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Repensar el agro

Pablo Kummetz8 de enero de 2008

Grandes y rápidos cambios en la producción agropecuaria mundial se pronostican para las próximas décadas.

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Cosecha de patatas en Alemania: creciente demanda.Imagen: picture-alliance/dpa

Ya en el 2030, la producción mundial de alimentos deberá haber aumentado un 55 por ciento para poder alimentar al mundo, dijo Carl-Albrecht Bartmer, presidente de la Asociación Agropecuaria Alemana (DLG) en la apertura de una conferencia en Münster.

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Campo de maíz en EE. UU.: la utilización de cosechas para la producción de biocombustibles es problemática.Imagen: AP

Ello va a contracorriente de la tendencia generalizada a utilizar cada vez más productos agrícolas para producir biocombustibles. Por ello, Bartmer abogó por recurrir en la producción de combustibles más a productos secundarios y residuos de la producción agrícola.

Para Bartmer, la producción agropecuaria debe concentrarse además en aumentar su eficiencia, por ejemplo con nuevos métodos, tanto de siembra, como en el empleo de pesticidas y el uso de establos y procedimientos de ordeño. El tiempo urge: “la velocidad de los cambios es impresionante”.

Para Bartmer, la reducción de las reservas de alimentos en el mundo, la explosión de los precios en los mercados agropecuarios mundiales, un precio del petróleo de más de 100 dólares por barril y la perspectiva de que a partir del 2024 ya no pueda ser satisfecha por completo la demanda de crudo prueban “que desde hace ya varios años el mundo va hacia un nuevo equilibrio económico global”, o sea, que se producirán profundos cambios en diversos sectores.

Aprovechar mejor los recursos

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Trigo y ganado vacuno: buenos tiempos para la producción agropecuaria.Imagen: AP

“Cuando la FAO constata que para abastecer suficientemente a la población mundial hasta el 2030 se necesitará un aumento de más de la mitad en la producción de alimentos en comparación con hoy, la divisa sólo puede ser aprovechar mejor los potenciales agrícolas existentes”, dijo Bartmer. Por ello “deben usarse más eficientemente los escasos recursos y tener en cuenta los efectos externos que genera la producción agropecuaria, por ejemplo para el medio ambiente”.

Para el experto alemán, las instituciones políticas ya no pueden mantener el ritmo marcado por la globalización: “parece faltarles los instrumentos adecuados para hacer frente a los desafíos globales”.

Según Bartmer, “estructuras débiles como las de la ONU y gobiernos atrapados entre grupos de intereses no saben dar respuestas a cuestiones globales centrales, como la competencia internacional en el área impositiva y los costos de mano de obra, el uso de los recursos del mundo, el clima y el agua, las cuestiones de la justicia distributiva internacional y la gestión de conflictos”.

“En lugar de ello se practican egoísmos nacionales”, agregó algo crípticamente. Para el presidente del DLG es un hecho que en Europa el Estado subvencionará cada vez menos al sector agropecuario. “Es el claro mensaje de la Unión Europea, que ya ha anunciado revisar la reforma del sistema de subvenciones agropecuarios, recientemente realizada, ya en el 2013”. Ello sonará sin duda muy bien en oídos de los países que vienen reclamando desde hace décadas una competencia internacional más justa.

Cambio climático hace aumentar la producción

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Campo de arroz en Vietnam: las reservas de alimentos en el mundo disminuyen.Imagen: pa/dpa

Por otra parte, el experto de la DLG prevé que debido a los altos precios y los recursos escasos, 2008 será un muy buen año para la producción agropecuaria. Para Bartmer, la importancia de Alemania y Europa, e incluso también de la parte asiática de Rusia, para la producción agropecuaria mundial aumentará considerablemente en los próximos años.

Las razones: las buenas condiciones naturales de esas tierras y, lo cual sorprenderá a más de uno, el cambio climático. Efectivamente, éste hará que tierras hasta ahora demasiado frías para algunos cultivos puedan ser aprovechadas en el futuro.

Buenas perspectivas ve Bartmer también para la producción orgánica. En Alemania, los bioproductos pasa por un auge inusitado: “La producción no da abasto para satisfacer a la demanda”. No obstante, agrega, “también la producción agropecuaria orgánica debe hacer frente a nuevos desafíos, por ejemplo la lucha contra las plagas y la escasez de tierras”.

La DLG (Deutsche Landwirtschafts-Gesellschaft e.V.) fue fundada en 1885 y es hoy, con más de 18.000 miembros, una de las cuatro asociaciones líderes del sector agropecuario y de la alimentación en Alemania.