Una "misa" para rendir culto a las armas
La mayoría de las religiones tiende a predicar el amor y la paz; pero ese mensaje suele ser malinterpretado con frecuencia. Como muestra, una misa celebrada en Estados Unidos a la que se asiste armado hasta los dientes.
¡Bendito seas, AR-15!
El fusil de salto semiautomático AR-15 es el arma predilecta de los estadounidenses. Fue con esa arma larga que se perpetró la matanza en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, Florida, el 14 de febrero de 2018. Esa es también el arma que más feligreses llevaron a la extraña misa celebrada el 28 de febrero en Newfoundland, Pensilvania (en la imagen, en una versión dorada).
Con municiones por corona
A los feligreses se les pidió que asistieran a la misa con una corona; algunas de ellas fueron hechas a base de municiones. Esa ceremonia religiosa fue organizada por un hijo del difunto Sun Myung Moon, el coreano que emigró a EE. UU. y fundó la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial –más conocida como la secta Moon–, tras autoproclamarse mesías.
Tras los pasos de su padre
Originalmente, se suponía que Moon Hyung-jin (coronado, en el lado derecho de la foto) debía asumir el liderazgo de la secta Moon tras la muerte de su padre, en 2012. Pero una rencilla con su madre lo llevó a fundar su propia iglesia. En esta imagen, él bendice a parejas casadas ...y a sus armas.
¿Derecho divino?
La iglesia le pidió a sus feligreses que llevaran sus armas a la misa como prueba de que creían en el derecho a poseer armas y estaban dispuestos a defenderlo. En su sermón, Moon Hyung-jin alegó que la posesión de armas era un derecho otorgado por dios. Esta ceremonia, que llamó la atención de la prensa, reveló hasta qué punto un segmento de la población estadounidense venera sus arsenales.
Precauciones de rigor
Las armas traídas a la misa por las alrededor de 250 parejas invitadas fueron inspeccionadas en la entrada de la iglesia para confirmar que estuvieran descargadas. Además, el cargador de las mismas fue sellado para evitar que a alguien se le ocurriera la idea de consumar una masacre en el templo.
Una clara jerarquía
En la ceremonia religiosa se hizo evidente una clara jerarquía: los puestos delanteros estaban reservados para quienes poseían ametralladoras, fusiles de asalto o metralletas y los asientos traseros, para los dueños de revólveres y otras armas con menor poder de fuego. Los fotógrafos y camarógrafos sólo tuvieron permitido estar de pie al final de la sala.
¿Riesgo reducido?
Al parecer, cuando los entusiastas de las armas se reúnen, el resto de sus conciudadanos corre menos peligro. Un estudio realizado por científicos estadounidenses revela que, durante el encuentro anual de la NRA, la asociación de los lobbyistas de las armas de fuego en EE. UU., el número de heridos desciende en un 20 por ciento; ese efecto empieza unos días antes y termina varios días después.
“¡Ya basta!”
En EE. UU. hay 300 millones de armas de fuego en circulación y éstas causan 30.000 muertes cada año. Pero también está creciendo el número de personas que protestan airadamente contra la laxitud de las leyes que regulan la posesión y el porte de armas. Tras la matanza de Florida, ha aumentado la cantidad de jóvenes que se han unido a la causa de exigir controles más severos.