Régimen irracional
26 de mayo de 2009
Gran campo de concentración
Corriere della Sera, Milán: “Evidentemente, a la casta paranoica que gobierna Corea del Norte le sirve el estatus de objeto de atención de Estados Unidos, sobre todo para que el país pueda continuar siendo un gran campo de concentración sin riesgos para quienes detentan el poder. (…) El resultado es una derrota: una derrota para China y Rusia, que aspiran a ejercer una cierta influencia sobre Pyongyang. Pero también es una derrota para Estados Unidos, que tiene que confrontarse con una nueva crisis en un momento en el que Mahmud Ahmadineyad, el presidente iraní, rechaza claramente la idea de negociar sobre el enriquecimiento de uranio.”
Duros y blandos
Neue Zürcher Zeitung, Zürich: “Luego de las pruebas con los misiles, ahora la prueba con la explosión nuclear. El enfermizo dictador de Corea del Norte intenta aumentar por todos los medios la presión sobre el nuevo Gobierno de Barack Obama. El nuevo presidente norteamericano asumió el cargo bajo la consigna del “cambio”. Kim Jong Il quiere ahora que ese “cambio” sea a su favor. Con ojo avizor registrará todo eventual ablandamiento de la línea de Washington con respecto a Irán, el otro pecador atómico, para extraer consecuencias a su favor. Con un presidente “blando” en Estados Unidos espera ahora que su propio juego sea más fácil.
Un fracaso
The Times, Londres: “Normalmente, a Estados pérfidos se les puede salir al paso con diplomacia, acompañada de la amenaza de aplicar violencia. Pero ese enfoque presupone que el adversario recurra por lo menos un poco a la razón o trate de evitar riesgos. Ésos no son justamente rasgos del Gobierno de Corea del Norte. La diplomacia de Occidente ha alcanzado un punto de sumisión. Y el intento de negociar con el régimen de Pyongyang y comprar literalmente su consentimiento ha demostrado ser un fracaso.”
Novena potencia atómica
Süddeutsche Zeitung, Múnich: “La novena potencia atómica se llama Corea del Norte. No es para alegrarse, pero es un hecho. Cuanto antes la comunidad internacional adquiera conciencia de ello, mejor. La enorme explosión subterránea, considerablemente mayor que la primera prueba, en octubre de 2006, mezcló las cartas nuevamente en el póker nuclear. Ahora, Pyongpeng tiene un as más en las manos. Ignorarlo, sería una ilusión.”
PK/dpa/SZ
Editora: Emilia Rojas