No huir de la realidad

Razones poco populares

Corriere della Sera, Milán: “Quizás por primera vez desde hace algunos años, las razones para una huelga son relativamente poco populares. Los franceses se sienten extorsionados por los 'cheminots', los empleados del ferrocarril. Además pocos franceses están dispuestos a entender por qué los técnicos de los escenarios teatrales pueden seguir jubilándose antes que otros. Que la opinión pública exija más igualdad de trato han llevado al presidente Sarkozy y su Gobierno a exponerse a esta prueba de fuerza. Quizás en esta oportunidad sean eliminadas también dos particularidades muy francesas: el pago de los días de huelga y la falta de un servicio mínimo en el transporte público de pasajeros durante huelgas.”

Francia dispuesta a dejarse reformar

Le Figaro, París: “Nunca antes se vio Nicolas Sarkozy confrontado con un gran conflicto social. Hasta ahora siempre pudo desactivar a tiempo las disputas antes de que los afectados perdieran la paciencia. Si gana este conflicto, será su victoria, una victoria de la valentía en vista de las dimensiones de la crisis, de la hasta ahora impecable gestión de crisis en cooperación directa con los afectados, siempre abierto para el diálogo y sin anteojeras ideológicas. Desde hace años diversos Gobiernos intentan reformar las regulaciones especiales en las jubilaciones. (…) Los franceses han cambiado, han madurado. Saben que y no pueden huir de la realidad que sus vecinos han acometido ya. Que Sarkozy está dispuesto a llevar a cabo reformas estuvo claro desde el comienzo mismo. Pero las reacciones a la huelga demuestran también que Francia está dispuesta a dejarse reformar.”

Tontos rituales

La Tribune, París: “No existe conflicto social en el que los participantes —sindicalistas, políticos o representantes de empresas— no saquen pecho y traten de imponerles temor a sus adversarios. Pero tampoco existe ninguna situación de ese tipo en la que la inutilidad de ese comportamiento no pase a ser evidente, tarde o temprano y los participantes no vuelvan a la mesa de negociaciones. Lamentablemente, nadie es lo suficientemente sabio como para extraer enseñanzas del pasado y renunciar a esos tontos rituales.”

Sarkozy pierde credibilidad

Libération, París: “¿Qué ha pasado? Seguramente, la CGT (pro comunista) y los otros sindicatos tradicionales tienen interés en demostrar que son capaces de actuar responsablemente. (…) Por otro lado, el Gobierno de Sarkozy pierde credibilidad en cuestiones económicas. Las recientes encuestas lo demuestran: los franceses ya no creen que Sarkozy pueda mejorar sus condiciones de vida. Por ello, el Gobierno debería tratar de evitar que el conflicto en relación con las jubilaciones se extienda a otros sectores (…) y que disconformes de todo tipo salgan a la calle a protestar. Aún cuando preferiría reformar todo de un solo golpe, hoy descubre que a veces hay que librar una batalla detrás de la otra.”