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¿Quién y para qué se inventó el Foro de Davos?

Manfred Götz/mb (lb)28 de enero de 2009

La crème de la crème de la política, la economía y la ciencia se da cita, desde hace 38 años, en Davos. Klaus Schwab, el fundador del Foro Mundial, lo pensó originalmente como un espacio para altos empresarios.

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Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico de DavosImagen: AP

Una vez al año, la crème de la crème de la política y la economía viaja a un pequeño pueblo alpino de Suiza para discutir acerca de los problemas del mundo y hacer, de paso, algún que otro contacto. El hombre que los convoca se llama Klaus Schwab, tiene 70 años, creció en Alemania, estudió en Suiza y fue catedrático de la Universidad de Ginebra.

Si es que existiera un superior de la red de globalización, ése sería Klaus Schwab. Conoce a la mayoría de los que toman las decisiones en los campos de la economía, la política y la ciencia. Buena parte de ellos acepta su invitación anual al Foro Económico Mundial de Davos. También en el segundo año consecutivo de crisis.

El desafío de Davos

“Hemos reunido a 90 países, 50 jefes de Estado. El desafío clave será crear un voto de solidaridad, una voz de humanidad, pues estamos frente a la primera crisis verdaderamente global. Si queremos salir de ella, sólo podremos hacerlo si obramos coordinadamente a nivel global. El detectar cómo lograr esa coordinación es el mayor desafío de Davos”, asevera Schwab.

Desde hace 38 años organiza este Foro. En 1971, poco antes de asumir su cátedra de política empresarial en la Universidad de Ginebra, fue su primera edición. Se trataba de un modesto encuentro de empresarios. Entretanto es una cita al más alto nivel, a la cual acuden unas 2500 personas del mundo de la política, la economía, la ciencia y la cultura. Y, año tras año, causa controversia.

¿Fiesta y negocios?

Para quienes participan en el Foro, Davos ofrece una oportunidad de hacer contactos o encaminar negocios; para sus críticos es la imagen viviente de una elite adinerada, que se celebra a sí misma en un idílico pueblo alpino.

En esta edición, sin embargo, no habrá demasiado tiempo ni para lo uno ni para lo otro. En rondas de discusión que llevan títulos como “600 mil millones en 36 horas”, gerentes, sicólogos y expertos en finanzas intentarán llegar al cómo se pudo llegar a pulverizar en septiembre de 2008 tanto dinero en tan poco tiempo. En opinión de Schwab, tales discusiones pueden aportar a que no vuelva a suceder.

2009: Una edición especial

“El que más de 2000 líderes de la economía, la política y la ciencia viajen a Davos significa que quieren resultados claros. Cabe resaltar que en aquí no se decide nada. Se trata más bien de formar opiniones, de que cada decisión que cada uno tome en lo porvenir se base en los mejores parámetros estratégicos”, opina Schwab.

Aunque podría parecer que Schwab, en realidad y desde siempre, les hace reverencias a los defensores del radicalismo del mercado, no falta su crítica a la voracidad de los asistentes al encuentro. “La ética de la profesión del gerente ha sido pervertida por el ansia de ganancias a corto plazo”, escribe en un ensayo. Es más, desde su “Schwab Foundation for Social Enterpreneurship”, el padre del Foro de Davos aboga desde hace diez años por un crecimiento económico que aporte al progreso social.

Mejorar el mundo

De su foro Schwab espera, nada más y nada menos, que ayude a mejorar el estado del mundo. Para 2009 esto se traduciría en que, tres meses antes de la Cumbre Financiera Mundial, Davos pudiese aportar a la salud de los sistemas financieros. En su opinión, dos son las tareas a acometer: manejar la crisis en sí misma y configurar el mundo después de ella, pues, así Schwab: “Sólo si pensamos y actuamos a largo plazo podemos volver a ganar confianza en nuestro sistema económico y confianza en nuestro futuro”.