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Sálvese quien pueda

Pablo Kummetz (jov)7 de enero de 2009

Los comentaristas analizan hoy la tensa situación creada por los recortes en el abastecimiento de gas ruso.

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Refinería de gas en Serbia.Imagen: AP

Repensar la política energética

Salzburger Nachrichten, Salzburgo: "La Unión Europea está obligada a actuar. El objetivo no puede ser un rápido fin del conflicto entre el poderoso Kremlin y la Ucrania en bancarrota, sino una solución a largo plazo. Pero pasarán muchos fríos inviernos antes que se llegue a ello. Los proyectos en ejecución tampoco constituyen ninguna garantía, teniendo en cuenta que el gasoducto Nabuco transportará gas proveniente de la región del Mar Caspio y de Irán. La crisis del gas debería dar lugar, por el contrario, a repensar la política energética en Europa. La dependencia del continente de combustibles fósiles, como el petróleo y el gas, aumentará dramáticamente en las próximas dos décadas, si no se toman medidas para contrarrestarla. Justamente un país como Austria, con sus recursos, cuenta con todas las posibilidades de aprovechar mucho más las energías renovables."

Shocks rusos de congelamiento

Der Standard, Viena: "Las medidas necesarias son evidentes. No vale recurrir al argumento de que una estrategia común de la UE con respecto a Rusia es imposible debido a la divergencia de intereses nacionales en Europa. Bastan una política energética que reduzca la dependencia de fuentes fósiles de energía, mayores ahorros, más eficiencia y el fomento de las fuentes de energía renovable. Paralelamente, Ucrania debe pasar al foco de la geopolítica europea. Todo lo que sucede en Ucrania influye sobre el pensamiento y el accionar de las élites rusas. Ucrania, cuya población está mayoritariamente a favor de ingresar a la UE, necesita una clara perspectiva de adhesión. Sólo ésta genera la presión necesaria para que en el país se realicen reformas y es simultáneamente una terapia contra los shocks de congelamiento rusos."

Capacidad de resistencia al chantaje

Rzeczpospolita, Varsovia: "Gazprom le declaró a Occidente la guerra del gas y pone a prueba su capacidad de resistencia al chantaje. En las crisis, los miembros de la UE se olvidan de sus otros socios, de acuerdo con el principio 'sálvese quien pueda'. Angela Merkel reflexiona acerca de cómo asegurar el abastecimiento de energía para Alemania, en lugar de pensar en cómo ayudar a los búlgaros. Donald Tusk calcula si Polonia tiene suficientes reservas de gas y no si en Eslovaquia la gente puede cocinar o no. El primer ministro checo exige en nombre de la UE la reanudación del abastecimiento de gas ruso, pero una declaración no es una política energética convincente. Ese tipo de política no existe y tampoco surgirá en los próximos tiempos. Pues estaría dirigida contra Rusia. Para Alemania, ello significaría renunciar al planeado gasoducto a través del Báltico. Y eso se oye como un cuento de hadas."

El oso en la cuerda floja

Nepszabadsag, Budapest: "En todo caso las partes en conflicto han logrado atemorizar en gran forma a los consumidores europeos de gas ruso. Y no puede afirmarse que ése no haya sido uno de los objetivos. Por lo menos no se contradice con los intereses de los adversarios. Los rusos quieren convencer a los europeos de la necesidad de construir un gasoducto que no pase por Ucrania. Los ucranianos quieren demostrar que no pueden ser dejados de lado en la geopolítica regional. La ayuda del FMI les viene para ello como anillo al dedo. Pues los EE. UU., que dominan al FMI, nada tienen en contra de que Ucrania deje al oso ruso en la cuerda floja en el frente del gas."