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Tensión interna

6 de octubre de 2011

La obra sinfónica de Schumann posee un lenguaje "algo neurótico", según el director Paavo Järvi, que la convierte en precursora de la música del futuro.

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El director Paavo JärviImagen: Julia Baier

Robert Schumann
Obertura, Scherzo y Finale in Mi Mayor, opus 52
Orquesta de Cámara de Bremen
Director: Paavo Järvi
MP3 grabado por Deutsche Welle en la Sala Beethoven de Bonn el 23 de Septiembre de 2011

Se considera 1841 como el “año sinfónico” de Robert Schumann. Desde hacía tiempo, Clara, su esposa, le venía sugiriendo que abordara la escritura orquestal y él mismo deseaba hacerlo. Schumann, como tantos otros compositores de su tiempo, se enfrentó al dilema de cómo escribir una obra sinfónica tras Beethoven. Y, en lugar, de mirar hacia el pasado, las sinfonías de Schumann anticipan de alguna manera el futuro. El director Paavo Järvi considera que hay en ellas un lenguaje “algo neurótico” que invoca nuevos horizontes. El propio Mahler se sintió fascinado por la obra sinfónica de Schumann. 

Tras interpretar por todo el mundo y grabar el ciclo completo de sinfonías de Beethoven, el director Paavo Järvi y su Orquesta de Cámara de Bremen decidieron hacer lo propio con el de Schumann. Järvi considera que “Beethoven y Schumann tienen en común la tensión interna de su música”. Y cree que para destacar la verdadera personalidad del alemán, es necesario “no solo tocar lo que está escrito, sino exagerar los detalles y recovecos que, en principio, parecen ilógicos, pero que hacen de su obra algo maravilloso y único”. Con esa filosofía, Järvi y su Orquesta de Cámara de Bremen interpretan la Obertura, Scherzo y Finale, uno de los primeros acercamientos de Schumann a la forma sinfónica, escrito en 1841, su “año sinfónico”.


Autora: María Santacecilia