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Opinión: La farsa del Comité Olímpico Internacional

Mark Meadows
2 de febrero de 2018

La evidencia del dopaje sistemático en Rusia es clara. Pero castigar a los atletas individuales por este fraude a gran escala es legalmente difícil. El COI ahora enfrenta otra gran crisis.

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CAS in Lausanne
Imagen: picture-alliance/dpa/Keystone/D. Favre

El hecho de que Rusia, organizadora pasada de los Juegos de Invierno, haya sido atrapada intentado hacer trampa fue de por sí suficientemente negativo para la reputación del Comité Olímpico Internacional (COI). Ahora, sin embargo, el COI enfrenta posiblemente una crisis aún mayor, con su propia integridad cuestionada por una decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) que consideró insuficientes las pruebas presentadas por el COI que buscaba establecer la participación de 28 atletas en un esquema de dopaje estatal en los Juegos Olímpicos de Sochi 2014.

Funcionarios  rusos llevan quejándose durante meses del informe encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y escrito por el abogado canadiense Richard McLaren, que decía que las botellas de orina de los atletas rusos en Sochi habían sido manipuladas por oficiales rusos del servicio secreto. Presuntamente, las muestras simplemente se intercambiaron, con lo que se burló el sistema de control.

Parece haber demasiada evidencia en el informe de McLaren para que estas acusaciones sean falsas, incluyendo marcas en las botellas de orina, pero relacionar este escándalo con cada atleta individual en específico ha demostrado ser una tarea difícil.

Mark Meadows es corresponsal de DW.
Mark Meadows es corresponsal de DW.

Por ejemplo, el hecho de que un agente ruso haya cambiado una muestra no necesariamente significa que la original, probablemente ahora desaparecida, habría dado positivo en una prueba de dopaje. Ese es el quid de la cuestión del TAS, que legalmente necesita pruebas contundentes de dopaje para mantener una prohibición contra algún atleta en particular.

"Esto no significa que estos 28 atletas sean declarados inocentes", dijo el secretario general del TAS, Matthieu Reeb, a periodistas, enfatizando que la situación es la misma que en un tribunal de justicia. Un acusado puede ser sospechoso de haber cometido un delito, pero si la evidencia no es lo suficientemente concluyente, el acusado no puede ser condenado.

La primera declaración del COI da una idea de cuán sorprendidos están sobre esta decisión, mientras que al mismo tiempo deja en claro que no significa automáticamente que los atletas en cuestión deberían estar en Corea del Sur. "Este veredicto tiene graves consecuencias para la lucha contra el dopaje", declaró el COI.

Bach bajo presión

Siguiendo sus propias investigaciones, desencadenadas por el informe de McLaren, el COI decidió que una prohibición rusa general en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang de la próxima semana era la mejor opción. Pero se dio un margen de maniobra al permitir que los atletas rusos que podían demostrar su inocencia compitieran bajo una bandera neutral.

El presidente del COI, Thomas Bach, fue muy criticado por algunos en la comunidad deportiva, incluso por esta concesión, y muchos pidieron hasta una prohibición rusa completa. Críticos occidentales consideraron el proceder de Bach demasiado amistoso con Rusia y su presidente, Vladimir Putin.

Bach podría desear nunca haber permitido que Rusia hubiese sido sede de los Juegos de 2014, primero debido al escándalo de dopaje y ahora debido a la compleja disputa legal que ha dejado a los atletas rusos, ahora con este nuevo avance, posiblemente con una sensación de reivindicación. No obstante, sin importar lo que hubiese hecho, Bach estaba de cualquier modo condenado.

Ahora, el COI, la AMA y el resto del mundo del deporte que claman por duras sanciones han perdido terreno al no cumplirse adecuadamente con el elemento más importante de cualquier proceso legal: un individuo no puede ser castigado a menos que se pruebe que es culpable. La declaración del TAS es totalmente contundente: "En 28 casos, se encontró que la evidencia recolectada era insuficiente para establecer una violación a las normas antidopaje".

¿Acaso el COI apresuró sus procesos debido a la gran presión pública? Se podría argumentar que el COI tardó en reaccionar ante el informe inicial de McLaren en julio de 2016. Ellos condujeron sus propias investigaciones en lugar de solo confiar en McLaren, pero ¿será que debieron haberlos iniciado antes y con más recursos? Eso les habría dado más tiempo para analizar adecuadamente cada caso individual de Sochi en lugar de precipitarse a lanzar acusaciones generales contra el Comité Olímpico Ruso.

No hubo prohibición general para los rusos en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro en agosto –apenas un mes después del primer informe de McLaren–, sin embargo, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) emitió su propia prohibición a atletas rusos en Río siguiendo un informe separado de la AMA de 2015. ¿Podría el COI haber hecho más en esta etapa inicial, incluso antes del informe de McLaren?

Si había problemas en el atletismo, otros deportes debían haberse investigado antes. Pero el COI ahora es dolorosamente consciente de que incluso eso podría no haber sido suficiente, dado que lo que importa legalmente son las acciones individuales de cada atleta.

Autor: Mark Meadows (few/vt)

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