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Perú-Corea del Sur: la conexión tecnológica

Pablo Kummetz30 de abril de 2015

Perú y Corea del Sur acordaron una mayor transferencia de tecnología. Mientras otros países latinoamericanos siguen importando productos tecnológicos asiáticos terminados, Perú quiere importar conocimientos.

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Park Geun-hye y Ollanta Humala: socios estratégicos.Imagen: picture-alliance/dpa/P. Aguilar

El presidente peruano, Ollanta Humala, y su homóloga de surcoreana, Park Geun-hye, entregaron el 21.04. a la Fuerza Aérea de Perú (FAP) el primer avión de instrucción básica KT-1P producido en el Perú. Las aeronaves son construidas en el Perú sobre la base de un convenio de transferencia tecnológica de 208 millones de dólares.

Socios para la fabricación del avión son la Korean Aerospace Industries (KAI) y el Servicio de Mantenimiento de la FAP. En total está previsto construir en Perú otros 15, que se suman a cuatro ya entregados, fabricados en Corea del Sur.

Con ocasión de la visita de Park Geun-hye, Perú y Corea del Sur suscribieron además cinco convenios de cooperación en las áreas de gobierno electrónico (e-gobierno), industria eléctrica, salud, ciencia y tecnología y en materia aduanera. En el área energética, los convenios tienen como objetivo promover el desarrollo de redes eléctricas inteligentes, nuevas tecnologías en la generación y transporte de electricidad y la modernización del sector.

La cooperación y el intercambio entre ambos países no son nuevos. Ya en 2011 había entrado en vigor un Tratado de Libre Comercio bilateral. Corea del Sur expresó desde un principio su disposición a transferir conocimientos y tecnología a Perú. ¿Un modelo para la región?

Conveniente para ambos

Para Ana Soliz de Stange, investigadora del Instituto de Estudios Latinoamericanos del German Institute of Global and Area Studies (GIGA), con sede en Hamburgo, no cabe duda: “Efectivamente, la dirección que ha tomado la cooperación bilateral entre Perú y Corea del Sur debería de ser un modelo para el resto de los países en la región. La transferencia tecnológica debe ser un punto irrenunciable dentro de los acuerdos bilaterales”.

La cooperación entre ambos países puede tener además una proyección regional, en tanto Perú forma parte, junto con Chile, Colombia y México, de la Alianza del Pacífico, que suma el 36 por ciento del PIB de América Latina. “Las economías de Perú y Corea del Sur son complementarias, como lo son las economías de muchos países latinoamericanos con países asiáticos. Sin embargo, esta relación bilateral está dirigiéndose a una complementariedad mucho más conveniente para ambos”, dice Soliz de Stange.

Peru kauft südkoreanische Flugzeuge
Avión KT-1P, producido en el Perú con tecnología surcoreana.Imagen: picture-alliance/dpa/P. Aguilar

Y agrega: “Por un lado, Perú se está favoreciendo con transferencia tecnológica, avanzando más allá de la exportación de materias primas y por otro, Corea del Sur, podría haber encontrado el socio en Sudamérica que sea la base de fabricación de productos con alta tecnología para exportar a la región”.

De Europa a Asia

Europa, uno de los socios tradicionales de la región, se ve confrontada con una nueva realidad: Perú se orienta fuertemente hacia Asia. El principal destino de las exportaciones peruanas es actualmente China, con casi un 20 por ciento, el doble que a España y Alemania juntas, los dos más importantes destinos de las exportaciones peruanas en Europa. A Corea del Sur van aproximadamente el 4,5 por ciento de las exportaciones peruanas y de allí viene el 4 por ciento de las importaciones.

¿Es Europa dejada atrás por los socios asiáticos de Perú? “En principio, Europa siempre ha sido uno de los socios tradicionales de la región, pero la transferencia tecnológica ha sido limitada. Si los países latinoamericanos pueden obtener transferencia tecnológica por parte de sus socios asiáticos, probablemente muchos de los proyectos de inversión no serán otorgados a empresas europeas, aunque todavía es muy temprano para hablar de una amenaza para Europa”, dice Soliz de Stange. No obstante,con la planeada creación de la Asociación Transpacífica, Europa podía perder definitivamente el tren.