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Un imputado por el asesinato del cura de Normandía

31 de julio de 2016
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Un primo de uno de los dos hombres que el martes pasado asesinaron a un cura cuando oficiaba una misa en Normandía fue imputado hoy por un juez antiterrorista por estar al corriente de que su familiar preparaba un atentado, informó la Fiscalía de París. Se trata de Farid K., de 30 años –primo de Abdel Malik Petitjean–, objeto de una investigación judicial abierta por la Fiscalía, que en un comunicado indicó que le imputa cuatro cargos. Se le acusa de pertenencia a una organización terrorista y de asesinato terrorista en banda organizada de una víctima por motivo religioso, en relación con la muerte del párroco Jacques Hamel. También se le imputan los cargos de tentativa de asesinato terrorista de una víctima por su religión, porque un anciano resultó herido grave en el ataque a la iglesia; y de secuestro terrorista de varias personas en banda organizada, ya que durante el atentado hubo una toma de rehenes. El Ministerio Público hizo hincapié en que las investigaciones realizadas han puesto en evidencia que Farid K. –quien se presentó en una comisaría al enterarse de que su primo era uno de los autores del atentado– sabía "perfectamente" que Petitjean preparaba con carácter inminente una "acción violenta", aunque pudiera no estar al tanto del lugar y del día preciso. Por otro lado, un joven de 22 años que también fue interrogado bajo arresto para aclarar su posible complicidad con los dos terroristas ha quedado en libertad sin cargos. En este caso, se trata de un refugiado sirio que había sido detenido el jueves en un centro de acogida de Cusset, en el departamento de Allier, después de que en la casa de Adel Kermiche, cómplice de Petitjean, se encontrara una fotocopia de su pasaporte. Petitjean y Kermiche, ambos de 19 años, irrumpieron el pasado martes por la mañana en la parroquia de Saint Étienne du Rouvray, a las afueras de la ciudad de Ruán, degollaron al párroco Jacques Hames, que oficiaba una misa, y dejaron malherido a un feligrés también octogenario. Los dos jóvenes, que mantuvieron retenidas a las personas que asistían al oficio religioso, fueron abatidos por la policía al salir de la iglesia. Su acción fue reivindicada por el Estado Islámico (EI).