea sea el perdedor no invitado de la partida de póker comercial entre EE. UU. y China: "Los estadounidenses y los chinos dominan los titulares, pero como potencia comercial, la UE todavía está a la vanguardia y no hay motivo para temer por la competitividad de las empresas europeas".

Sin embargo, el tema prioritario que la designada presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, deberá abordar es el superávit que genera la Unión Monetaria Europea en cuenta corriente y que lleva al resto del mundo a tomar préstamos de la zona euro. "Habría que reflexionar acerca de si eso es una buena idea", según Dieter.

En política comercial, la Unión Europea habla con una sola voz y al mismo nivel con estadounidenses y chinos. Pero Dieter se cuestiona algo muy diferente: "¿Cómo se posiciona Europa?" Según su pronóstico, "la UE tiene que decidirse si apoya a Estados Unidos o a China. No se pueden estar con ambos bandos. Una pregunta a la que pronto tendrá que haber una respuesta".

(jov/er)