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Siria: Alepo cae, la guerra sigue

Kersten Knipp
13 de diciembre de 2016

El acuerdo para evacuar Alepo es una victoria militar para Bashar al Asad. Sin embargo, se trata sobre todo de un triunfo simbólico. Lo más probable es que los combates en Siria continúen.

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Imagen: Reuters/O Sanadiki

Las noticias causan consternación: al parecer, tropas del gobierno sirio y sus aliados han ejecutado en los últimos días por lo menos a 82 civiles en el este de Alepo. Entre las víctimas se encuentran once mujeres y 13 niños de diferentes barrios de la ciudad, reportó el portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Rupert Colville, en una conferencia en Ginebra.

Asimismo, hay indicios de que muchos más muertos yacen en las calles de la ciudad. La ONU califica estas informaciones de creíbles. Según la emisora estadounidense CNN, soldados del régimen han invadido casas y departamentos matando a civiles, sobre todo a personas jóvenes.

No hay otra opción que seguir luchando

Civiles sirios huyen de Alepo.
Civiles sirios huyen de Alepo.Imagen: Getty Images/AFP/Stringer

En opinión de Bente Scheller, directora de la Oficina de la Fundación Heinrich Böll en Beirut, los rebeldes no tienen otra alternativa que seguir combatiendo. "Tanto la rendición como la huída significarían su muerte, porque el régimen no está dispuesto a concederles amnistía y tampoco cumple su promesa de ofrecerles un salvoconducto. De ahí que a muchos de lo afectados no les quede otra opción que seguir luchando”.

Scheller cuenta que, en muchas regiones sitiadas, los rebeldes simplemente luchan por la supervivencia. "Sin importar qué tan dramática sea la situación, las personas no confían en que tendrán una posibilidad de sobrevivir si se rinden”, dice.

Nuevas estrategias de los yihadistas

Las terribles noticias de las matanzas en Alepo también podrían contribuir a difundir la ideología yihadista. Puesto que muchas personas están convencidas de que los grupos islamistas son los únicos que pueden ayudarles, podrían pasar a engrosar las filas de los extremistas.

Según Reuven Erlich, director del Centro para Informaciones de Reconocimiento y Terrorismo en Israel, los yihadistas en Siria e Irak han sido debilitados a tal grado que han tenido que renunciar a la idea de crear un nuevo califato. Sin embargo, esto no significa que los grupos radicales se disuelvan. Más bien, se espera lo contrario: "De cara a la nueva situación, Estado Islámico adoptará nuevamente la forma de grupo terrorista sunita que tuvo al principio. No obstante, sus capacidades operacionales han mejorado considerablemente”.

El dilema de las potencias protectoras de Siria

"Salven a Alepo antes de que sea demasiado tarde", reza el cartel.
"Salven a Alepo antes de que sea demasiado tarde", reza el cartel.Imagen: Getty ImagesAFP/O. H. Kadour

El periódico Al Sharq al Awsat cree que los yihadistas seguirán reclutando a combatientes del exterior. Estos continuarán luchando contra el régimen de Al Asad a una escala más pequeña. Como consecuencia, el país no se pacificará y las potencias protectoras de Al Asad, Rusia e Irán, deberán tomar una decisión fundamental: seguir apoyando al régimen sirio, con todos los costos y las pérdidas que implica, o aceptar un diálogo político que podría llevar a un compromiso que dependa de la dimisión de Al Asad.

Por su parte, el periódico Al Araby al Jadeed hace hincapié en el impacto negativo de la guerra en Siria sobre otras regiones. El presidente ruso, Vladímir Putin, hace lo que quiere en Siria porque "sabe que nadie lo puede detener o impedir que haga lo que desee”, se lee en el rotativo.

Esta podría ser una señal fatal: la arbitrariedad política y el embrutecimiento podrían servir de ejemplo en el Este de Europa, en la frontera del Báltico, Ucrania, Georgia y otros países.

"Una diáspora terrorista”

El proceder del gobierno sirio y sus potencias protectoras ha llevado a un triunfo militar en Alepo. Sin embargo, algunos yihadistas se han refugiado en otras partes del país, sobre todo en la frontera con Turquía, desde donde seguramente seguirán combatiendo.

James B. Comey, director del FBI, teme que la región se convierta en el punto de encuentro de "personas muy peligrosas”, que no limitarían sus operaciones a Cercano Oriente. Dentro de dos a cinco años, teme, "habrá una diáspora terrorista sin precedentes”.