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Parlamento da a Schröder la deseada derrota

Eva Usi1 de julio de 2005

El canciller Schröder perdió como deseaba el voto de confianza del Parlamento, al abstenerse más de 100 diputados de su propio partido. Ahora toca al presidente, Horst Köhler, decidir si disuelve o no la cámara.

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Schröder: "Señales de descontento".Imagen: AP

El parlamento alemán retiró al canciller Gerhard Schröder la confianza y con ello despejó el camino para nuevas elecciones en otoño. Tras la votación que tuvo lugar hacia el mediodía en el Bundestag en Berlín, el presidente del parlamento, Wolfgang Thierse, anunció que sólo 151 diputados dieron a Schröder su confianza, 150 menos que la mayoría parlamentaria requerida de 301 votos. Otros 296 diputados se la negaron y hubo un total de 148 abstenciones. En la votación que fue bajo nombre, el canciller mismo se abstuvo. El sufragio tuvo lugar después de un debate de una hora.

El presidente alemán Horst Köhler tiene 21 días para decidir si disuelve o no la cámara. Como posible fecha, los partidos representados en el parlamento señalan el 18 de septiembre.

Schröder justifica sus razones

Previamente Schröder justificó ante el pleno del parlamento sus razones para pedir un voto de confianza. La ola de protestas contra las reformas como Hartz IV (que reduce la ayuda a desempleados) o las reformas al seguro médico, ha conducido a un enfrentamiento entre partidos y dentro de ellos. "Mi partido ha sufrido particularmente", dijo Schröder. "El debate ha llegado a tal grado que algunos miembros del SPD han girado hacia el populismo de partidos de izquierda", dijo aludiendo a una nueva formación fundada por Oskar Lafontaine, prominente ex-socialdemócrata, crítico y rival de Schröder. El canciller recriminó el bloqueo destructivo de la oposición conservadora, la Unión Cristianodemócrata CDU, como razón adicional por la cual decidió someterse al voto de confianza parlamentario.

Schröder evocó durante su discurso a su predecesor y rival político Helmut Kohl y retomó su argumentación cuando éste sometió al parlamento el voto de confianza en 1983. "También él consideró que una dimisión y el posterior ritual de votos perdidos no era digno de esta cámara. También él dio este paso para lograr una nueva mayoría que respaldara su política", dijo.

Descalabros electorales

El amargo resultado de las elecciones en el estado de Renania Norte Westfalia el pasado 22 de mayo, un rotundo fracaso para Schröder y el Partido Socialdemócrata alemán, fue la última de una serie de derrotas electorales. Los votantes reaccionaron así a las reformas impulsadas por el gobierno alemán, contenidas en la llamada Agenda 2010.

"Sin una nueva legitimación por parte de los votantes, el soberano pueblo alemán no me autoriza a seguir exitosamente con mi política", dijo Schröder ante el parlamento. "Bajo las condiciones existentes, no puedo contar con la necesaria confianza dentro del SPD y en la coalición gubernamental", añadió. El jefe del gobierno señaló que la planeación y la confiabilidad son bases imprescindibles para desarrollar una política gubernamental. "El objetivo declarado son nuevas elecciones", dijo Schröder en su breve intervención ante el parlamento.

"Soufflé prometedor en el horno"

El ministro del Exterior, Joschka Fischer no hizo ningún secreto del hecho de que su partido, Los Verdes, hubiera deseado permanecer un año más en el gobierno. "Pero también yo constaté que la población del país ya se ha decantado por nuevas elecciones'", dijo. Fischer reaccionó con sarcasmo a la confianza electoral con la que se pavonea la oposición conservadora de Ángela Merkel. "De momento me parece, según las encuestas, como un prometedor Soufflé en el horno, pero vamos a ver como se ve dentro de tres semanas", dijo.

El diputado rebelde, Werner Schulz, quien anunció que interpondrá una demanda ante el Tribunal Constitucional por considerar la votación 'fingida', dijo ser uno de los que no participaron en la votación a la que calificó de "teatro absurdo".