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Tailandia en estado de shock

Rodion Ebbighausen (ER/RM)18 de agosto de 2015

Tras el atentado sin precedentes que dejó más de 20 muertos en Bangkok, se busca febrilmente a los responsables. La de por sí tensa situación política y económica de Tailandia podría empeorar.

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Imagen: Reuters/A. Perawongmetha

“La gente está consternada”, dice Michael Winzer, jefe de la oficina de Bangkok de la Fundación Konrad Adenauer, cercana al partido cristianodemócrata alemán. “Tienen miedo de que la espiral de violencia continúe en ascenso”, indica, explicando que el atentado rompió un tabú, porque por primera vez el conflicto tailandés golpea también a extranjeros.

La bomba que estalló el lunes en Bangkok dejó al menos 20 muertos y más de 120 heridos. Además, este martes se produjo otra explosión en una estación de la capital tailandesa, sin causar víctimas.

Trasfondo incierto

Las autoridades buscan afanosamente a los culpables. Pero no hay aún nada claro. “Ningún grupo se ha atribuido el atentado y no hay pistas concretas”, señala Winzer. La lista de sospechosos es larga. Aparte de simpatizantes del gobierno derrocado en mayo de 2014 por un golpe militar, también podría haber tras el ataque separatistas musulmanes, que luchan desde hace años por la independencia en el sur de Tailandia. Incluso la minoría musulmana de los uigures, que habita en el noroeste de China, ha sido mencionada como posible responsable. Un centenar de uigures fue deportado recientemente de Tailandia a China.

“El gobierno y las fuerzas de seguridad han actuado con moderación”, indica Siegfried Herzog, jefe de la oficina tailandesa de la fundación liberal alemana Friedrich Naumann. Informa que se ha pedido a la población mantenerse atenta, pero no se percibe una mayor presencia militar. Las oficinas permanecen abiertas. “Las autoridades no quieren hacerle el juego a los terroristas y caer en el pánico”, acota.

Fase decisiva

No obstante, para Winzer está claro que “independientemente de quién esté tras el atentado, este seguirá desestabilizando políticamente al país”. Tailandia se encuentra en crisis desde algunos años y los militares han tenido dificultades para reordenar las instituciones. Pero se acercan fechas importantes: el 23 de agosto ha de darse a conocer el proyecto de Constitución, que deberá ser discutido por el Consejo Nacional de Reforma. Y, a fines de septiembre, habrá cambios en posiciones clave del Ejército. En esta fase decisiva, el atentado provoca inseguridad. “Los militares dieron el golpe afirmando que restablecerían el orden y la tranquilidad; el ataque perturba naturalmente esa línea de legitimación”, dice Winzer, añadiendo: “El ejército debe mostrar ahora más fuerza”.

Thailand Explosion in Bangkok
Las fuerzas de seguridad buscan pistas para dar con los responsables.Imagen: P. Kittiwongsakul/AFP/Getty Images

Herzog, en cambio, no considera que el atentado tenga que agudizar necesariamente la crisis. “Un atentado como este también une. Son métodos que nadie puede aprobar”, dice, acotando que quizás se produzca un efecto de solidaridad.

Impacto económico

No obstante, ambos expertos se muestran seguros de que habrá consecuencias económicas. La economía tailandesa muestra debilidad desde hace años. Ya antes del golpe, la pugna de poder evitó la ejecución de importantes reformas. La situación tampoco ha mejorado desde que los militares se tomaron el poder. Ahora es probable que se vea sensiblemente afectada la industria del turismo, que seguía funcionando pese a todas las turbulencias.

El lugar del atentado, el templo de Erawan, es uno de los atractivos turísticos de la ciudad. “Es un lugar central. Casi todos los que han estado alguna vez en Bangkok lo han visitado”, explica Herzog. A todas luces, el ataque no solo tuvo el objetivos de aterrorizar a la población, sino también el de conseguir la mayor resonancia en los medios de comunicación. Y, como dice Herzog, eso “evidentemente se consiguió”.