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Rousseff, abucheada pese a anunciar millonarias sumas para municipios

10 de julio de 2013

Dilma Rousseff fue objeto de abucheos de alcaldes, pese a que anunció la transferencia, en carácter urgente, de 3.000 millones de reales. Para el jueves, ocho centrales sindicales llamaron a la huelga.

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Dilma Rousseff
Dilma RousseffImagen: E.Sa/AFP/GettyImages

El monto (unos 1.320 millones de dólares) está destinado a los gobiernos municipales para costear servicios públicos. Por si fuera poco, para el jueves está anunciada está planeada además la primera huelga general de ocho centrales sindicales desde que se inició en 2003 la "era" del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

La insatisfacción de las autoridades municipales de todo el país se debe a que Rousseff no atendió la principal demanda de los alcaldes, que es el aumento del llamado Fondo de Participación de los Municipios (FPM), un valor fijo que el gobierno central traspasa a los municipios.

Las alcaldías pretenden que el FPM sea incrementado en dos puntos porcentuales. El fondo se nutre del 23,5 por ciento de lo recaudado por el gobierno federal con el Impuesto de Renta y el Impuesto sobre Productos Industrializados.

"El tema de nuestra marcha es el desequilibrio financiero de los municipios", sintetizó el presidente de la Confederación Nacional de Municipios (CMN), Paulo Ziulkoski, aludiendo al tema central del evento de este año: "El desequilibrio federativo y la crisis en los municipios".

Unas 4.000 personas participaron del evento, entre alcaldes, vice alcaldes y concejales, además de 25 ministros que acompañaron a la mandataria, el vicepresidente de la República, Michel Temer, y los presidentes de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, y del Senado Nacional, Renan Calheiros.

Para el jueves está planeada además la primera huelga general de ocho centrales sindicales de Brasil desde que se inició en 2003 la "era" del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) en el gobierno, que comenzó con la llegada al poder del exdirigente sindical Luíz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y continúa con la actual presidenta, Dilma Rousseff.

La huelga, que paralizará servicios esenciales del país, como bancos, industria, transporte público, construcción civil y entes públicos, fue acordada por las centrales sindicales, que históricamente han actuado en forma separada e incluso como enemigas en el marco de las revueltas populares que sacudieron a Brasil durante casi tres semanas el mes pasado.

PK (dpa)