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¿Misión imposible?

Pablo Kummetz19 de mayo de 2009

Los editorialistas comentan los intentos de Barack Obama de hacer avanzar el proceso de paz en Oriente Próximo

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Barack Obama (dcha.) conversando con Benjamin Netanyahu.Imagen: AP

No hay retorno

DER SPIEGEL, Hamburgo: “Efectivamente, lo que Obama intenta actualmente en Oriente Próximo es una misión imposible. Pero también lo fue la fundación del Estado de Israel en 1948, la democratización de los alemanes después de 1945 y la elección de un afroamericano como presidente estadounidense en 2008. La solución del problema palestino, sobre el que se discute, negocia y lucha desde hace más de cien años, es como hacer de un círculo un cuadrado. Pues así como el conflicto no comenzó con la ocupación de Gaza y Cisjordania, tampoco acabará con la proclamación de un Estado Palestino en los territorios ocupados. Luego de 40 años de ocupación no puede haber un retorno al status quo de antes, pues las opiniones divergen incluso sobre el status quo de antes.

Atrapados en la estrategia


"Le Télégramme", Brest: “Barack Obama quere acelerar el nacimiento de un Estado Palestino, un osado proyecto en un entorno geopolítico incierto. Pues desde que Israel se comprometió en la lucha contra el terrorismo, el ex presidente George W. Bush dejó de exigir consideraciones con respecto a los palestinos. El mejor ejemplo es la continuación de los asentamientos judíos. Los palestinos están atrapados en la estrategia de atentados de sus organizaciones extremistas y pagan por ello un alto precio. (…) Sin duda, el presidente norteamericano deberá esforzarse mucho para lograr su objetivo. No obstante, desde su elección ha surgido un contrapeso a favor de los palestinos, que permite vislumbrar una esperanza en el horizonte.”


Sin perdón


"Kurier", Viena: “El halcón Netanyahu no ha pronunciado todavía el concepto de solución de los dos Estados. Tampoco quiere devolver a Siria los Altos del Golán ni ablandar el bloqueo de la Franja de Gaza. No obstante, el primer ministro israelí deberá en algún momento marchar en dirección a un compromiso, si no quiere perder las simpatías de la administración de Obama, que tiene un claro objetivo. Y fricciones con los EE. UU., una potencia vital para Israel, no le perdonan los votantes israelíes a sus gobernantes, tal como ya ha quedado demostrado históricamente. Está por lo tanto en las manos de Obama sacar del pantano y hacer avanzar algo el proceso de entendimiento entre israelíes y palestinos, con masiva presión y la necesaria dureza.”


PK/dpa/ap


Editor: Enrique López