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50 años del lavacoches automático

Emilia Rojas Sasse8 de agosto de 2012

La idea del lavadero automático de coches surgió en Alemania hace 50 años, y hoy sigue funcionando en cada gasolinera. ¿Se imaginan hoy poder vivir sin él?

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Imagen: Fotolia/muro

Si hiciéramos una encuesta popular con la pregunta “¿Cuál ha sido para usted el invento más útil que ha hecho el hombre?”, seguramente ocuparían los primeros puestos elementos como la bombilla de luz, la lavadora o Internet. Pero muy probablemente, no mucho más abajo, aparecería el lavadero de coches.

Y es que este extraordinario aparato que ya damos por hecho cada vez que vemos que el retrovisor empieza a estar más opaco de lo normal no solo nos ahorra significativas cantidades de tiempo y esfuerzo, sino que, además, es divertido. ¿Quién no se ha quedado alguna vez embelesado viendo los grandes rollos de tela danzar alrededor del coche como tornados de colores? ¿Quién no ha sentido alguna vez la tentación de bajar las ventanillas y ver qué pasa?

Symbolbild Waschanlage
¿No han tenido nunca la tentación de abrir las ventanillas durante este proceso?Imagen: picture-alliance/dpa

El lavadero de coches cumple 50 años, y en este día de aniversario merece la pena echar una mirada atrás y ver cómo surgió la idea de este leal compañero que abre sus puertas en cada gasolinera. La idea vino de dos inventores alemanes, seguramente hartos de darle a la esponja y la manguera cada dos por tres para tener el auto siempre impecable.

Evolución de una idea

El 8 de agosto de 1962, los empresarios de Augsburgo Gebhard Weigele y Johann Sulzberger patentaron el primer “lavadero automático para vehículos de motor”. Su aspecto era algo diferente a las máquinas de hoy día: básicamente era un sistema de cepillos que frotaban el coche mientras éste se deslizaba por raíles. Tenía solo un programa de lavado, y hasta el año siguiente no salió un modelo con secador. Al año siguiente salió también una versión mejorada que ya no requería la mano del hombre para nada, y en 1970 llegaron los rollos de colores.

Moderne Autowaschanlage 1964 in Düsseldorf
Los lavaderos de antaño eran algo diferentes a los de ahora.Imagen: picture-alliance/dpa

Hoy día, la tecnología puede haber avanzado, pero el principio se mantiene. “Puede que nunca llegues a ser rico – pero es mejor que picar en una mina – Nunca sabes a quién te puedes encontrar – Una estrella de cine o un jefe indio – En el lavadero de coches”, cantaba Rose Royce en 1976. Y es que no importa que seas rico, pobre, famoso o solitario: a todos les gusta dejar su coche en los fiables raíles del lavadero y dejar que las máquinas hagan el trabajo duro.

Demanda en declive

Los inventores fundaron la compañía Lavaderos Wesumat GMBH (WEigele, SUlzberger, autoMÁTico), que en el año 2000 se fusionó con su principal competidor California Kleindienst para formar la compañía actualmente líder en el mercado de lavaderos, Washtec AG. Y tras cinco décadas de éxito comercial, el mercado en Europa parece haberse estancado.

“Hace cincuenta años floreció el negocio, naturalmente, porque todos querían tener uno”, dice la presidenta de la Asociación Federal de Gasolineras y Lavaderos de Automóvil, Sigrid Pook. Tras la reunificación alemana se dio otro momento de auge, pero según Pook, no se volverá a dar otra situación similar.  “El mercado alemán está relativamente saturado”, dice el portavoz de Washtec, Thomas Roth. “China y Rusia, esos son nuestros focos de esperanza ahora.”

Symbolbild Waschanlage
Hoy día, apenas existe gasolinera sin servicio de lavado automático.Imagen: picture-alliance/dpa

Mientras tanto, aunque lavaderos enteros hayan dejado de venderse como rosquillas, se siguen vendiendo piezas de repuesto. Porque, en 50 años, hay otra cosa que no ha cambiado: la tecnología tampoco perdona el paso de los años.
 

Autora: Lydia Aranda Barandiain
Editora: Pablo Kummetz