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Muerte en la cancha de fútbol

Oliver Samson/ERS31 de agosto de 2007

La muerte de dos jugadores por ataques cardiacos en la pasada semana enluta al fútbol profesional. ¿Es peligroso el fútbol? Sobre ello conversamos con el responsable médico del Mundial 2006, Wilfried Kindermann.

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La muerte de Antonio Puerta, del Sevilla, plantea interrogantes sobre los riesgos del deporte.Imagen: AP

DW-WORLD: Dos futbolistas murieron esta semana y también otro sufrió problemas cardíacos, pero pudo ser salvado. ¿Es mera casualidad o vislumbra otro trasfondo?

Wilfried Kindermann, Chefarzt bei der Fußball WM 2006
Wilfried Kindermann, jefe del equipo médico del Mundial 2006.Imagen: AP

Wilfried Kindermann: Lo veo en primera línea como una casualidad. El que en el fútbol se produzcan muertes súbitas por paro cardiaco tiene que ver, sobre todo, con el hecho de que el fútbol es el deporte más practicado a nivel mundial. Cuanta más gente juegue fútbol, más serán también los que mueran mientras lo hacen. En Estados Unidos se producen más muertes por paro cardiaco en el baloncesto que en el fútbol. Si se toma en cuenta la cantidad de gente que practica determinado deporte, se llega a conclusiones muy diferentes: resulta que deportes aparentemente carentes de riesgo, como el golf o los bolos, encabezan la lista de decesos.

Pero los ahora fallecidos eran jugadores profesionales, deportistas de alto rendimiento que, además, estaban sometidos a vigilancia médica. En realidad se podría pensar que eran jóvenes particularmente sanos...

Hay personas aparentemente sanas, que no han sido examinadas, o al menos no correctamente. Detrás de estas muertes súbitas por lo general hay siempre una enfermedad. En el caso de deportistas jóvenes de alto rendimiento se trata por lo común de una miocardiopatía hipertrófica congénita, malformaciones de las arterias coronarias o inflamaciones del músculo cardiaco.

¿Corresponde reprochar al equipo médico no haber puesto la atención suficiente?

Por lo pronto hay que averiguar si estas personas fueron examinadas o no. Hoy en día se puede detectar fácilmente una miocardiopatía hipertrófica mediante una ecografía. En Alemania tenemos un sistema muy bueno en el fútbol profesional: todos los jugadores de primera y segunda división de la Bundesliga deben someterse a un control cardiológico antes del inicio de la temporada.

Se sabe que el doping afecta especialmente al corazón. ¿Se puede descartar en el caso de los jugadores fallecidos que haya habido problemas de este tipo?

El doping puede provocar problemas al corazón, como alteraciones del ritmo e incluso paros cardíacos. Sin embargo, es muy difícil comprobar el doping en los muertos. En la mayoría de los casos se puede descartar pero, tras el fallecimiento, ya no se puede determinar si hubo dopaje.

¿Qué tan grande es la dimensión del problema a nivel mundial?

La pregunta es importante porque hay que aclarar que las cifras son muy bajas. Se estima que unos 100.000 deportistas mueren al año por paro cardíaco. Cada disciplina deportiva que exige rendimiento físico conlleva un riesgo si el deportista no está sano. Si practico deporte con una enfermedad cardiaca no detectada, me expongo a un peligro.

¿Es decir que, si quiero jugar esta noche a los bolos con mis amigos, debería ir primero a que me examinaran?

A partir de cierta edad, se debería prestar atención al estado de salud. La regla que tenemos hoy es que los mayores de 35 años que practican deporte deberían someterse a exámenes médicos. Pero, ciertamente, es importante indicar que el deporte en sí es saludable y quien lo practica regularmente tiene menos riesgo de sufrir un paro cardiaco. En Alemania se producen anualmente 100.000 muertes por esta causa al año y casi ninguna tiene relación con el deporte.

Usted practicó deporte de alto rendimiento en los años 60. ¿Lo examinaron los médicos en esa época?

Sí, todavía lo recuerdo muy bien. Yo era corredor de 400 metros y tuve que pedalear en una bicicleta ergométrica, pero estando recostado... el médico que me examinaba se sorprendió de mi relativamente bajo rendimiento.