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SPD: un congreso vital

Mirra Banchón26 de octubre de 2007

Del congreso del Partido Socialdemócrata de Alemania que tiene lugar en Hamburgo se espera más que nuevos rostros, una nueva cara para la socialdemocracia. Una de facciones más vitales.

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Kurtz Beck: reelegido líder del SPDImagen: AP

Los discursos que han inaugurado el Congreso del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) marcan la pauta de lo que serán los próximos tres días, durante los cuales los delegados se determina el nuevo programa con el que se presentará el partido más antiguo de Alemania y se renueva su directiva.

Entre las palabras del ex canciller, Gerhard Schröder, y las del líder actual, Kurt Beck, se tensa el arco, cuyas flechas pretenden sacar al partido del negro valle al que lo destinaron el modesto 30 por ciento obtenido en las últimas elecciones, las penosas derrotas en elecciones regionales y el haber tenido que aceptar una coalición con los cristianodemócratas capitaneados por la ahora canciller Angela Merkel.

Teniendo en cuenta que desde poco antes de las elecciones del 2005, el SPD cuenta con un partido situado más a la izquierda y que a éste recurrió buena parte de los decepcionados por el curso de reforma del gobierno de coalición rojiverde, hoy por hoy el que fuera un gran partido popular no puede darse el lujo de no corregir, por lo menos un poquito, la línea neoliberal que acuñó la agenda 2010. Corregir el curso, y gritarlo a los cuatro vientos.

Para ejemplo, un botón

La discusión de las últimas semanas entre el vicecanciller socialdemócrata, Franz Müntefering, y Kurt Beck ejemplifica mejor que nada la situación: entre las reformas sociales que se llevaron a cabo durante el gobierno de Gerhard Schröder se recortó la duración del subsidio por desempleo a un año, independientemente de la edad o los años de aportaciones. Esta regulación, denominada Hartz IV, convirtió de la noche a la mañana a muchos desempleados en receptores de ayuda social. Y en enemigos de la agenda 2010. Bajo el gobierno de Angela Merkel, se viene debatiendo la posibilidad de prolongar el subsidio de desempleo, sobre todo para los mayores de 50 años, con quienes el mercado laboral alemán es especialmente feroz.

El vice canciller Münterfering –quien renunció a ser líder de los socialdemócratas precisamente por falta de apoyo en las bases y por la oposición del ala más izquierdista del SPD- se opone a la rectificación; Kurt Beck, de un tiempo a esta parte, la favorece al igual que la mayoría de los socialdemócratas. Beck ganó la partida.

Fraktionsvorsitzender Kurt Beck beim SPD Parteitag in Hamburg
Kurt BeckImagen: AP

Cohesión interna

Ahora se trata de ganarse a su partido, y de lograr una cohesión interna con la que se logra insuflarle vida. No son pocos los que a estas alturas de la gran coalición con los cristianodemócratas no saben muy bien qué es en realidad la socialdemocracia. Para dejar claro lo que es, Kurt Beck –primer ministro del land Renania-Palatinado y proveniente de la clase obrera- habló de justicia social, de mantener la educación gratuita, de un Estado que se ocupe de los necesitados de la sociedad. “Tiene razón usted, señora canciller Merkel, cuando dice que el auge económico que vive Alemania en este momento debe llegar a todos”, recalcó Beck, quien por lo demás no escatimó esfuerzos en desmarcarse de la política de los cristianodemócratas.

Corregir instrumento, no dirección

Deutschland SPD Bundesparteitag in Hamburg
Imagen: AP

Según analistas políticos de la televisión alemana, si este fuese un congreso previo a elecciones, los 105 minutos de alocución libre de Beck habrían convencido a las minorías de la izquierda, pero el centro del espectro político habría quedado desatendido. Sin embargo, de reestructurar el partido es de lo que se trata. Y en ello les va la vida. El canciller Schröder, si bien defendió todo lo que pudo su gestión diciendo que “se puede corregir los instrumentos pero no la dirección”, hizo su aporte al futuro del partido dando su apoyo público a sus líderes.

Entre viernes y domingo, los delegados más que elegir nueva cúpula, determinan el color por el que optará la socialdemocracia alemana.