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Viajar "gratis" cuesta caro

13 de febrero de 2007

Julen Erostegui aconseja no esquivar la máquina expendedora de boletos al viajar en el transporte público alemán. Un acto así podría hacer doler el bolsillo del visitante y enturbiar la estadía en las ciudades germanas.

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Mejor es no caer en la tentación.Imagen: AP

El año pasado tuve la ocasión de visitar Berlín y parte del este de Alemania, y me pareció muy interesante. Estuve en Dresden, Leipzig, Bautzen y Usedom. Una cosa me llamó la atención, y es que, al viajar en tranvía o metro, no se ven empleados uniformados que "pican" tu billete, ni tampoco hay que sortear barreras para acceder al metro. Así, fácilmente alguien puede caer en la tentación de viajar sin pagar. Pero las apariencias engañan, y es lógico que haya controles. Los berlineses, y los alemanes, en general, tienen fama de disciplinados, aunque esto no es sólo una muestra de civismo.

Cuando se viaja en metro sin billete, en alemán "schwarzfahren" (viajar en negro), se puede tener la desagradable experiencia de encontrarse con controles volantes de inspectores de incógnito, vestidos de civil, que, en un momento dado, piden que todo el mundo enseñe sus billetes validados. He tenido la oportunidad de presenciar estas inspecciones volantes especiales, y, si a uno se le ha pasado por la cabeza la opción de viajar sin pagar, se le van las ganas. Además la multa es sustancial, ya que asciende aproximadamente a los 30 euros. Por lo demás, Berlín es una ciudad apasionante, Dresden es monumental, y la costa del Báltico, muy fría.