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Putin imprevisible

Agencias/PK16 de octubre de 2007

La visita del presidente ruso, Vladímir Putin, a Alemania ocupa hoy a los comentaristas.

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Angela Merkel (der.) y Vladímir Putin: distancias y acercamientos.Imagen: picture-alliance/dpa

Temores rusos

LA TRIBUNE, París: “La visita de Putin a Berlín tuvo lugar como una cuña entre la helada cumbre con Condoleezza Rice y la primera visita de un líder del Kremlin a Teherán desde 1943. Putin intentó estrechar más las relaciones con su socio principal, Alemania. Es lógico: cuanto más gas consume un país, más cerca está de Moscú. Pero Berlín ya no es el aliado de ayer. La germanofilia de Putin tiene en Angela Merkel un eco mucho menor del que tuvo en su antecesor, Gerhard Schröder, que hoy trabaja para la empresa (rusa) Gazprom. El floreciente intercambio comercial entre ambos países no puede contrarrestar los temores rusos de que Alemania pueda asumir por completo la línea de la Unión Europea y regular el mercado energético de tal forma que Moscú se sienta objeto de discriminaciones.

Un socio menor

SALZBURGER NACHRICHTEN, Salzburgo: “En Wiesbaden puede confirmarse cuán imprevisible es Putin. Desde el comienzo hasta el fin de la visita del presidente ruso estuvo colgado en el aire un signo de interrogación. (...) La delegación rusa representó muy poco la variedad democrática de opiniones. A diferencia de la delegación alemana, Putin y sus acompañantes conformaron un bloque unitario. Es más, toda la política de Rusia se concentra actualmente en Putin. Y así seguirá también en el futuro. Para Alemania, ello supone que a corto y largo plazo sólo tendrá una influencia pequeña sobre todo tipo de reformas en Rusia. Más que un “socio menor” no llegarán a ser los Gobiernos alemanes en la concepción de Putin de querer medirse de igual a igual con los EE. UU.

Florecientes relaciones comerciales

VREMJA NOWOSTEI, Moscú: “Cuando Putin alabó durante la conferencia de prensa conjunta su relación con Angela Merkel, no pudo registrarse en la canciller federal ninguna señal de aprobación. Muy diferente fue la reacción cuando Putin hizo relación a las inversiones alemanas y cuando informó sobre la velocidad récord de aumento del intercambio comercial entre ambos países. La perspectiva de florecientes relaciones económicas parece efectivamente encantar a Angela Merkel.”

Signos de interrogación

FRANKFURTER RUNDSCHAU: “Llamó la atención la distanciada forma de encontrarse, libre de todo tipo de emoción. Para Merkel, lo esencial de las relaciones bilaterales son los aspectos económicos. Putin incluso bromea que en esa área no sabe qué podría mejorarse. El rublo y el euro suenan en las respectivas cajas. Y cuando fue aprobado un proyecto delicado, ni siquiera un cambio en los Gobiernos lleva a la reflexión. Véase sino el proyecto de oleoducto a través del Báltico, iniciado por Gerhard Schröder. Merkel le dio luz verde, diciendo que responde a una “voluntad política”. No obstante, en las actuales relaciones germano-rusas abundan actualmente más los signos de interrogación que los de admiración.