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Resistencia en 140 caracteres

Cenk Baslamis/ CP6 de junio de 2013

En Turquía continúan las protestas contra la política de Recep Tayyip Erdogan. Los medios tradicionales las silenciaron durante demasiado tiempo, por lo cual las redes sociales juegan un papel clave.

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Imagen: picture-alliance/dpa

En el corazón de Estambul, la decisión de construir un gran centro de compras en el Parque Gezi, cercano a la plaza Taksim, provocó fuertes protestas contra el Gobierno del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. Los activistas más jóvenes – a los que se les reprochaba ser apolíticos- usan ahora un arma muy conocida en todo el mundo: Twitter. Esa plataforma les sirve para informarse acerca de las intervenciones de la Policía y advertir a los demás sobre el uso de gas pimienta. La Policía turca cuenta con equipos que actúan de manera subrepticia, pero no son tan rápidos como los que tuitean. A los defensores del Parque Gezi le resultan suficientes los 140 caracteres de Twitter para organizar manifestaciones u obtener el material que necesitan, ya sean medicamentos o alimentos.

Algunos de los manifestantes en Twitter tienen cerca de 50.000 seguidores, lo cual hace que sus mensajes se difundan con mucha rapidez. El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, calificó a Twitter de “principal agitador” y de un “escándalo para la sociedad”. Soprendente, pues justo diez días antes, Erdogan había estado de visita en Silicon Valley, California, donde dijo: “El saber es un bien universal de la Humanidad, y de eso nos beneficiaremos todos”.

Manifestantes en la Plaza Taksim, en Estambul.
Manifestantes en la Plaza Taksim, en Estambul.Imagen: picture-alliance/dpa

También las falsas informaciones se difunden rápidamente

Los mensajes de Twitter también pueden provocar desinformación y ser utilizados para la provocación. La imagen de un hombre gravemente herido en las calles de Estambul produjo una reacción masiva entre los tuiteros, y luego resultó que la fotografía no correspondía con la realidad. La noticia de que el jefe de la Policía de Estambul había sido despedido también era falsa, lo mismo que un video que circuló a través de Twitter, y que mostraba, presuntamente, la muerte de un manifestante. La foto en la que un policía turco le tira gas pimienta a un perro proviene, en realidad, de Italia. Aún así, para decenas de miles de personas en Turquía, Twitter es el mejor medio de comunicación. Serdar Kuzuloglu, columnista del periódico Radical, llamó a la plataforma social “el centro neurológico de un movimiento de resistencia que no tiene una central de comando”.

El Parque Gezi, en Estambul.
El Parque Gezi, en Estambul.Imagen: picture-alliance/dpa

Un problema para los medios tradicionales

Los perdedores de las protestas en Turquía son, sin duda, los medios de ese país, que ignoraron durante largo tiempo los sucesos. Las redes sociales Twitter y Facebook, por el contrario, publicaron cantidades de fotos y videos reales que mostraban los choques de manifestantes con la Policía y las fuerzas de seguridad. A pesar de eso, los canales turcos siguieron emitiendo talkshows y películas sobre animales.

Los turcos siguen protestando contra el primer ministro de su país, Erdogan.
Los turcos siguen protestando contra el primer ministro de su país, Erdogan.Imagen: picture-alliance/dpa

Los ciudadanos turcos están tan molestos que hasta se reunieron delante del edificio de NTC, la mayor emisora turca de noticias para protestar.

NTV tuvo que disculparse públicamente por no emitir los sucesos en Turquía. Pero la disculpa llegó demasiado tarde. “A los redactores de noticias, la autocensura les apagó el instinto periodístico”, comentó el popular diario Hürriyet.

Autor: Cenk Baslamis/ CP

Editor: Claudia Herrera Pahl