1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Políticos chilenos con mirada alemana

Diego Zúñiga18 de septiembre de 2012

Nacieron en Chile, pero sus antepasados eran alemanes que cruzaron el mundo en busca de oportunidades o huyendo de la II Guerra Mundial. Aquí nos cuentan su historia.

https://p.dw.com/p/16B3L
Ena von Baer: política chilena con raíces alemanas.
Ena von Baer: política chilena con raíces alemanas.Imagen: Claudio Bahamondes

Un pariente muy lejano de la ministra del Trabajo de Chile, Evelyn Matthei, se lanzó a un río a rescatar a un muchacho en Alemania. Ella no sabe bien si era su tatarabuelo o incluso alguien aún más distante. Ese alguien, de apellido Matthei, enfermó de neumonía tras salvar de la muerte a ese niño. La neumonía, rebelde y más poderosa que los medicamentos de entonces, terminó con la vida del tatarabuelo Matthei. Arruinados, sus hijos viajaron a Chile a rehacer su vida. Y varias generaciones más tarde nació ella.

A fines del siglo XIX, el Estado de Chile impulsó la colonización del sur del país por inmigrantes europeos, principalmente alemanes. Y desde entonces una fuerza no menor de influyentes personajes con apellidos germanos se ha posicionado en cargos de relevancia en el país. DW conversó con cuatro de ellos, dos ministros de Estado, una senadora y un diputado, que cuentan cómo llegaron sus familias al otro lado del mundo, qué tradiciones han mantenido y qué conservan de la tierra de sus antepasados.

Más dulces que embutidos

El ministro de Educación, Harald Beyer, nació en la sureña ciudad de Osorno. “El año 1954 mi papá viajó en barco a Chile cuidando unas vacas que había comprado un amigo de él. Se instaló en Chile de forma temporal, ayudó a armar una lechería y volvió a Alemania. En 1960 retornó a Chile, se enamoró de mi madre, se casaron en 1963 y yo nací al año siguiente”, cuenta la autoridad chilena que ha debido bregar con las protestas estudiantiles encabezadas por Camila Vallejo.

Beyer estudió en el liceo alemán de Osorno, habla el idioma a la perfección y ha visitado el país natal de su padre en un par de ocasiones, pues la familia mantiene el contacto. “De hecho el año pasado mi papá cumplió 80 años y varios de sus hermanos vinieron a Chile a verlo”, cuenta. Goloso, confiesa afición por los kuchenes, “los Apfelstrudel y esas cosas dulces” más que por los clásicos embutidos. Destaca como rasgo distintivo de los alemanes “su gusto por el trabajo bien hecho y el rigor, aunque como en todas partes siempre hay alguno flojo, ja, ja”.

Como tantos otros inmigrantes, su padre vivió la experiencia traumática de la Segunda Guerra Mundial y por eso nunca se arrepintió de haber abandonado su país. “Él vivía en lo que hoy es Polonia, así que tuvo que arrancar de los rusos. Lo pasó muy mal durante su infancia”, revela Beyer. Algo parecido les sucedió a los padres del diputado José Antonio Kast Rist, que desde Kempten, al sur de Múnich, decidieron emigrar a Chile poco después del fin de la Segunda Guerra.

“Llegaron a las afueras de Santiago, a Buin, donde hoy yo soy parlamentario. Mi papá se vino en barco. Ahí conoció a unas señoras chilenas que le tomaron cariño y le enseñaron español. Le dieron tres consejos: en Chile nunca hables mal de nadie, no vivas lejos de Santiago y ten paciencia, porque las cosas son más lentas que en tu país”, cuenta riendo el diputado de la derechista Unión Demócrata Independiente.

La familia Kast instaló una cecinería y posteriormente un restaurante llamado “Bavaria”, donde el diputado ejerció de cajero a la temprana edad de 11 años. “A mí me parece bien eso, da disciplina. Era una empresa familiar donde todos colaborábamos. No manejaba mucha plata, pero era mi responsabilidad”, cuenta Kast, cuyos padres siguen vivos y mantienen el vínculo con su país gracias a la prensa. “Reciben una revista que se llama Bunte, creo, y ven en el cable la Deutsche Welle. Leen también el diario chileno-alemán Cóndor”.

Música y kuchen

La senadora Ena Anglein von Baer Jahn, también militante de la Unión Demócrata Independiente, habla alemán y estudió su magíster y posterior doctorado en Ciencias Políticas en Aachen (Aquisgrán). Aprovechó la estadía para viajar y conocer Hannover, Hamburgo, Colonia, Karlsruhe y Múnich, entre otras ciudades. “Una cosa divertida es que mi familia llegó en 1850 a Chile, así que hablaban un alemán antiguo. Ese alemán aprendí yo, entonces cuando conversaba con alemanes se reían de mí: decían que yo hablaba como la bisabuela”.

Ella considera que hablar un segundo idioma es un regalo y valora sobremanera que sus padres le hayan enseñado desde niña alemán, junto con español. “Cuando creces en una familia bilingüe entiendes que las cosas tienen otros nombres, que el mundo es más grande y estás más abierto a la diversidad. Ves la vida de otra manera y entiendes que hay visiones distintas”, piensa ella.

José Antonio Kast, diputado de la UDI.
José Antonio Kast, diputado de la UDI.Imagen: Cristián Bueno
Harald Beyer, ministro de educación.
Harald Beyer, ministro de educación.Imagen: Bildungsministerium Chile



Von Baer adora las canciones de Navidad. “La música es lo que más me gusta. En mi casa todos tocamos un instrumento musical. Y lo otro, lo
mejor de la vida, son los postres y los dulces alemanes. Nos encanta estar en familia, compartir esa tradición”.

La ministra Matthei, la del pariente que salvó al niño de morir ahogado, coincide con Von Baer. Los dulces son lo mejor y ella misma se enorgullece de cocinarlos para toda su familia. “Sin embargo el rasgo más alemán que mantenemos es el rigor por tratar de hacer las cosas bien. Esforzarse por conseguir lo mejor de cada uno de nosotros”.

La familia Matthei, tras instalarse en Chile, se repartió por diversas ciudades del país. Hasta hoy todos los Matthei “nos reconocemos como parientes y nos queremos como tales, aunque no nos conozcamos. Tenemos una identidad muy fuerte con el apellido”. Lamenta, eso sí, conocer poco de Alemania. “Estuve en Berlín en diciembre del año pasado, no conocía la ciudad. Es maravillosa. También he visitado Múnich, pero casi no conozco Alemania. Algún día me desquitaré”.

Ena von Baer, senadora de la UDI.
Ena von Baer, senadora de la UDI.Imagen: Claudio Bahamondes



Matthei, hija de Fernando Matthei, ex miembro de la Junta Militar de Augusto Pinochet, cuenta que a veces habla alemán con su padre, aunque lamenta que cada vez lee menos el idioma. “Es más fácil encontrar libros u oportunidades de practicar el inglés. Aunque puedo leer alemán perfecto, ahora casi no leo nada. Mucho más inglés, sí, más inglés”.

-No se le vaya a olvidar el idioma, ministra.

-Nein, nein, überhaupt nicht (no, no, en absoluto).

Autor: Diego Zúñiga
Editora: Emilia Rojas Sasse

Evelyn Matthei, ministra del Trabajo.
Evelyn Matthei, ministra del Trabajo.Imagen: Bildungsministerium Chile