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Todo el año es Navidad

21 de diciembre de 2011

Rothenburgo es la sede oficial de la Navidad en Alemania. Allí se halla el único museo de Navidad del mundo, y una tienda inmensa en la que se pueden comprar artículos navideños todo el año.

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Aldea de Navidad Käthe Wohlfahrt en Rothenburgo.
Aldea de Navidad Käthe Wohlfahrt en Rothenburgo.Imagen: DW


Rothenburgo se encuentra en el oeste de Baviera, entre Wurzburgo y Núremberg. Es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Alemania y cuenta con unos 11.000 habitantes. Especialmente durante la época navideña, los turistas invaden Rothenburgo, que se engalana para esa fecha y ofrece más de un bello motivo fotográfico. Tampoco falta el típico mercado de Navidad, que ofrece vino caliente condimentado con canela, galletitas de jengibre y todo tipo de exquisiteces.

Pero los amantes de la decoración navideña saben que en Rothenburgo los espera la tienda Käthe Wohlfahrt, que ofrece todo lo que el corazón de los amantes de la Navidad pueda desear. Ya a la entrada, el visitante es recibido por un gigantesco muñeco cascanueces de madera. Al ingresar a la tienda uno se sumerge en el maravilloso mundo de los cuentos de hadas en el que los fanáticos de la Navidad encuentran lo que buscan: ángeles de cera, muñecos de madera, pirámides de Navidad, decoración para el arbolito en todas las formas y colores imaginables, pesebres y muchas cosas más.

Ángel hecho a mano.
Ángel hecho a mano.Imagen: DW

Tanta diversidad necesita lugar para poder ser apreciada debidamente. Luego de recorrer un par de metros, se comprende por qué se llama a esa tienda “La aldea de Navidad”. Al final de la entrada, el espacio se amplía hacia un piso subterráneo en el que está emplazado un verdadero mercado, cercado por casitas de entramado cuyos techos están cubiertos de nieve...artificial, se entiende. En el cielo centelleante de lucecitas se erige un árbol de Navidad de cinco metros.

Herencia y tradición navideña

Felicitas Höptner no es solo la vocera de la empresa Käthe Wohlfahrt sino también algo así como el alma mater del negocio. Conoce y relata las historias de cada una de las piezas de la amplia gama de productos, y conoce cada rincón de la aldea navideña.

Pájaro para el arbolito.
Pájaro para el arbolito.Imagen: DW

Luego de pasar por algunos de los incontables armarios con colgantes para llaveros y medallas, y por toda una sección de arcos lumínicos, muñecos cascanueces e incensarios, se llega al corazón de la aldea navideña: la “cajita del tesoro”, donde se exponen figuras de colección, angelitos y objetos aún más pequeños primorosamente tallados y pintados. “Están tan finamente elaboradas que en sus ojos se puede diferenciar el iris de la pupila”, aclara Felicitas Höptner.

Marjanne, una holandesa que viaja todos los años a Rothenburgo para ampliar su colección de pequeños ángeles navideños, cuenta, orgullosa, que solo le falta comprar cuatro figuras para completar la orquesta celestial. Para ella, los ángeles también son una inversión. Después de todo, cada una de estas piezas únicas de diez centímetros de alto cuesta más de 50 euros. Serán una herencia para sus hijos, dice sonriente mientras elige un angelito pianista, parte de una orquesta de jazz que este año es, por lo que parece, el último grito entre los coleccionistas.

Los rusos prefieren una Navidad rutilante

Junto con obras artesanales valiosas, en el supermercado navideño Käthe Wohlfahrt también se pueden adquirir los típicos objetos tradicionalmente kitsch que nunca faltan en Navidad. Felicitas Höptner observó con atención a los clientes y conoce al dedillo las preferencias de las distintas nacionalidades.

Ángel pianista: pìeza de colección.
Ángel pianista: pìeza de colección.Imagen: DW

Los estadounidenses, por ejemplo, adoran las artesanías en madera originarias de los Montes Metálicos, las figuras de incensarios y las pirámides de Navidad. Los japoneses gustan más de los objetos pequeños, y los rusos, de todo lo que brilla. Y quienes manejan el negocio en la tienda valoran mucho el contacto directo con el cliente. Como lo demuestra Okoyama, una japonesa que guía y asesora amablemente a sus connacionales través de los largos pasillos, y que dice que siempre se sintió muy bien en Alemania y que le gusta mucho su trabajo en la tienda. Este año tiene mucho que hacer, cuenta. Nunca hubo tantos japoneses como en estas semanas de Adviento.

Árboles que cuelgan del techo

Después de un recorrido por la aldea de Navidad, uno se siente apabullado por la gran cantidad y variedad de productos. Pero aún queda mucho por ver y admirar. Si uno quiere enterarse, por ejemplo, de dónde proviene la tradición del arbolito de Navidad, solo hay que subir por una pequeña escalera hasta el Museo de Navidad, donde todo gira alrededor del tema.

Papá Noel del siglo XIX.
Papá Noel del siglo XIX.Imagen: DW

La tradición de colocar un árbol de pino en la casa y decorarlo solo tiene 400 años de antigüedad. En las casas de los campesinos, que no eran demasiado grandes, se colgaba un árbol pequeño del techo y se le colocaban dulces y frutas. Lo cual era bastante peligroso, dice Felicitas Höptner. “Se permitía colgar sólo un árbol por familia. Y si alguien cortaba un árbol en el bosque y se llevaba sólo la punta, se le aplicaban grandes multas y hasta se lo podía llegar a castigar con pena de arresto en Navidad si se lo atrapaba en el lugar del hecho”, explica.

De por qué Papá Noel no nació con la publicidad de Coca Cola

Los que visitan este santuario de la tradición navideña también se enteran de que Papá Noel o Santa Claus no son figuras inventadas por los publicitarios de Coca-Cola. Una sala entera de Käthe Wohlfahrt está dedicada a la ceñuda figura del “Señor Invierno”, que no tiene mucho que ver con ese otro alegre señor de barba y gorro rojo montado en trineo. El “Señor Invierno” es obra del pintor Moritz von Schwind, que lo creó para un periódico famoso de Múnich a comienzos del siglo XX, y está vestido con un largo traje con capucha. Más tarde, esa figura fue convertida en el prototipo de lo que hoy conocemos como Papá Noel o Santa Claus. Y Coca-Cola lo hizo famoso en 1931, colocándole una chaqueta roja y un amplio cinturón, como figura principal de su publicidad navideña.

El árbol de Navidad, tradición infaltable.
El árbol de Navidad, tradición infaltable.Imagen: DW


Gigantescas pirámides de Navidad

En el Museo pueden verse también cuatro enormes pirámides navideñas de más de 200 años de antigüedad, provenientes de los Montes Metálicos, talladas en madera y amorosamente restauradas. En el Museo . Los Montes Metálicos están situados en el sur de Sajonia, cerca de la frontera con la República Checa. Allí se encuentra el corazón de la industria de la decoración navideña. Las pirámides eran talladas por campesinos y se usaban en lugares en donde era muy difícil conseguir un árbol de Navidad. Sobre sus torres de varios pisos se colocaban las velas para iluminar la celebración de la fiesta cristiana más importante del año.

Museo de Navidad de Rothenburgo.
Museo de Navidad de Rothenburgo.Imagen: Käthe Wohlfarth GmbH&Co.OHG

Autora: Silke Wünsch/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz