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Mangott: "Rusia se siente engañada por Occidente"

Alexander Drechsel / JAG21 de marzo de 2014

El comportamiento de Rusia en Crimea atenta contra el derecho internacional, dice el politólogo Gerhard Mangott. El experto afirma además que Occidente desoyó los intentos rusos de cooperación.

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Imagen: Reuters

La UE dispuesta a aplicar sanciones

Observando las relaciones entre Rusia y Occidente en los últimos 20 años, ¿Cómo han evolucionado en su opinión?

Por parte de Rusia tuvimos dos intentos de búsqueda de una cooperación con Occidente. Sobre todo con Estados Unidos. Fue al caer la Unión Soviética cuando en Moscú había un “atlanticismo” romántico bajo Boris Yeltsin. La segunda fase fue al principio de la presidencia de Putin, entre 2001 y 2004, cuando intentó una cooperación con Occidente de cara a cara. Ambos intentos fracasaron porque Occidente no estaba preparado para aceptar a Rusia en un nuevo orden de seguridad.

El alejamiento tuvo también relación con la oposición de Estados Unidos a la resistencia de Moscú ante la intervención de Irak. EE.UU. comenzó tener estrechas relaciones con gobiernos caídos tras revoluciones como Georgia y Ucrania. También trató de conservar puntos estratégicos de protección en Asia Central, ayudando a los antiguos países miembros de la ex Unión Soviética a exportar su energía y rompiendo el monopolio ruso.

Eso significa que tuvimos intentos de acercamiento. Pero siempre fracasaron debido a la ampliación de la OTAN a países de la antigua Europa del este. Y eso aclara también el comportamiento agresivo, radical y antiestadounidense de Rusia. No justifica el comportamiento de Rusia en Crimea. Eso es un incumplimiento del derecho internacional. Pero ayuda a entender por qué Rusia se siente engañada y amenazada recurriendo a medios radicales para asegurar su esfera de poder.

¿Qué ejemplos concretos hay de acercamiento ruso?

George W. Bush y Vladimir Putin, en 2008.
George W. Bush y Vladimir Putin, en 2008.Imagen: AP

En 2001, Rusia ayudó bajo Putin a EE.UU. en la intervención en Afganistán. Permitió que erigieran puntos de protección en Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán. Ofreció información al servicio secreto estadounidense. Eso significa que Rusia intentó acercarse a Occidente. También cerró una central de información en Cuba. Todo eso fueron señales de Putin para decir que estaba preparado para colaborar.

Pero la cooperación en Afganistán también tuvo que ver con el conflicto checheno…

Sin duda Rusia tenía un interés propio en la intervención occidental en Afganistán. Este país suponía para Rusia un problema de seguridad.

¿Hubo también cooperación en el plano político o económico?

Se hicieron ofertas tanto a la Unión Europea como a Estados Unidos. Pero nunca se consiguió establecer una mejor relación comercial entre Rusia y los Estados Unidos. Con la UE la cooperación llegó a unas relaciones comerciales más intensas.

En el plano político se llegó a cooperaciones como por ejemplo en el programa nuclear iraní y Rusia también participó en las conversaciones sobre Corea del Norte. Eso significa que siempre hubo puntos donde Rusia cooperó con Occidente en cuestiones políticas.

Dice que durante la era Yeltsin existían mejores relaciones entre EE.UU. y Rusia. En Estados Unidos estaba entonces Bush padre en el poder. ¿Se podría decir que su hijo, George W. Bush, malogró después el trabajo de su padre?

Bush padre intentó mantener unida a la Unión Soviética sin las republicas bálticas. Entonces había una indicación clara de Bush que avisaba de nacionalismos separatistas. George W. Bush detectó entonces, con razón, que Rusia ya no era un gran poder como la Unión Soviética. Su economía estaba en el año 2000 destrozada y su fuerza militar había decaído. Rusia ya no era una prioridad para Bush hijo en la política exterior estadounidense. George W. Bush vio a Rusia como una potencia decaída.

Putin acusa a Occidente de no tratar a Rusia como un igual. ¿Tiene razón el presidente ruso? ¿Hay puntos donde Occidente tendría que trabajar más?

Hay algunos puntos como la crisis de Kosovo. Tanto en 1999 como con el reconocimiento de Kosovo por países occidentales en febrero de 2008. Fue una decisión falsa. Sobre todo por parte del Gobierno estadounidense apoyado por Polonia, los Estados bálticos, Ucrania y Georgia. La intervención en la política interior rusa también fue considerada como algo muy negativo. Es decir, hubo algunas decisiones de Occidente que se apoyaban en la consideración de Rusia como una potencia hundida, que irritaron a Moscú y estaban destinadas a ampliar el poder de actuación de Occidente. Independientemente del sí Occidente la trató bien o mal, así fue percibido en Rusia. El país se sintió traicionado, hundido y debilitado. Basta esta posición para sacar conclusiones a la hora de valorar la política de Occidente frente a Rusia.

Gerhard Mangott es experto en Europa del este en la Universidad de Innsbruck (Austria)