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O Azul, o amarillo

Daniel Martínez19 de octubre de 2012

Este fin de semana la Bundesliga vivirá nuevamente el derbi de los derbis en Alemania: Schalke contra Dortmund. Rolf Rojek, directivo del club de aficionados del Schalke, nos explica la rivalidad con el Dortmund.

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A las aficiones del Schalke y el Dortmund las separa el amor por sus clubes.
A las aficiones del Schalke y el Dortmund las separa el amor por sus clubes.Imagen: picture alliance/Sven Simon

Gelsenkirchen, la casa del Schalke, y Dortmund, son dos ciudades vecinas, separadas por tan solo 30 kilómetros, que se enfrentan en el clásico de la Cuenca del Ruhr en medio de una rivalidad extrema que ya hace parte del folclor futbolístico alemán.

Rolf Rojek, ¿de dónde viene esa rivalidad entre el club de sus amores, el Schalke, y el Dortmund?

Para entenderla hay que remontarse a los años de fundación de los clubes. Ambos nacieron casi por la misma época, en ciudades vecinas, y se podría decir que casi como hermanos, pero el uno siempre quiso ser mejor que el otro, tener más seguidores, obtener más triunfos. Así terminaron convirtiéndose en rivales acérrimos.

Pero todos los clubes de fútbol quieren ser los mejores, y no por ello alimentan una rivalidad como la que a lo largo de más de un siglo mantienen Schalke y Dortmund.

Pero aquí hay que entender que la cuenca del Ruhr era una región minera. Schalke y Dortmund, cuando se crearon, eran clubes de la clase trabajadora, de los mineros, y en aquel entonces, el fútbol era un deporte exclusivo de los académicos, de la clase alta. Por eso la lucha entre los dos por obtener el apoyo popular, para ser cada vez más grande y poder reclamar como propio el orgullo de representar al pueblo de la región, pues terminó dividiéndolos profundamente.

¿Y cómo se vive en la vida cotidiana esa rivalidad entre las aficiones?

Hay miles de ejemplos, yo le voy a citar solamente dos: una muy buena amiga mía es hincha del Dortmund, y por principio, cuando compra smarties, esos chocolates de colores, pues no se come los azules para evitar una “indigestión”; en mi casa, por su parte, mis hijos tenían prohibido vestir suéteres de color amarillo. Es que uno aquí, en la cuenca del Ruhr, o es azul, o es amarillo.

¿Pero esa rivalidad no puede llevar a extremos?

Sin duda hay grupos de aficionados que exageran esa rivalidad, y en algunos momentos pueden ser agresivos. Nosotros no compartimos eso, porque eso ya no tiene nada que ver con el fútbol. De todas formas esos sectores son una minoría, la mayoría de los hinchas del Dortmund y el Schalke expresa la rivalidad con acciones divertidas que se pueden disfrutar aunque molesten a uno u otro bando.

¿Es cierto que quien quiera ver la Bundesliga en su máxima expresión debe haber visitado alguna vez un partido entre Dortmund y Schalke?

Puede ser que eso sea verdad, no en vano muchos amantes del fútbol de diferentes partes del mundo quieren ver este partido, y eso es algo que yo personalmente entiendo, porque hay que reconocerlo: las aficiones del Dortmund y del Schalke son las mejores en toda Alemania. ¡Este es el derbi de los derbis!

Y el derbi de los derbis se vuelve a jugar este sábado, así que no queda otra cosa que decir diferente a “que gane el mejor”.

No, eso no se dice, se dice: “que gane el Schalke”.

Autor: Daniel Martínez

Editor: José Ospina Valencia