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Opinión: el dependiente de Rusia

8 de abril de 2018

Putin y Erdogan han sentado las bases para la primera planta de energía nuclear en Turquía. El proyecto tiene un objetivo claro desde la perspectiva de Moscú, opina Rainer Hermann.

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Türkei Recep Erdogan & Wladimir Putin in Ankara | Grundsteinlegung-Zeremonie Akkuyu AKW
Imagen: Reuters/U. Bektas

Si bien es cierto, en la última cumbre de los presidentes de Turquía, Rusia e Irán en Ankara, la guerra de los tres países en Siria estaba en primer plano. Los presidentes Recep Tayyip Erdogan y Vladimir Putin también pudieron fortalecer las relaciones entre sus países, aumentando así la dependencia rusa sobre Turquía.

Ya se había notado en los días anteriores que Turquía era uno de los pocos países de la OTAN que no se unió a la acción de solidaridad contra Rusia tras el ataque con veneno contra el agente ruso Serguei Skripal. Para Turquía no había motivos para expulsar diplomáticos rusos.

Sacar a Turquía de la OTAN

Por el contrario, las relaciones entre Ankara y Moscú son cada vez más estrechas. Turquía es el primer país de la OTAN en instalar el sistema ruso de defensa antiaérea S400, cuya entrega se ha adelantado incluso un año, para julio de 2019. Turquía es también el primer país de la OTAN en el que Rusia construye una central nuclear. La compra del sistema ruso S400 podría llevar a que EE. UU. deje de suministrar aviones de combate a Turquía en el futuro, y la central nuclear de Akkuyu aumentará la dependencia rusa sobre Turquía, simplemente porque sólo Moscú puede suministrar las barras de combustible adecuadas.

La empresa rusa Rosatom construirá y operará Akkuyu por mucho tiempo. Esto tiene tanto valor para el presidente turco Erdogan que ha acordado un precio de compra garantizado para la electricidad generada que es tres veces superior al precio promedio mundial de electricidad. Es un buen negocio para Rosatom. Actualmente, la compañía está construyendo 34 centrales nucleares en doce países. Pero lo de Turquía es, sin embargo, lo más importante para la política del presidente Putin, porque quiere sacar paso a paso a Turquía de la OTAN. Por lo tanto, fue personalmente a la inauguración en Akkuyu para estar junto a su colega turco Erdogan.

La palanca rusa

Erdogan tiene un buen argumento de su lado: el consumo de electricidad turco aumenta en nueve por ciento cada año y Turquía sólo puede proporcionar el 26 por ciento de las fuentes de energía necesarias. Pero mientras Europa reduce su dependencia energética de Rusia, Turquía aumenta la suya. La construcción de otro gasoducto de Rusia a Turquía, Turkish Stream, también está contribuyendo a ello. Putin resaltó en Ankara que esto aumentaría la seguridad energética de la región. Pero también aumenta la palanca que tendrá en sus manos en el futuro contra sus pequeños socios.

Autor: Rainer Hermann (CT/RRR).