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Seguridad alimentaria

7 de febrero de 2012

La agricultura sostenible asegura el mantenimiento de las cosechas en Etiopía.

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Imagen: AP

Seguridad alimentaria en Etiopía

Tipo de proyecto: adaptación a las consecuencias del cambio climático y seguridad alimentaria
Medidas en el marco del proyecto: formación de agricultores en el empleo de semillas adaptado a las condiciones climáticas
Tamaño del proyecto: ocho emplazamientos en Etiopía

La sequía en el Cuerno de África ha sumido en una situación límite a más de 12 millones de personas. Una amenaza que ahora ocupa un primer plano de la actualidad, pero que hace ya tiempo que se cierne sobre los habitantes de esa región del planeta. El crecimiento de la población, la erosión del suelo y el cambio climático provocan que las ya de por sí extenuadas superficies de cultivo deban ser explotadas de forma cada vez más intensiva en un contexto de sequía en aumento. El resultado: las cosechas se reducen o acaban perdiéndose por completo. Pero, ¿cómo garantizar en el futuro la alimentación de los habitantes de regiones amenazadas sin que acaben dependiendo de la ayuda alimentaria? Iniciativas gubernamentales y de organizaciones humanitarias apuestan por una agricultura sostenible como clave del éxito.

Seguridad alimentaria en Etiopía

El enfoque es complejo. Junto a una gestión más eficiente de los recursos hídricos, la elección de las especies cultivables adecuadas es también de una importancia decisiva. Sin embargo, a menudo los agricultores desconocen qué tipo de semillas son las más apropiadas para sus necesidades y para el suelo del que disponen. Los efectos del cambio climático convierten esta elección en un reto aún más acuciante.

Una tarea en la que la organización “Ethio-Organic-Seed-Action” debe resultar de ayuda. No sólo forma a los agricultores en el uso de simientes tradicionales, sino que también pone a su disposición bancos de semillas a los que pueden recurrir. Además, se anima a los agricultores a no limitarse a una única variedad de semilla en el momento de llevar a cabo la siembra. Reduciendo, de esta manera, el riesgo de perder completamente la cosecha. Los primeros progresos ya son palpables: en las regiones montañosas, la seguridad alimentaria ha mejorado.

Un reportaje de Bastian Hartig